jueves, 17 de mayo de 2012

Acogedor Parque de los moros, homenaje a comadronas, nueva cruz en la Iglesia y Don Joaquín Artiles






EL PARQUE DE LOS MOROS, ES UNO DE LOS TANTOS RINCONES DE AGÜIMES, DONDE LA PAZ, EL SOSIEGO Y LA ARMONÍA COMPARTIDA ENTRE GENTES DE TODAS LAS EDADES, VEN PASAR LA VIDA,  EN SITUACIÓN DE AUTÉNTICA SERENIDAD.
EN ESTA NUEVA PÁGINA DEL BLOG, AL TEMA CITADO, LE AÑADO TRES ASUNTOS RECIENTES, RELACIONADOS CON ESTA VILLA.



INDICE DE LA PÁGINA:
-    Parque de los Moros.
-    Escultura a las Comadronas
-    Cruz del cimborrio de la Iglesia de Agüimes
-    Entrevista sobre la personalidad de Don Joaquín Artiles

Primera parte

PARQUE DE LOS MOROS


Dos fotografías del solar en donde se hizo el popular Parque de los moros en 1941.

    El “Parque de los Moros”, está situado en un lugar ideal, para que converjan en el, gentes de todas las clases, a todas las horas del día y parte de la  noche, especialmente los pensionistas y estudiantes, además de los muchos visitantes que Agüimes tiene, tanto nacionales como extranjeros.
    Está situado delante del Museo de historia de Agüimes, frente a la Biblioteca Pública Municipal “Joaquín Artiles”, entre cuyos edificios, pasa la vieja carretera de Las Palmas de Gran Canaria a San Bartolomé de Tirajana, hoy calle Juan Alvarado y Saz, en una pequeña superficie de suelo, de sólo unos 500 metros cuadrados. Si observamos la foto de arriba en la izquierda, vemos que la tercera ventana grande, desde La Placetilla, que viene a coincidir con la mujer joven que va caminando, en la siguiente foto está convertida en puerta y tiene una escalera que comunica la casa al parque.
 

El parque recién construido

    Resulta especialmente incomprensible, que en un espacio tan pequeño, concurra tanta diversidad de acciones, como son el descanso y pasatiempo de los pensionistas, zona de trabajo de los estudiantes, y lugar de espacio para visita y distracción de los turistas.

                                                                                          El Parque ahora
 
Foto de turistas en el parque

    Por eso no me extraña, sino que admito y me congratula, que algunos de los que nos visitan me han dicho: “Que bonito pueblo tienen”. Y yo por supuesto satisfecho, se lo he agradecido.

Antiguo coche de Don Carmelo Mena, aparcado frente al parque



    Abro aquí un paréntesis aparte para el siguiente comentario:
Al buscar una fotografía del estado actual del Parque, entre muchas del archivo, me pareció buena, una en la que está el coche de la que fue mi buena compañera de trabajo Doña Begoña Mena López, y me vino a la memoria que yo había visto una foto que le había hecho en los años 60 a un antiguo coche que tenía su padre Don Carmelo Mena Rodríguez, y que casualmente los dos estaban aparcados en el mismo lugar, por supuesto en distinta época.
    Por otro lado ojeando lo relacionado con el Parque, encontré varias fotos, pero una me llamó también la atención por la relación que tiene con la citada antes, y es que en un desfile militar del tabor, en los años 40, se ve un coche muy parecido al del padre de Begoña, aparcado casi enfrente de donde estaba el otro.
    Aunque no sea una cuestión importante, pero me resulta curiosa, para dar un poco de referencia en el tiempo al contenido de la página.
    En principio yo pensaba que se trataba del mismo coche, pero no es así pues el de Don Carmelo tiene la matrícula: GC 5616, y el otro tiene el número: 6067, pero no se ve las letras de la provincia, por lo que no se puede saber si era mas nuevo, por el número mayor en la matrícula, o que fuera de otra provincia.
    En otras fotografías del reportaje del desfile, que hiciera el fotógrafo de Carrizal Señor Suárez Robaina, aparecen mucha jerarquía militar de graduación superior, pues varios llevan fajines, y estos sólo lo llevaban los generales, pues es posible que este coche trajera de Las Palmas de Gran Canaria, a uno de estos altos cargos militares.
    Al objeto de que lo distingan bien, pongo una foto original y la otra resaltado del coche.
    Aprovechando que menciono a Begoña, escribo unos renglones, sobre la saga en Agüimes de los MENA.
    En otra página de mis blogs, hago referencia a que D. Francisco Alemán, tenían una cochera de carros de bestias (En el Milano, en la casa que existía de Panchito Alemán), para transportar la gente de Agüimes a Las Palmas de G.C., en el siglo XIX, pues puestos a pensar un poco, vemos que en el XX le sustituyó Don Vicente MENA, abuelo de Begoña, en estas tareas, habiéndose hecho conductores sus hijos: José, Joaquín, Carmelo, Antonio y Lorenzo.
    Esta labor la compartía con “los coches de hora”, en cuya compañía participaba su pariente Don José Rodríguez MENA, del que tengo constancia que ayudó a muchos vecinos de Agüimes, al conseguirles un puesto de trabajo en esta empresa, que a través del tiempo, han cambiado de nombre varias veces, pasando de llamarse los coches de “Melián” al principio, a hoy Global (AICASA, SALCAI Y UTINSA).
    Aunque no lo he podido confirmar, es posible, que estos Mena, sean parientes de las otras dos familias que han vivido en Agüimes: Don Agustín Díaz MENA y Don Bonifacio MENA, ambos constructores de reconocida solvencia profesional.
   
Fotografía de un grupo de pensionistas
   
    Continuando con la gente que transitan y viven el parque, sigo con lo siguiente:
    El distinto nivel del Parque con la carretera, hace que los pensionistas dispongan de una especie de balcón, para ver pasar los coches por la misma, mientras mantienen su normal y entretenida tertulia. Otro de sus buenos pasatiempos está en ver el tránsito de los turistas por el Parque, fotografiando todos los detalles del mismo, en  particular la escultura de los dos moros que fuman “kife”.
    En la fotografía anterior aparecen los hermanos Don Agustín (El que está de pie en la foto)  y Don Vicente Méndez Alemán, ambos jardineros municipales jubilados, así como Don Agustín Goyes Rodríguez y Don Cristóbal Arias Romero, el primero fue funcionario del Ayuntamiento de Telde y el segundo agricultor y constructor, también pensionistas, y vecinos cercanos de la zona, por lo que sus asistencia al parque es casi diaria.
    Hace un poco tiempo me sorprendió Agustín Méndez cuando me dijo, que si me acordaba, que él me había acompañado a cobrar un premio, que me había tocado, en un concurso en el “Periódico La Falange”, el cual luego cambiaría con el nombre del “Eco de Canarias”, y cuando este despareció, se creó el periódico “Canarias7”, porque también existían los periódicos de "La Provincia" y "Diario de Las Palmas".
    Aunque yo no recordaba en absoluto, que Agustín me acompañara a cobrar el nada despreciado premio de cien pesetas, que por los años 40/50 era casi un capital, pero si tenía muy claro que me había tocado el citado premio, y yo era bastante joven, pues andaría entre los 14 a 16 años.
    Un grupo de chicos y algunos mayores, nos reuníamos en las inmediaciones de la barbería de "Maestro Juan" Hernández Tarajano, justo al lado de la actual biblioteca pública Joaquín Artiles, y allí leíamos los periódicos.
    Pues los finales de semana, no se si era el sábado o el domingo, salía un concurso, que se titulaba, mas o menos: Misterios sin resolver, o algo parecido, en el que se desarrollaba un caso problemático de la sociedad, y preguntaba una respuesta o solución al planteamiento relatado.
    No me las quiero dar de nada, pero lo que si es cierto, es que siempre, en todas las semanas, acertaba la respuesta, que después salía publicada el final de la semana siguiente, con la relación adjunta de los acertantes, entre los que semanalmente sorteaban un premio de 100 pesetas (20 duros eran unas perrillas).
    Cuando pasaron varias semanas, me di cuenta que no me era difícil para acertar, pero como también unos 20 ó 30 más, también descubrían las respuests, y el premio se sorteaba entre los acertantes, con una sola participación era difícil que me tocara.
   Con cierta diplomacia, sondeaba a los chicos, para conocer si había dado con la solución, y generalmente me daban otra distinta a la que yo pensaba, es por lo que planteé mayor concurrencia al sorteo.
    Como para participar había que mandar una carta por correo postal con la respuestas, le comenté a otro de los chicos que andaba por allí, Don Vicente Guerra Trujillo que si quería, yo le facilitaba la solución, y con las dos participaciones en el sorteo del premio, tendríamos mas posibilidad de que nos tocara, condicionado a que nos repartiríamos el premio al 50%, si le tocaba a uno de los dos.
    Vicente aceptó a participar, y a las pocas semanas me tocó el mencionado premio, que por supuesto compartí con el citado Vicente.
   Premio al que se refiere Agustín ahora, y que por lo que me dice, me acompañó, a la calle Venegas de Las Palmas de Gran Canaria, a cobrarlo, y es curioso que él ahora aún recuerda algún dato del concurso, según me indicó. 
    Pues llegado un momento, me preguntaron, una mayoría de los lectores de la prensa, de como, me las arreglaba para dar con la clave siempre, pues ellos me veían en la relación que se publicaba de los acertantes, entre ellos recuerdo a Don Domingo Romero Hernández, hermano de Don Joaquín el maestro, persona estudiosa y que se consideraba capacitado para comprender cuestiones de aquel tipo o de otras, porque en aquellas fechas era una de las personas consideradas como listas, ya que hasta daba clase a niños con asignaturas pendientes, siendo uno de los que se mostraban sorprendido por mis aciertos, y así me lo manifestó.
    Recuerdo que mas curioso me resultó, el comentario que hizo, sobre este particular, Don Francisco Rodríguez García, que dirigiéndose a mi, en la tertulia de la barbería, me dijo, mas o menos: “tu llegarás a ser algo importante, pero cuando lo consigas, seguro que no te acordarás de nosotros”. Aquello no fue sino una de las tantas expresiones voluntariosas que hacía un amigo, porque yo no llegué a ninguna parte, y por lo tanto su aventura de futurólogo no dio el resultado que pronosticó.
  
(Después de publicada la página, me remiten una dirección, en donde se puede ver el anuncio en el periódico, en donde consta, haberme tocado en el sorteo, el premio de las citadas 100 pesetas. Por lo que a continuación inserto la imagen escaneada del mismo, y también del enlace a la página Web que tiene la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, denominada “Jable”, por si quieren ver la página entera, correspondiente al 9 de enero de 1.955) (Hay una errata al comienzo, pues ponen "Juan" en lugar de José, pero en el texto está correcto)
 

En relación a Vicente Guerra, relato la siguiente triste anécdota:
    El 10 de noviembre de 1947, los medios de comunicación daban la noticia, que Juan García el Corredera, había matado a un carnicero en Telde.
    Seguramente me lo explicaría con bastantes mas detalles, pero que ahora solo recuerdo lo esencial de la cuestión, y es que en las tertulias que manteníamos, me comentó Vicente Guerra, que cuando él estaba con su tío Don Vicente Trujillo, en su carnicería de Telde, entraron unos hombres y lo mataron con una pistola, el optó  por esconderse, acurrucándose en un rincón, debajo del mostrador.
    En aquella fecha yo tenía 9 años, y Vicente que sería uno o dos años mayor, tendría 10 o 11.
 En el libro escrito por el abogado defensor del Corredera, Don Alfonso Calzada Fiol, en relación a su presencia, recoge que: “Le acompañaba un sobrino de corta edad.”
    Este es el único caso,  que yo conozca, que tuviera consecuencias de este tipo, en el Sur de Gran Canaria, después de haber pasado la contienda, entre las llamadas “dos Españas”, como resultado de la guerra civil.

    Las noticias que tengo recientes de Vicente Guerra Trujillo, son que después de hacer el servicio militar, ingresó en la Policía Armada, que luego se casó con una chica francesa, y que ahora ya jubilado viven en Francia con su mujer e hijos. Al parecer estuvo este último verano del 2011, por la Playa de Arinaga.

Foto de grupo de turistas al museo

Foto de un estudiante internauta

           Seguimos con temas del Parque.
            Destaca sobre manera, por lo menos a si lo veo yo, la pacífica dedicación que, muchos de los estudiantes llevan a cabo, rebuscando en ese mundo de Internet con sus portátiles, sentados en los bancos o muros del Parque, a todas las horas del día y parte de la noche, conectados al Wifi municipal.

Otra foto similar a la anterior
    Otros muchos rincones del casco antiguo de Agüimes, también tienen cualidades de esa paz y sosiego, de un pueblo tranquilo, que parece inventado para disfrutarlo, andando por sus calles o descansando en sus parques y jardines, acompañados del verdor de sus árboles y demás plantas y flores, con el normal gorgojeo de los pájaros, casi siempre invisibles, escondidos en medio de los ramajes.
 
Foto también de estudiante internauta

A CONTINUACIÓN REDACTO, UNOS PEQUEÑOS EXTRACTOS BIOGRÁFICOS, DE ALGUNOS DE LOS PENSIONISTAS, QUE DISFRUTAN DEL PARQUE DE LOS MOROS, EN OCASIONES RECOLETO PERO SIEMPRE TRANQUILO.

    Relato por consiguiente, las vivencias solo de algunos, de los muchos pensionistas que andan por el Parque, todos naturales y vecinos de Agüimes, a medio de mini biografías sintetizadas.
    He hecho un formato sencillo para ellos y que yo transcribo, manteniendo el espíritu de sus realidades, aunque sus relatos salen de algunas preguntas mías, lo redactaré con unas expresiones que den una lectura concreta y sencilla de entender, modificando solo algunas palabras, mas acorde con sus intenciones de expresión, que de su particulares lenguajes personales.
    Entre paréntesis y en cursiva, incluiré algunas aclaraciones o ampliaciones, a los relatos que hagan los mismos, sobre los diferentes temas que comenten.

    Foto de Don Manuel
DON MANUEL SÁNCHEZ ARTILES, viudo, es padre de varios hijos, con mas de 94 años, es pariente mío, pues su madre era hermana de mi abuela. (Su hermano Don Francisco, conocido popularmente como “DON PANCHO”, ya hoy fallecido, hizo de padrino en mi Confirmación como católico, esta fue una persona muy popular y respetada en la Villa, Concejal del Ayuntamiento de Agüimes, durante muchos años, participó siempre en la vida social del municipio, su vida laboral, o por lo menos cuando yo tuve conciencia, trabajaba como empleado en oficinas de almacenes de empaquetados de tomates, y desde joven destacó mucho, anecdóticamente por el dominio circense jugando con las bicicletas, parece que fue un artista, para jugar con ellas, según me contaron). 

Foto de Don Manuel, conmigo
     Pues, Don Manuel a sus 94 años, anda caminando por nuestras calles y se sienta largos ratos en este parque de los moros, como si tuviera solo 60 años, es de envidiar su estado físico y mental, habiendo trabajado duro durante toda su vida. Tiene 20 años más que yo.
    Me dice Don Manuel, que de niño anduvo siempre por esta zona, pues sus padres vivían en la zona de El Ejido, a unos 300 metros mas abajo del Parque, dándose la circunstancia de que la familia de su madre vivió frente a este parque.
    Recuerda Manuel, que sus juegos fueron en el solar, que hoy ocupa el Parque. Allí jugaban al boliche, al trompo, al tejo, etc.
    Luego de joven y mayor, se dedicó a multitud de clases de trabajos, que se haría muy largo explicar. Su vida laboral se puede definir a largos rasgos, que hasta los años sesenta, estuvo de labrador en la agricultura, en las labranzas del casco y también en las fincas de las empresas exportadoras de tomates, en la zona de costa, luego de peón de la construcción, y más tarde albañil, por toda la Isla.
    Lo que si parece que le marcó, fue cuando lo llevaron a la guerra civil, aunque tuvo mucha suerte, porque cuando llegó a Larache (Marruecos), enfermó de paludismo, lo que motivó su ingreso en la enfermería, quedando allí en esa ciudad después de mejorar de la enfermedad, hasta el punto que nuca cruzó el estrecho de Gibraltar, por lo que nunca estuvo en el frente de batalla, en la citada guerra.
    Cuando terminó la misma, volvió a su Gran Canaria y a su Agüimes, pero continuó movilizado, pues desde que lo llamaron a filas hasta que se licenció, pasaron más de siete años, de servicio militar obligatorio.
    Al llegar aquí lo mandaron a la Playa de Arinaga, para que se presentara al Cabo Primero Don José Alemán, y este lo mandó con el soldado D. Domingo Romero Hernández, (Hermano de Don Joaquín el maestro) a que se presentara en el destacamento existente en Pozo Izquierdo, lo que hicieron montados en sendas mulas. (Hay que tener en cuenta que en estas fechas coincidía con la segunda guerra mundial, por lo que las costas parece que debían de estar vigiladas, de forma permanente)

Foto de Don Manuel con Don Francisco Hdernández
    De allí, lo destinaron como Ordenanza al despacho del Teniente Coronel Jefe de las fuerzas de la guarnición, del ejército de tierra, en la zona Sur de la  Isla.
    Este despacho estaba en la casa número 5 de la calle La Paz, de este casco histórico, muy cerca a la “Cruz de los caídos”. Casa que mas tarde, fue la vivienda de Don Fernando González Bordón, que fue Oficial Mayor del Ayuntamiento de Agüimes.
    En este destino estuvo hasta finalizar sus obligaciones militares, que si no fuera por lo dilatado en el tiempo de los 7 años, el servicio le resultaba muy llevadero, compartiendo su destino y funciones con otros soldados, lo que le venía bien, porque disponía de muchos días de permisos, que aprovechaba, para dedicarlo a trabajar para ayudar a sus familias. 

Foto de Don Francisco - conocido por Pancho
    DON FRANCISCO HERNÁNDEZ HERRERA, nací el 20 de enero de 1932, por lo tanto hoy tengo 80 años, estoy casado con Doña Eugenia Suárez Artiles, (Comerciante y dinámica promotora con las niño/as, en temas de artesanía, folklore, y otros, con actuaciones últimamente en actos de la Iglesia, y en otros tiempos en la antigua “Sección Femenina)  y tengo 2 hijas y 4 nietos, he vivido siempre frente al Parque de los moros y hoy en día me paso algunos ratos en el.
    De pequeñito, al principio estuve en la escuela donde hoy está la Casa Betania, en La Placetilla, (Al lado del Parque) con la maestra Doña Carmen.
    Luego pasamos a la primera, que en aquellos años, casi todos los maestros estaban en el campo de concentración, por asuntos de la guerra, se metían en cosas de la política y lo detenían y se los llevaban, por lo que venían maestras sustituyéndolos, a darnos clase a nosotros.
   Don Narciso Bordón, que después fue Alcalde, estuvo dando clase en una habitación de la casa que está justo al lado de la trasera del antiguo Ayuntamiento (Allí estuvo muchos años la Sociedad del Centro).
   Luego pasamos a un local frente a la Iglesia, cerca de la plaza, con la maestra Doña Pura, luego con Don Joaquín Romero y lo relevó Don Juan Álamo.
   Pasando después a la tercera, los niños mas adelantados, en la casa donde estaba el Ayuntamiento viejo, por la parte de atrás, en la calle Moral.
   Esto de aquí del parque de los moros, era un solar, y frente a la biblioteca, había un pino viejo, un matillo, era solo un paso para la gente.
   Las casas de la parte de abajo, que tenían tienda o cualquier negocio, ponían argollas para amarrar los burros, y también lo hacían los labradores para amarrar sus bestias, mi padre por ejemplo, cuando montó la barbería, puso una fila de argollas, como también Luisito Artiles, y las demás tiendas, porque el transporte era con burros (Nada que ver con el actual tráfico de vehículos que hoy tiene esta calle).
   En este solar jugábamos al tejo a perra o perra chica, al boliche, también a la pipa de albaricoque, que la tirábamos contra la pared, ganando el que quedaba mas cerca.
   Como los recuerdos de la niñez no se olvidan nunca, te digo que la gente no sabía que iban a venir los moros, sin embargo de tránsito habían compañías de militares, y se solían quedar en donde es la Casa Betania, y me acuerdo que cocinaban en grandes perolas la comida.
   Luego vino el tabor, que fue un Viernes Santo, a eso de las 3 de la tarde, del año 1941, a finales del mes de marzo, llegaron en unos camiones, y las mujeres y todo el mundo nos asomamos, porque ni mi padre lo sabía, quizás lo supieran las autoridades, para buscarles alojamiento en los almacenes.
   Vinieron escalonados, primero 4 ó 5 camiones, y luego otros grupos.
   Aquí ya estaba la Plana Mayor, que mandaba el Teniente Coronel Uzurriaga, que estaban en la casa de Don Fernando González, precisamente allí estuvo mi cuñado, el marido de mi hermana Cuca, que era brigada maestro armero y se jubiló de capitán, pero estos militares no eran del tabor, sino del ejército de tierra, sin embargo el maestro armero que estuvo en el tabor fue Don Efijane.
   Los del tabor, estuvieron en la casa de Don Sebastián González, la primera compañía; en donde hoy está el supermercado, que era de Don Diego Betancor, estaba la segunda y la tercera; después entrando a Agüimes desde Ingenio un poco mas arriba del cine, estaba la cuarta compañía; y luego en El Ejido, en una casa de los Quevedos, estaba la ametralladora.
    Le llamaban tabor, porque eran de regulares y de moros, era como un batallón, pero con cinco compañías.
   Cuando llegaron los primeros camiones, empezaron a bajar, y un sargento que se le veían los galones, pasó lista, a los moros llamándolos por un número, por ejemplo el 25, el 26, y a los españoles los llamaban por su nombre. Llevando sus colchonetas, una manta atravesada, maletas, y todo el equipaje, acomodándose en las compañías. 
   En esos años el pueblo de Agüimes, fue el mejor donde se vivía, porque en aquellas fechas había mucha hambre, aunque nosotros no pasamos esas necesidades, porque teníamos un buen cercado y la barbería, también hacía curas, sacaba las muelas, y teníamos una clientela de miedo.
   Aún tengo toda la herramienta que se usaba, y aquí han venido muchos periodistas para sacar la barbería con sus sillones, espejos, etc., hasta una vez fui a Tenerife a una entrevista sobre esto.
   Esta casa que está frente a mi casa (Hoy el Museo de Historia de Agüimes), era de los González, y se la alquiló al Tabor, usando la parte junto al parque como residencia de oficiales, las habitaciones siguientes, como residencia de suboficiales, y la siguiente dedicado al calabozo, y en la casa de enfrente de Don José Suárez, estaba el cuerpo de guardia, en donde estaba siempre en la puerta un moro con un fusil.

Dibujo en color de los moros en el parque

   El Tabor dio mucha vida al pueblo, hasta el punto que, el Comandante Rámiz, había dado la orden de que, se hiciera un poco mas de comida a la tropa, y al final había ciertas personas que con sus cacharritos se acercaban a recoger, de aquella comida sobrante que le daban los cocineros, para llevarlas a sus casas, porque tenían necesidades.
   Para mi, Don Miguel Olivares, fue un buen Alcalde, porque él era el que estaba en la época del Tabor, y por el bien que hacía, le puso una calle al Comandante Rámiz y otra de Tiradores de Ifni, porque estas fuerzas vinieron de Sidi Ifni, Franco los mandó, porque después empezó la segunda guerra mundial, y quería fortalecer las Islas, y los tenían patrullando por aquí y por allá, luego perforó la montaña de Arinaga, hicieron un bunker debajo de tierra, y después tenía unos cañones por detrás.
   Para mi el tabor fue un bien para Agüimes, fue el mejor pueblo que vivió, porque ha habido quien ha dicho que Agüimes, en esa fecha olía a kifi y que habían violado a mujeres, eso no es cierto, porque si un moro tocaba a una muchacha, lo pelaban a palos, sin embargo hubieron mujeres que vivieron con moros y tuvieron su familia, como ahora que se junta las parejas voluntariamente, pero si un moro tocaba a una muchacha lo mataban a palos, eso lo digo yo, y lo del kife, es que todos los labradores plantábamos unas matas de kifi, porque ellos lo consumían (Tengo noticias que lo pagaban a un precio exagerado, para el valor del dinero de aquellas fechas).
   Los moros se portaron bien y dieron mucha vida al pueblo, que era el mas comercial de la Isla, hemos contado Eugenia y yo que habían montado sólo en la carretera unas treinta tiendas, bares, y demás actividades, porque los sueldos de esta gente del tabor se quedaba todo en Agüimes, se alquilaban viviendas a los oficiales, incluso las gañanías de las labranzas se les alquilaba como vivienda a los moros, dio muchas vida. Hasta de Ingenio y de San Bartolomé de Tirajana venía a vender carbón, porque los moros los usaban mucho, y otras mercancías, porque Agüimes fue muy comercial.
    Ellos salían a Arinaga de marcha o seguían hasta el Castillo del Romeral, recorrían todo, como si dijéramos, vigilando la Isla, porque tendrían miedo a un desembarco por la guerra mundial.
    Cuando se marcharon, se quedó triste el pueblo, se fueron a finales de agosto, en 1948, pues estuvieron unos 8 años.
    Los hijos de los moros estaban con nosotros en la escuela, recuerdo a Mohamed, Jamido, y otros.
    Agüimes fue un pueblo agrícola, en los años 40 y 50 había mucha agua, Guayadeque era un medio río de agua.
   Nosotros en la barbería, la gente tenía que hacer cola, y también en la de mi primo Chano, con la otra de Juanico Manuel Hernández, que eran las 3 barberías que habían, y que éramos familia los de las 3 barberías de Agüimes. (Las barberías estaban: La del tío Maestro Juan, a la izquierda de la biblioteca, la del padre en la segunda casa, a la derecha de la biblioteca y la de Juanico Manuel, en la esquina de arriba, de la entrada a La Placetilla desde la calle Moral).
   Mi abuelo fue barbero, mi padre también, y sus 4 hijos también: Juan, Chano, Antonio y yo, pues cuando íbamos creciendo, y los mayores se iban al cuartel, los otros los relevaban en el puesto de la barbería, y así todos estuvimos trabajando en la barbería. También trabajamos algo la labranza, pero después mi padre puso de medianero a Don Francisco Estévez, y ya nos dedicamos solo a la barbería.
   Además de lo propio de la barbería mi abuelo y mi padre sacaban las muelas, también alguna vez lo hizo mi hermano Juan, pero lo que nosotros hacíamos, era sujetar las cabezas de los pacientes, para que trabajaran mejor ellos. Porque se hacía sin anestesia, aunque nosotros teníamos unas inyecciones pequeñitas, pero la gente siempre decían: no, sácala así, porque ya venían de haber padecido mucho dolor de la muela.
   Antes no habían dentistas, ni practicantes, para hacer las curas, que también hacía mis familiares.   
   En relación a mi abuelo, Don Francisco Tarajano (El Profesor, escritor y poeta) me comentó, que había visto en un libro del archivo del Ayuntamiento de Agüimes, en el que decía, que le habían pagado dos pesetas a Don Sebastián Hernández Artiles, por ir a levantar un cadáver, de un hombre que apareció muerto en Temisas, a donde fue con su burro (La función hoy de un médico forense).
   Estos trabajos sanitarios lo hacían antes los barberos, como cosa de su trabajo.
   Mas tarde ya empezaron a venir los practicantes y prohibía que los barberos hicieran esos trabajos, aunque seguían sacando las muelas.
   Mi padre compró los libros para hacerse practicante, pero tenía que ir a Cádiz a conseguir el título, nosotros también éramos pequeñitos, pues no podía, porque tenían que atender a la clientela, por eso lo dejó. Todavía es posible que exista algún libro en mi casa de esos que compró mi padre.

Foto Pancho y Manuel
   Para que veas un poco de mi vida, de chico fui a la escuela, pero no me gustaba estudiar, y a los 14 años la dejábamos, para ir a trabajar, entonces mi padre me dijo que no se podía estar quieto, aunque yo atendía las cabras en el cercado, porque tenía mas tiempo para jugar, porque la barbería estaba a tope de gente, pero entonces me fui a trabajar al almacén de tomates, de Quintana en Piletas, allí estaba Juanito García, Bartolito Romero, Fernandito Jiménez, pero solo estuve 4 días, porque salíamos de noche y volvíamos de noche, ganando solo 6 pesetas por día, entonces me puse a pensar y yo no me tengo por tonto, y con pelar o afeitar a un par de personas, ganaba mucho mas, pues me decidí a aprender el oficio y a el he dedicado toda mi vida.
   Cuando estuve en el cuartel, en aviación en Las Palmas, también todo el tiempo fui barbero, no siendo el periodo de instrucción que estuvimos en Gando, pues al llegar allá me iba por la barbería y arreglaba a los soldados, mas bien a los amigos, porque en la barbería había un soldado barbero en su destino,  que era de Arucas, porque yo pertenecía a otra compañía, y observaba que le dejaban propinas, y estaba mejor mirado, además salía a arreglar a los Jefes, entre ellos al Comandante Mayor, que era el que hacía los destinos, entonces le dije al barbero de Arucas, porqué no mo dejaba que fuera a arreglar a este Comandante y me dijo que fuera.
   Aproveché que cuando me preguntó que si yo era barbero, le dije si mi Comandante, yo siempre he sido barbero en Agüimes, lo que pasa es que, la barbería no pertenece a mi compañía, a ver si me podía mudar a la 71, que era la de la barbería y me dijo que si. Alargué lo que pude la pelada, para contarle que mi padre también era barbero y toda la familia, entonces me dijo que el lunes, está usted destinado a la barbería, quedándome entonces definitivamente.
   Me acuerdo que tenía que ir a la casa del General, un miércoles si, y un miércoles no, era un hombre bajito y calvo.
   Los martes tenía que ir a una oficina, a pelar a tenientes y capitanes, y otros, aquí me hablaron para que pelara a algunos de sus hijos los niños, y lo hacía los jueves por la tarde que no tenían clase en los colegios, y me pagaban, porque yo iba a sus casas.
    Cuando yo iba a pelar al General Don Luis Manzaneque Fertrés, que vivía en ciudad jardín, y el cuartel nuestro estaba pegado a la base naval, cerca de donde está la Casa del Marino, que entonces era un solar en donde los soldados nos poníamos a jugar.
   Yo fui voluntario al cuartel, y firmábamos por dos años, pero el primer reemplazo que se licenció a los 18 meses fue el mío.
   Me quedé rascado al licenciarme, porque el Capitán quería que me quedara, me sacó la cuenta de lo que podía ganar, me dijo que allí podía tener un porvenir, pues me pagaría el rebaje, una gratificación, “las sobras”. Porque yo al Capitán lo afeitaba a diario, además con mi herramienta, porque la que tenían allí en el cuartel, no servía,  porque yo me daba una vida allí como un oficial, tenía mi traje de paisano con mi corbatita y todo, saliendo por la tarde, porque me eché una novia en Guanarteme. Los demás soldados no podían vestir de paisano.
    La casualidad de que yo en el cuartel, murió mi madre, por otro lado mis hermanos se habían casado, y al decirle a mi padre que me iba a quedar en el cuartel, me dijo que no, que aquí estaría mejor, para que te vas a quedar allá, porque aunque nosotros éramos 4 varones, mi padre al que quería de verdad era mi, y conmigo tenía sus conversaciones.
   No obstante el Capitán por otro lado se empeñaba en que me quedara, hizo un estadillo, de todas las herramientas y enseres necesarios en la barbería.
    Cuando se lo dije a mi padre, me dijo que me viniera para abajo, que aquí estábamos todos juntos (Al quedar viudo recientemente el padre, es posible que sufriría una lógica soledad).
   Pues cuando me licencié, y me metí aquí en la barbería, estuve unos 6 meses, que no dormía, porque allí estaba muy bien, el barbero era el mejor que estaba en el cuartel, porque me ganaba mi dinero, con los soldados y los oficiales, hasta lo soldados me decían que si no tenía respeto para arreglar al general, y yo les decía que la mejor persona del cuartel era el General, me trataba como a un amigo, y siempre me daba 3 pesetas de propina, que era un dineral, mira si valía o no, que la guagua de Las Palmas al Puerto valía 30 céntimos, el cine 1,25 pesetas, me lo pasé divino.
   Entré al cuartel el primero de septiembre de 1952 y me licencié en 1954, conmigo entró Rafael Bordón, Vicente el de Jerónimo y otros.
   La construcción de este Parque la hizo Sebastián Padrón, como peones, tenía a los moros que estuvieran arrestados.
   De jardinero en el mismo, estuvo después Juan el de Ríofuente.
    (Al marcharse los moros, y recoger los propietarios el parque y la casa, estuvo a cargo de su cuidado el vecino, Don Juan Lorenzo)
   (La fatalidad de la vida quiso que, José el hermano de Juan el de Riofuente, se fuera con los moros a Sidi Ifni, en donde vivía también atendiendo los jardines y una finquita que tenía, pues cuando empezaron los atentados contras los españoles allí y en el Sáhara, fue una de las primeras personas que desaparecieron, y nunca mas volvió a saberse nada de el.
   Aunque sus apellidos según me comentó una sobrina suya, eran: García González, pero ella me dijo que, todo el mundo los conocían por los de “Riofuente”, que así los llamaban, sin acritud por parte de los vecinos y que ellos lo recibían con absoluta normalidad. Luego me habló de donde le viene ese sobrenombre, y como es largo de explicar y no viene al caso, lo omito).
   Para terminar, recuerdo que la banda de los moros, todos los días por la tarde tocaban la retreta, y aquí en la esquina del parque, frente a la barbería, estaba la bandera, y tocando un cornetín, la subían y la bajaban, los que pasaban, tenía que ponerse firmes con el brazo en alto y los militares con sus propios saludos.
 
(CURIOSIDAD: Complementario a lo anterior, añado un pequeño vídeo, de las antiguas herramientas de los barberos, con lo que se hacían sangrías, ponían ventosas, sacaban las piezas dentales, ponían inyecciones, y por supuesto pelaban y afeitaba, según bien comenta nuestro estimado barbero Pancho, no existían ni brochas para enjabonar la cara, sino el barbero con un poco de agua y jabón frotaban las caras de sus clientes, pero si, con las navajas y maquinillas, en sus cómodos sillones, primero de madera y paño, y luego de otros materiales.)
 

 
CURIOSAS ANTIGUAS HERRAMIENTAS DE LOS BARBEROS

          En el vídeo anterior, se ve una detallada información sobre las antiguas herramientas de los barberos.

          Con los sofisticados adelantos en la ciencia médica en la actualidad, resulta curiosas y hasta pintorescas, algunas herramientas que usaban los barberos para sanar a los enfermos, que fueron con las que hacían las sangrías o ventosas a los pacientes.

          Si refrescamos nuestra memoria, podemos recordar, que hasta el descubriendo de la “PENICILINA” (Aunque descubierta en 1928, pero que su aplicación global fue por los años 40), que le hizo frente a las enfermedades infecciosa, en especial, al azote que suponía la tuberculosis, por el agravante de propensión al contagio, y que no tenía tratamiento medicinal, afrontándose con medios rudimentarios de comportamientos.

          Ambas parece que las usaban cuando el enfermo tenía fiebre u otro síntoma, y que los barberos, pronosticaban como enfermos de afecciones pulmonares.

          Don Francisco explica en el vídeo como las usaban sus antepasados, por lo que a continuación verán fotografías del “sangrador” disparado y en reposo, así como de la ventosa.
 







El profesor, escritor, poeta e investigador de nuestra historia DON FRANCISCO TARAJANO PÉREZ, en las páginas 360 y 361 de su popular libro, publicado en el 2.009 “AGÜIMES PATRIMONIO HUMANO”, escribe sobre la saga de los barberos de Agüimes, en concreto de los descendientes de DON SEBASTIÁN HERNÁNDEZ ARTILES, al que califica de barbero vicecirujano, lo siguiente:

“Francisco Hernández Tarajano
“Maestro Pancho”

Sebastián Hernández Artiles, de 26 años, barbero vicecirujano. casó con Josefa Luisa Tarajano Romero, de 24 años, el 31 de julio de 1879.

A 1 de enero de 1901, su descendencia era: Juan (20 años), Antonio (18 años), Sebastián (15 años), Francisco (13 años), Domingo (11 años). Catalina (9 años) y Juana (7 años).

Don Sebastián Hernánez Artiles
Barbero y Sangrador

Antonio Hernández Tarajano emigró a Cuba en 1901. Murió en Santa Clara a los pocos años de llegar.

Domingo Hernández Tarajano, a los 17 años, embarcó para Cuba. Regresó a su Villa natal con las facultades mentales mermadas. Murió en Las Palmas de Gran Canaria, el 24 de diciembre de 1968.

Antes que Domingo, en 1904, había emigrado su hermano Francisco Hernández Tarajano, a la edad de 17 años. Trabajando en Santa Clara, tuvo un accidente y quedó cojo. Estuvo en Cuba unos seis años. Trajo algunos pesos, compró solares y montó una barbería en la actual Calle Juan Alvarado y Saz. Su barbería fue durante muchos años sitio de amenas tertulias y fuente de sabrosas anécdotas.

Por varios años ocupó el cargo de Barbero vicecirujano del Ayuntamiento,
cargo que había dejado vacante su padre por senectud. También fue varias
veces concejal de la Corporación Municipal.

"Maestro Pancho", de verbo fluido y gracioso, contrastaba con su hermano Juan, más parco en palabras, quien regentaba, un poco más abajo, la Barbería de su padre, el "Maestro Sebastián".

Casó con María Herrera Rodríguez.

Sus hijos varones siguieron la profesión de su padre.

Juan, Antonio, Sebastián y Francisco Hernández Herrera fueron barberos. Todavía Pancho, el único superviviente, sigue haciendo amena la vieja barbería del célebre "Maestro Pancho".
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Foto de Don Juan
DON JUAN GONZÁLEZ SANTANA, nací el 8 de enero de 1928, o sea, tengo ahora 84 años.
Estuve en la escuela cuando pequeño solo con Panchito María, era malo, le gustaba pegar a los chicos y yo fui poco, mi madre tuvo 8 hijos, y teníamos que salir de aquí para allá, porque no había nada para la chucha (la comida), fui a trabajar de 12 años, la escuela estaba en la parte Norte del Ayuntamiento viejo, (Diez años después mas o menos, fui yo también a esta misma escuela) nos ponían dos piedras en las manos y picón debajo de las rodillas, para que le doliera mas, los chicos le tenían un coraje, el último día que fui, cogí las piedras y las tiré para allá, para la puerta, arranque por la calle para abajo, y no volví mas, por eso no se nada, no se leer ni escribir, luego aprendí a firmar un poquillo, después fui a trabajar.
   Primero fui con Pancho Bordón González, estuve varios años, después me fui con Luisito Artiles, que me pagaba 20 duros a la semana, estuve 7 años, y me fui al cuartel y se quedó mi hermano Quico, y cuando salí del cuartel volví allí y Quico se fue, porque aquel era el puesto mío. Luisito se portaba bien, porque me daba la comida, la ropa, porque Pepita (Fue la mujer de Luisito) era una mujer muy buena,  me tenía bien, bien. Luego unos años mas tarde me fui a trabajar al Lomo Caballo, a los tomatero con Pepe Méndez, que era el encargado de aquello, de Don Manuel Cárdenes, estaba la zafra, pero como era trabajadorcillo, me dejaba para desencañar, arar y alistar la tierras.
    De allí me fui a los tomateros de Monzón, también estuve en la casa Quintana, trabajando en el almacén del guano, en Piletas, que allí fue donde conocí a Juana (Su esposa), porque ella trabajaba allí también, estuve unos años.
   Me fui luego a las obras, con Pancho López, que estaba con los hermanos Fulgencio, Manuel, yo hablé con él, y me llevaron, me dijo cuando le pedí el trabajo, que si Juan, para ti hay trabajo siempre, y fui con ellos, porque a mi me gustaba trabajar, no estar con sorrerías, sino trabajar para adelante, y no me pararon nunca.
   Pero me dijo mi cuñado José, que en el almacén de Don Juliano, se ganaba mas, porque yo estaba haciendo la casita, necesitaba las perritas, porque en aquellas fechas se ganaba poquito, allí estaba Mario, el padre del Alcalde, donde estuve 20 años, estaba en la zafra, a las mujeres las despedían, solo estaban unos 4 meses, por mayo, y a nosotros nos llamaban y seguíamos trabajando, para remendar cajas, o hacer seretos.
     Mario como era un compañero, que íbamos juntos para todos los lados, unos 15 ó 20 días antes de terminarse el almacén buscaba trabajo en las obras, para ir los dos porque a el le gustaba trabajar conmigo, porque Mario también era trabajador, era una locura conmigo, porque el no estaba quieto nunca.
   Antes me advertía “mira Juan si encuentro trabajo es para los dos”, si hombre, luego el pobre venía y me decía que ya había encontrado trabajo, hasta que abra el almacén otra vez, que estábamos con Francisco López, volviendo luego al almacén.
   Recuerdo que estando trabajando le dio unas fatiguillas a Mario y fue al baño, entonces la gente fue corriendo hacia el baño, porque se había caído, lo llevaron en un coche a Vecindario al médico, luego vino bien, pero no trabajó, luego en la casa fue donde murió él, aunque hay gente que dice, que murió en el almacén, pero no, porque el volvió y la gente estaba hablando con él, no podía trabajar y se lo llevaron para la casa, y murió el mismo día. Me quedó una pena del carajo.
 Allí me jubilé, porque caí un poco enfermo y entonces mi mujer se empeñó en quitarme de allí, porque la sangre no me circulaba bien, y Juana dijo ahora nos agarramos de esto, vamos al médico y te retiras, esto fue unos años antes de la edad de jubilarme.

Foto de Don Juan, conmigo junto a la escultura
   Volviendo a la niñez, aquí en el Parque de los moros, en la parte de la esquina de Juanico, jugamos los chicos al boliche, al tejo, y otras cosillas, pero yo jugué poquito, porque empecé muy pronto a buscarme la comida nada más.
   Tuvimos 6 hijos, mi esposa se llama Doña Juana Artiles Suárez,
   Yo estuve con Doña Juana la Pablita, en el cercado de La Charca, después de Luisito Artiles, podía estar unos 7 años, que ella tenía una pensión en Las Palmas, con Don Paco que vino de Cuba, que era bajito de estatura. Allí estaba mi tío Cristóbal que era casado con Doña Agustina, que era tía de Doña Juana, mi tío se enojó con la dueña o ella con él, porque él era un fósforo, se echó la azada a cuesta, cogió el palillo y arrancó.
   Yo como estaba allí, me dijo Doña Juana, Juan tu te quieres quedar aquí, y le dije que solo no, pero me dijo que pondría mas gente si hiciera falta, y puso gente, y allí eché una temporada buena.
   Algo curioso fue que estando con Luisito Artiles, entre otras personas que llevé a plantar millo y judías, fue uno que siendo  buen plantador, era persona mala para hacer daño, pero Don Luis Artiles lo llamó, pero este peón mancaba el millo, porque daba un palillazo aquí y otro allá, luego nosotros pendientes del nacimiento del millo, vimos que no nacían en partes de algunos surcos, sino que saltaba, pero como conocíamos su personalidad, le teníamos marcados sus surcos, y al pedirle explicaciones del fallo, me dijo que estaría podrido el millo. Este era todo un personaje, que por su familia, no se debe conocer, pero que quiso perjudicar intencionadamente al dueño de la finca.
   En la labranza de D. Luis Artiles, que es donde mas estuve, tenía dos vacas, las crías, 4 cabras y el burro.
   Además de las tierras de regadío, tenía en Pajonales, por Las Suertes Nuevas, en el Cortijo de los Massieus, que daban tierras a los labradores para que sembraran, él cogía 7 ó 8 yuntas de arar, (Una yunta, es la superficie que aran dos vacas en el día).
   En un año bueno de agua, yo aré desde el fondo de la Montaña de Agüimes hasta la Cruz, porque él (Luisito Artiles) tenía aquello encadenado, con las paredes de un lado a otro, sembrando trigo y chícharos, aunque el viento lo castigaba.
   En Pajonales, sembrábamos trigo, chícharos moros y blancos, jabas, cebada, avena, y se criaban como un monte.
   Pajonales es grande y no se quedaba ni un tajo sin sembrar, en el terreno que fuera de siembra, porque hay trozos de tablones, que solo produce erial en medio (Comida para el ganado). Todo se traía para abajo en bestias porque no habían coches.
   Se traía todos los legumbres y hasta el estiércol de los animales, el trigo se llevaba a la trilladora de los Massieus, porque Pajonales era un granero grande para la gente de aquí.
   Aquí se plantaba millo, judías una vez año, en marzo, también papas, ajos, cebollas.
   Al coger el millo, se cegaba la soquera para los animales, para luego sembrar “legumes” (legumbres) para ratear las vacas en la tierra. 
   Entre la cogida del millo y la siembra del legumbre, se invitaba a los que tenían “las jáiras”, pastores, como Don Sebastián Herrera, Don Cristóbal Abrantes y otros, que tenían un pequeños ganado de cabras con machos, y como los labradores tenían varias cabras se las echaban a ellos, para que los machos “las arreglaran”, porque cada uno tenía varios machos. Allí estaban un tiempo, y le compensábamos con darle el rastrojo de los terrenos, dejando todo limpio para después arar.
   Luego que las vacas se comían los legumbres, se preparaba la tierra para volver a plantar el millo, y a medida que las vacas se comían una parte, se araba la tierra, se estercolaba llevando en serones el estiércol con la burra desde los apendres hasta la tierra, luego se le daba hierro, que consistía en arar formando unos surcos finos, con unas madres, para el riego, y llenarlas de agua, que se llamaba “refiarlas”,  luego esperar 15 ó 20 días, para poder arar de nuevo, luego asurcaba, que era mas gorda, porque era para hacer los surcos para plantar el millo, formando luego canteros con varios surcos, con su torna, en cada madre, para poder regar todo el terreno. (Esto tenía su técnica, práctica de nivelado al ojo, que los labradores conocía de cada trozo de terreno)
   Al plantar el millo se echaban varios granos, nacían y se hacía el entresacado, arrancando los más malos y dejando los mas fuertes, luego se raspaba la tierra y se abrigaba, tanto el millo, como las papas, todo lo que se plantaba, luego pasado un mes después de plantar se volvía a regar, y luego en cada dula que era de 15 a 17 días.
   Luego se cogías las espigas del millo, para los animales, luego el cogollo, que son unas hojas que está pegadas a las mismas piñas, también para dar de comer a los animales.
   Las vacas y las cabras se ordeñaban, una vez al día, por las mañanas.
   El rateo en las legumbres, se hace con las vacas y las cabras, porque las bestias no se ratean. Las vacas se dejaban rateadas por la noche, aunque lloviera, si no era una cosa exagerada, pero las cabras se recogían en el alpendre. 
   Las vacas aguantan muchos el tiempo, por el cuero que tiene, porque Cristobita Padrón hacía los zapatos de los cueros de vacas.

Dos fotos de las tuneras, en donde se ven, que los tunos, se han pasado de tiempo
(El esfuerzo que se hacía para mantener con cuidado esmero los terrenos de las labranzas en aquellos tiempos, ahora no se ve eso aquí en nuestra zona, pues la agricultura está algo abandonada, una prueba sencilla, es que la fruta se cae, como se puede ver en las fotos de las tuneras, también he visto níspero cargados de fruta madura, cayéndose.)
   Fui a servir 18 meses al cuartel de Fuerteventura, durante ese tiempo solo vine una vez con permiso.
   Ahora pensionista, me lo paso bien caminando y entretenido hablando con la gente de aquí para allá, aunque recién retirado cogí de medias la labranza de Pepe Bordón el de Lolita Tarajano, cerca de donde yo vivo, aunque estuve poco tiempo porque, a mi mujer le parecía que ya estaba bien de trabajos.
   Recuerdo que en las plantadas de millos con las judías, intercalados, había la costumbre, que en ocasiones, si el terreno era grande, el que se ayudaban los labradores, porque unos asurcando con las vacas delante, otros alistaba y otros plantaban, y “daban como piedras”, tanto el millo como las judías.
   Antes se trabajaba mucho y había poca comida, hoy aquí hay de todo, la gente trabaja menos por hay maquinarias, porque antes era todo a brazos, para trabajar en una obra de una casa, había que subir a cuesta los materiales y luego bajabas por la otra escalera.
   Cuando dejé esa labranza, dije pues ya se acabó de trabajar, y estoy caminando de uno lado para otro, o sentado hablando con la gente, pasando el tiempo.
   Pero ahora dicen que España está endeudada, y está mal amañada para salir de esta, porque aunque hagan recortes como dicen que quieren hacer, eso son porquerías, porque tiraron el dinero, porque en la casa de uno, si tienes 40 duros, guardas 20 para ir tirando, no sea que pueda venir algo, porque siempre es bueno tener un duro, aunque sea para ir un día al médico particular, porque las perras siempre hacen falta, hay que tener siembre un fondo, por si se ofrece alguna cosa.
    Por eso yo creo que de eso no se va a salir así, eso va a estar años y años para poder salir.
    El Parque los moros lo hicieron los moros con el albañil Sebastián Padrón, casado con Doña Agustina Espino, tía de Mario, del que hablamos antes, que vivía aquí en el granero de Don Vicente Ruano en La Placetilla, que luego se fue a una casa buena, que hizo en el Sifón,  al lado del cine, y también hizo otra en Arinaga. Había también otros albañiles con él y los moros.
   Yo tengo que decir que yo también tengo dos casas, sin robarle a nadie, nada mas que trabajando, porque yo tenía una mujer que le gustaba administrar todo bien, yo empecé a ratitos, la casa aquí en Agüimes, y trabajando para dar de comer a los chicos, viviendo en un casucho alquilado donde malamente se podía vivir, en unos graneros viejos de la casa de Las Pablas, por el callejón del cura para dentro.
   Yo también me fui a trabajar para el Norte, en La Portada Verde, en una finca buena que tenía la hermana de Facundo el de la tabaquería del Camino Nuevo, (hoy calle Bravo Murillo) en Las Palmas de Gran Canaria,  fue cuando yo me quería casar y no tenía casa ni tenía nada, allí tenía la comida y toda la casa para vivir.
   Pues nos casamos y cogimos el coche de hora y fuimos para arriba, ellos nos esperaban allí, cuando yo llegué, me enseñaron la casa donde yo me tenía que poner y las demás condiciones que me daban, aunque a Juana mi mujer, no le gustaba ir para arriba, pero tenía que ir, porque no tenía casa para vivir, trabajé en la agricultura en la finca, pero con un sueldo mínimo, y mi mujer no trabajaba sino en la casa, nos echamos una temporada.
   La casa de Agüimes, la hice, cuando vine para abajo, que fui a vivir a la casa que está detrás del cine, que era de Don Joaquín Romero y las hermanas, y la hice los días de fiestas y los domingos, que yo no tenía un día libre.
   En aquellos tiempos los materiales era más barato, y la hacía yo, porque como trabajaba en las obras de Francisco López, que hizo todas esas casas baratas, de peón de los albañiles, me fijaban como lo hacían, y poquito a poco la fui haciendo.
   Luego compré el solar de Arinaga, y también hice otra allí, con poquito sueldo, porque yo creo que ganaba menos que nadie, dándole de comer a los chiquillos, y lo que Juana iba ahorrando, comprábamos un viaje de bloques, camiones de arena, tierra, cemento y todo, luego lo pagaba al mes, a Don Antonio Munguía, a quien le compraba mucho, y él me decía que no me apurara para pagar, pero a Juana le gustaba pagar pronto, lo que ella podía, para ir sacando los materiales. Las dos son de una sola planta.
    Mas de cuatro, no lo han hecho por destrozar las perras o que no han querido, y destrozan el dinero, porque se lo comen todo, que conste que yo nunca he pasado hambre, ni tampoco me ha faltado un duro en el bolsillo, porque yo siempre oí decir que la finca sale para adelante si tiene un “mayordomo bueno” que sepa administrar.
(Me consta que, algunas familias, se esforzaron en dar estudios a sus hijos, con sus ahorros, y no pudieron hacer sus viviendas)
   Los moros se portaban bien, en los casi 7 años que estuvieron aquí, tenían guardias detrás, tenían una disciplina del demonio, porque el que hacía algo le daban leña, tenían una disciplina pero buena, con mucho respeto a todos, cuando Franco había mucho respeto, o carajo había un respeto del demonio,  hoy porque todo el mundo hace lo que quiere, antes había mas respeto, porque usted podía quedar botado en la calle con perras, que nadie le quitaba nada, que ahora hay gente de afuera, Franco no quería gente de otro sitio, mi opinión no es mala, aunque digan que Franco era un bandido, que mataba a la gente, pues yo no conocía que aquí matara a nadie, en la guerra si, que se mataban unos a otros, peores era los que estaban al lado de él, algunos dicen, que sí eran malos, como un demonio, como Franco no se enteraba de nada, ellos llegaban a la casa y hacían lo que les daba la gana, había gente mala.

Foto de Don Luis
DON LUIS GARCÍA LÓPEZ, nací en Agüimes el 20 de enero de 1930, ahora tengo 82 años. Hijos tengo 4 hembras y un varón, 4 nietos y un biznieto. Mis padres fueron Miguel y Juana, que tuvieron 8 hijos.
   De niño fui a la escuela de Don Joaquín Romero Hernández, al lado de la Plaza, después me pasaron con Don Juan Álamo, luego estuve con Doña Cesárea, y mas tarde desde Piletas venía a los Hermanos de La Salle, al colegio de arriba, pero ya a las clases de noche, y venía con un caballo, lo tenía porque estaba de ranchero, además le hacía los mandados a Don Francisco Quintana, que vivía en su finca de Piletas, el me llamaba por “Niño Luis”.Venía aquí a buscar el pan todos los días, al molino de Ananías el gofio, en el barranco de Guayadeque. Estuve trabajando con el caballo 12 años, la cocinera de Don Francisco, era Doña Ana Rodríguez Artiles. (A esta señora, la conocí yo mas tarde, como encargada del empaquetado de tomates, en donde hoy está el Hotel Rural Los Camellos).
   De ranchero estuve los 12 años, además ayudaba a Don Francisco Almenara a medir los trabajos de los piqueros en los pozos de la empresa, bajando al fondo en el cacharrón, porque algunos piqueros daban una medida mayor de la real, para cobrar mas, porque según el trabajo en la profundidad era pago, y como Maestro Paco Almenara, sospechaba que no eran ciertas las medidas que les daban los piqueros, comprobábamos las medidas en los tres turnos diarios, que habían en cada pozo.
   Quintana en Piletas tenía los siguientes pozo: Viejo, El Rosario, La Goleta, El Palmar, Vitoria y El Majaciega, total 6 pozos, y de todos ellos sacando bastante agua.
    (En aquellas fechas se comentaba que Quintana tenía un río de agua en sus pozos de Piletas, por lo que, llegado el momento de ampliar la empresa, invitó a varios capitalistas/inversionistas, para crear una sociedad, y como demostración fundamental, para la valoración de su finca, los llevó a un estanque, en donde confluían la llegada al achicar de todos sus pozos, sorprendiendo a los invitados, con la enorme “madre de agua” que caía dentro del estanque. Parece que esto fue el principal paso para crearse la “Comunidad Quintana”. Sobre este particular alguien comentó: “Aquello era un barranco de agua” )
    (Efectivamente con ese golpe de efecto u otras maniobras que haría Don Francisco Quintana, pudo enderezar un poco la empresa, porque iba mal, según la crítica popular, se le achacaba lo mal que iba la empresa a que, habían mas encargados que trabajadores. Entonces depués nació la “Comunidad Quintana, entre los que estaban como socios el mismo Don Francisco, Don Aniceto Flores y otros)
    (Relacionado con lo anterior, también se decía que Don Ceferino Marrero, que tenía un pozo, aquí en Los Cercadillos, comentaba que iba ha perforar un pozo, que sería “¿LA LLAVE DE PILETAS?”. Lo que hizo fue que, en lo alto del Lomo Caballo, que está situado en la parte de arriba de Piletas, hizo el pozo, y le dio una profundidad de mas de 200 metros, pero la suerte no le acompañó, y lo tuvo que abandonar porque no encontró agua).    
   Luego cuando me casé, me fui a trabajar a Melenara, a la fábrica de la CINSA, esta empresa me mandó para la refinería de Tenerife, en donde estuve trabajando 15 años, y aunque la refinería estaba en Santa Cruz, yo vivía en Guamasa, llevándonos una guagua, que empezaba a recoger los trabajadores en el Puerto de la Cruz, y cuando pasaba por La Cruz Chica la cogíamos nosotros, y a la vuelta igual.

Otra foto de Don Luis
   Allí en la refinería trabajé 5 años, me accidenté y además me hacía daño los tóxicos, por lo que me dedique luego en Tenerife a trabajar en la construcción, hasta que me volví a Gran Canaria.
   Durante una temporada aquí en Gran Canaria, estuve montando invernaderos, primero en la trasera del Roque Aguayro, con Juan Benítez y Vicente Rodríguez, conocido popularmente por el Rubio, teniendo entre los chichillos que estaban trabajando, a uno que luego sería empleado del Ayuntamiento como administrativo y luego bibliotecario, Don Gregorio Trujillo López. Luego fuimos también a montar invernaderos a Veneguera y otras zonas del Sur.
    Ya luego, me dediqué a trabajar en las obras, hasta que me accidenté trabajando de escofrador, en un hotel en la playa de Las Canteras, en Las Palmas de Gran Canaria. En ese momento trabajaba de peón conmigo Pancho Torres, el de Ananías el molinero, pues resultó que, un fulano cortó unos tablazones, y uno de ellos lleno de tachas me cayó sobre las espaldas, y luego me golpeó también en la frente, me llevaron al hospital y estuve en coma 8 días, por este motivo me dieron por inútil, después fui a la clínica Cajal, luego volví al hospital y me escayolaron, y lo tuve puesto 6 meses.
   Yo viví cerca del Parque de los moros, en la calle La Gloria, aquí jugamos al trompo, al boliche, al tejo y correr por el solar, recuerdo que con carburo, hacíamos un montón de tierra, y con un mecha le pegábamos fuego y hacía una explosión, porque aquí no había nada, luego hicieron el parque.
   Cuando llegaron los moros, había gente que se escondía, se metían en las casas, tenían miedo, porque decían que si se los comían, que si los mataban, yo tenía de 10 a 11 años.
   Me recuerdo que cuando la guerra, Juanito Abrante, que era guardia municipal, y andaba con un sable, cuando decía que los nacionales tomaban un pueblo, tiraba voladores por las calles, y un día me tenía mi tía Bibiana en sus brazos, y vino a caer un volador entre ella y yo, no nos pasó nada importante, sólo se quemó un poquillo, nada mas que sollamado, pero nos asustó. Mi tío Pepito Trina, hermano de mi madre, también era guardia municipal, los únicos que había en el pueblo.
   En esas fechas vino a vivir al lado de mi casa, al fondo del callejón, Don Andrés Oliva, con su esposa Catalina y sus hijos, el era natural Gáldar y venía de allí de una finca de Mister Linkon, y puso un ganado de cabras, en el seto o corral, que tenía dentro de su casa, y todos los días las sacaba y las volvía a encerrar al atardecer.
   El hijo Luis de Andrés Oliva que vino de la guerra lesionado, con problemas de salud, por lo que fue declarado Caballero Mutilado, cobrando una pensión por el resto de su vida.
 (Este Don Luis Oliva Alemán, hoy fallecido, se mejoró, en su momento se casó y tuvo varios hijos, yo lo recuerdo de cuando iba a pasar la Revista Comisario, al Ayuntamiento, funcionaba algo así a la fe de vida, que ahora le piden a los pensionistas, concediéndole últimamente el rango de suboficial, a todos los mutilados, vistiendo el uniforme reglamentario, en determinados actos oficiales).
    Cuando mejor estuvo Agüimes, fue cuando estuvieron los moros, porque la gente iba a coger el rancho, formándose una cola. Había un chico, que vestía con ropa y gorro de moros, y le daban la comida siempre.
    Los moros solían ir a comprar cabras por la zona de Piletas.    
    Aquí la gente se dedicaba a la labranza, y dice que plantaban kife para vendérselo a los moros.

(AGRADEZCO A ESTOS PENSIONISTAS SU COLABORACIÓN EN LA PÁGINA, Y ADEMÁS EL HABERME HECHO PARTÍCIPE, DEL DISFRUTAR CON ELLOS LO QUE GOZABAN, CON LA ALEGRÍA Y NOSTALGIA, QUE SE LES NOTABAN, CUANDO RELATABAN SU PASADO, EN PARTICULAR SU NIÑEZ Y JUVENTUD)
(ME HICIERON PASAR UNOS BUENOS RATOS DURANTE LA TERTULIA) 





Segunda parte

ESCULTURA EN HOMANAJE A LAS COMADRONAS

    Foto de la escultura de la comadrona, delante de la residencia
   Las comadronas prestaron un ejemplar servicio, especialmente en los pequeños pueblos, ayudando a las madres en el nacimiento de sus hijos.
    El Ayuntamiento de Agüimes encargó una escultura, para homenajear a las comadronas, al artista de esta Villa Don Juan González Artiles, pintor y escultor.
    La misma fue colocada delante de la Residencia de mayores de esta Villa, en la Avenida La Viñuela.

Foto de la escultura
    El acto de inauguración tuvo lugar el 21 de noviembre del 2011, al que asistieron el Señor Alcalde Don Antonio Morales Méndez y el autor de la obra Don Juan González, que quitaron la bandera canaria, que cubría la escultura, en presencia de los Concejales Don Francisco González, Doña Clari Herrera, Doña Juani Martel (De las concejalías de Cultura, Urbanismo y Parques), así como la Secretaria particular de la Alcaldía Doña Águeda Suárez. Asimismo estuvo una hija de las últimas comadronas Doña Antonia Armas, conocida cariñosamente como “Antoñita la Cubana”, así como nietos de esta, y diverso público, entre los que nos encontramos varios pensionistas, invitados por el padre del artista, que también es jubilado.
    Todo el acto fue grabado por las cámaras del centro de producción de Agüimes, para la Televisión “Estecanal”. No dispongo de fotografías del acto, porque al parecer solo hizo alguna foto la hermana del artista.

    En la foto del grupo de pensionistas están, de izquierda a derecha: Don Daniel González, que por fallo en el cálculo del efecto del paralelaje al hacer la foto, al no ser una máquina réflex, sólo sale un poco, le sigue D. Juan Suárez, Don Luis García, Don Juan González y yo. El padre del escultor don Juan Gonzzález, nos invitó a hacernos la foto.

    Mi parecer es que la obra, en homenaje a las comadronas, es excelente y está muy bien conseguida, por la representación humana y la amabilidad que trasmite, porque además tiene una expresión natural, tanto la comadrona como el niño que tiene en sus brazos.
    Resulta muy llamativo, ver esta escultura delante de la Residencia de mayores, por varias razones, el principal, porque puede entenderse, la existencia de una representación, de la llegada y la finalización de la vida de las personas.
    Aunque resulte mas bonito y simpático lo de la llegada a la vida, que lo de su marcha, pero es la vida misma, y no existe nada mas real, para nosotros, que la vida y la muerte.
    La residencia de mayores, es uno de los centros que mas debemos valorar, porque ayuda a la gente a terminar sus días, con cierta calidad de vida, al que su estado físico o mental les permita, pero que si no existieran, sería muchos mas duro llegar a ese final cierto.

Foto de Don Domingo Martín, donde está el Alcalde con la Concejala de Sanidad, saludando a la centenaria Doña María Romero Viera, recientemente fallecida, en la residencia de ancianos.
    Es por eso que quizás, el Ayuntamiento optara por colocar esta escultura de vida y esperanza, por una vida que llega ofreciendo alegría, y por otro lado, en el tránsito que se encuentran los mayores, les lleven esa bella imagen, a recuerdos de su pasado, distrayéndoles su imaginación y creándoles un estado de ánimo alegre, con visión de un, mas largo tiempo de la vida. 
    Esta parte, me lleva a recordar, que en una entrevista en Radio Agüimes, al jubilarme, que me hizo Don José Ángel Santana, cuando me dijo que comentara un par de asuntos a destacar, de la vivencia con los nueve Alcaldes, con los que estuve atrabajando en el Ayuntamiento, cuando le hablé sobre Don Antonio Morales, le dije que destacaba dos actuaciones, que para mi, tenían una importancia acentuada, que fueron la construcción y puesta en servicio de La Residencia de Mayores y que fuera el artífice de la creación de la Mancomunidad del Sureste de Gran Canaria.
    Esta residencia municipal, fue la primera que se creó a tal fin, en Canarias, y la Mancomunidad, fue también la primera. De ambas gestiones estará el Alcalde muy satisfecho y orgulloso, y por supuesto, en la historia de Agüimes y de Canarias se tendrá en cuenta. Porque una de las facetas buenas del político es ser previsor y responsable.
    Si bien es cierto que todas las obras y servicios son buenas y necesarias, lo de la residencia de mayores es para mí, algo más GRANDE.
    En mis tiempos de juventud, había algo similar que llamaban: Asilo de ancianos. De aquellas fechas recuerdo, que la sociedad era muy distinta, y la unidad familiar y vecinal, era muy amplia, comportándose muy solidarios, en el seno de estas gentes, para atender al máximo a los mayores, por lo que menos del 1% fallecía en el asilo. Se decía: murió fulanito, pobre de solemnidad en el asilo de Las Palmas, después de haber pasado algunos años por la Beneficencia municipal. Porque el resto moría en la cama de su casa.
   Hoy el porcentaje de los que fallecen en la residencia es muy alto, por todo lo que conlleva la vida familiar actual, las residencias son imprescindibles, aunque hoy la administración ayudan a las familias, prestándoles el apoyo de personas que, atienden en determinado tiempo a los mayores en la casa, con el llamado: Servicio de ayuda a domicilio.

Foto de la comadrona y el niño/a
    En cuanto a las comadronas, tengo la  experiencia personal, de que cuado el nacimiento de mi primera hija, aún las mujeres paría en el pueblo, ayudadas por las excelentes profesionales, las comadronas, sin titulación universitaria.
   En mi caso, atendió a mi mujer Doña Antonia Armas, conocida cariñosamente por Antoñita la Cubana, además vecina nuestra, pues vivía a unos cien metros de mi casa.
   Añado como anécdota, que cuando daba a luz mi mujer, llamaron a la puerta. una señora del pueblo, preguntando si estaba allí la comadrona, le dije que si,  e existió en entrar para hablar con ella, le dije que no podía ser porque estaba ayudando en aquel momento al parto de mi mujer. Entonces esta señora, con semblante algo angustiado, me dijo que su hija estaba también de parto, por lo que le recomendé que se acercara al médico, si la situación le parecía que fuera de necesidad. Ella atendió mi indicación y se fue. He de decir que ambas nacieron y las dos criaturas han vivido siempre en su Agüimes, y hasta la fecha saludablemente.
   Mis otros tres hijos nacieron en las clínicas de Las Palmas de Gran Canaria, los dos siguientes en la Clínica de Urgencia, que estaba en la calle León y Castillo, y la más pequeña en la Clínica Cajal.
     Los tres últimos partos, fueron atendidos por la comadrona Doña Margarita Mateos Hidalgo, natural de Santa Lucía de Tirajana, y que estuvo en Agüimes una temporada, hasta marcharse a trabajar a las clínicas de Las Palmas.

Foto de la comadrona en su peana
   La casualidad quiso que, en uno de los nacimientos de mis hijos, me solicitara Doña Margarita, que fuera con ella a Rosiana, en Santa Lucía de Tirajana, para que yo le hiciera unas fotos a su madre. Esto me dio la oportunidad, de ver algunos de los terrenos que, con motivo de las fuertes lluvias caídas en la zona en febrero de 1956, se había deslizado las tierras blandas, un fenómeno natural, que le llamaron el “corrimientos de tierras de Rosiana”, que no había tenido la ocasión de ver antes.
     Coincide que yo, en febrero de 1956, empecé a trabajar en el Ayuntamiento de Agüimes.
   El fenómeno natural acaecido en Rosiana, del municipio de Santa Lucía de Tirajana, al parecer fue motivado porque, estuvo lloviendo unos 10 días seguidos, habiendo caído en ese tiempo, mas de 400 litros por metro cuadrado, lo que llevó a reblandecer el grueso de las tierras, sobre el macizo de la piedra, y el peso de la misma con el agua las desplazó notablemente.
    Hemos visto en varias ocasiones en la Televisión, casos similares pero con resultado catastróficos, en otras latitudes del mundo.
 
Foto con detalle de la escultura
   Aunque esto sucedió en 1956, no había tenido la oportunidad, de ver el citado movimiento de las tierras y algunas viviendas o casas de labranza, etc., hasta que en los años 60, me invitara Doña Margarita Mateo ha visitar la casa de su madre, para que le hiciera unas fotografías, ya que vivía en aquella zona, comprobando como estaban partidas las paredes y la carretera, que por lo menos resultaba llamativo.







Tercera parte

CRUZ DEL CIMBORRIO DE LA IGLESIA DE AGÜIMES


 

Tres fotos: La cruz antigua, el cimborrio sin cruz y con la nueva

LA COLOCACIÓN DE LA NUEVA CRUZ, EN LO ALTO DEL CIMBORRIO DE LA IGLESIA DE LA PARROQUIA DE SAN SEBASTIÁN DE LA VILLA DE AGÜIMES

    En lo alto del cimborrio de la Iglesia de la Parroquia de San Sebastián de esta Villa de Agüimes, siempre estuvo como remate final, una CRUZ, pero hace unos siete años, un fuerte temporal de viento, la tiró de su pedestal, sin causar daños personales, pero quedando como desnuda la torre del cimborrio sin su CRUZ, por lo que el Señor Párroco Don Francisco González González, con la Comisión Parroquial, gestionaron la colocación de una nueva CRUZ, además de pintar en principio la cúpula, de la citada torre y si fuera posible las paredes laterales, en un futuro no lejano.

    Al efecto se inició una suscripción voluntaria, para recabar fondos, que fueran suficientes para cubrir los gastos.

    El presupuesto para las dos primeras partes, ascendió a mas de siete mil euros, quedando la tercera parte, para si lo recaudado rebasaran el presupuestos citado.

    Las noticias que tengo es que, la gente han colaborado espléndidamente, pero al día de la fecha, no se ha cubierto el débito para las dos primeras partes, esperando que las donaciones continúen y se llegue a cubrir las tres partes proyectadas.

    Ciertamente, la falta de la CRUZ en el cimborrio, resultaba visiblemente deslucido, por lo menos para los que la conocimos con ella, lo que ha quedado resuelto con su colocación nuevamente.

    Una demostración de lo dicho antes se ve con las tres fotos al comienzo, una de cuando estaba la CRUZ inicial, otra de como quedó cuando la tiró el viento, y las de ahora, con la reposición de la nueva.    

Foto de paisaje con iglesia al fondo

    No descubrimos nada nuevo, si comentamos que en Agüimes, no solo existe la citada  CRUZ de la Iglesia, sino que también si han existido las colocadas en lo alto de la Montaña de Agüimes, también en el lugar conocido por “Las Crucitas”, que se encuentra en el cambio de rasante en la carretera que va de Agüimes a Arinaga, cuando dejamos atrás la zona del casco de Agüimes, y avistamos la zona de Costa.
     Detallo esto último, porque en otros tiempos destacaban notablemente, las tres cruces allí colocadas, pero en la actualidad, no se ven, porque están arropadas de una frondosa vegetación.

    Si además nos fijamos en las edificaciones antiguas del casco de esta Villa, veremos en sus frontispicios, que aún existen tarimas de forma cuadrada, terminando en cono, en donde están unas pequeñas cruces, o en su defecto, se ven los restos de que allí estuvieron.

    Si le damos un ligero repaso a la documentación de la historia de Agüimes, veremos que en el mismo y desde tiempo inmemorial, se ha practicado la religión católica, por lo que no es nada extraño, la existencia de su “señal del cristiano”: LA CRUZ.

    El día 3 de mayo de cada año, es costumbre embellecer con flores las cruces de sus casas, asimismo suben muchos vecinos a lo alto de la Montaña de Agüimes, en donde está una tribuna con una CRUZ.       Allí le colocan flores, tiran voladores, algunos rezan, también meriendan, y en general lo pasan bien, porque para llegar hasta allí, hay que hacer un mediano esfuerzo, y desde donde hay una vista panorámica espléndida, de casi todo el municipio de Agüimes, que merece la pena disfrutar.


   Aquí como en muchos pueblos de España existe la “Cruz de los caídos”, en memoria de la fratricida guerra civil española.
Foto de la Cruz de los caídos y al fondo la Iglesia

    Algo curioso me resulta ver, cuando deportistas nacionales o extranjeros, de categorías sobresalientes, hacen la señal de la cruz, al entrar o salir de los campos de deportes, esto lo digo porque, hoy la juventud canaria, en su mayoría, tienen una visión muy diferente a la que tuvieron nuestros antepasados en Agüimes, sin embargo algo queda.

    Teniendo en cuenta que, criterios hay para todos los gustos, pues yo no me esperaba, que alguien no viera bien o le pareciera fuera de lugar, que en otra de mis páginas de mis blogs, hiciera halagos y colocara fotografías diversas, para enaltecer nuestra hermosa Iglesia parroquial de San Sebastián, pues se ve que a alguien, (Con quien por cierto nunca he hablado) por lo visto no le agradó, y me envió un comentario con otra persona, siendo el contenido del mensaje el menoscabar el valor arquitectónico y artístico de la Iglesia de Agüimes y su conjunto interno, ya que me parece que quería menospreciarla, porque venía a decir que, no tiene la categoría de otras, de fama internacional, o algo parecido.

   Por supuesto que como no estaba en mi ánimo hacer comparaciones con otras edificaciones similares, pues nada me afectó el comentario, porque no le encuentro ningún sentido, porque yo veo en la construcción de la Iglesia, y la ornamentación interior, no tanto el valor visible que tiene, sino el valor que tuvieron nuestro antepasados, para hacer este edificio, con la pobreza que existía y los medios rudimentarios que habrían en aquellas fechas para su construcción, además en un pueblo tan pequeño. Su explicación la tendrá, para los que le quieran buscar otro sentido, pues a mi, como agüimense me llama la atención y me enorgullece.  
    Si acaso, comparamos con las construcciones del pueblo, y entonces me impresiona contemplar las rectas y bien labradas columnas de cantería, que conforman con el techo y las torres, la Iglesia, es una fortaleza imponente, que puede maravillar a los que la vean sin prejuicios, distinto al resultado de un gran esfuerzo. 
    Para darle quizás un poco de fundamento al disgustado que hizo la crítica que cito, pero con un sentido de humor y un poco de ironía socarrona, de la que nos achacan a los canarios, vengo a tomarme la licencia, de lo que son propias las atribuciones, de las Instituciones Públicas, el de denominar los topónimos de los lugares.
    Como así conocemos y llamamos a lugares destacados por ser un promontorio montañoso o islote, con la denominación de: “Roque”, así en nuestro entorno, tenemos al Nublo, Bentayga, Agüayro, al de Arinaga, Los Muchachos, etc…
    Pues a mi me resulta de altitud y rectitud sobresaliente, la mole de la cantería labrada, del emblemático templo de la Iglesia parroquial de San Sebastián de la Villa de Agüimes.
    Y aunque no sea fruto accidental de la naturaleza, sino formada con el esfuerzo de nuestra gente, en este momento, tengo el honor y la satisfacción, de nombrar en este humilde blog, a la Iglesia de Agüimes: “EL ROQUE DE AGÜIMES”.

Foto de las 3 torres de la Iglesia

    Espero que nadie se ofenda por invadir competencia de otros, con mi atrevimiento, en el citado nombramiento, porque a los de Agüimes de pura sepa les llega muy adentro, máxime si por circunstancias diversas, residiera fuera del municipio, porque saben valorar lo suyo en justa medida.

    Complementario a la información anterior, a continuación incluyo cierta información sobre la tradición de la Cruz en Agüimes:

   LA VIRGEN EN PROCESIÓN AL CALVARIO A LO ALTO DE LA MONTAÑA

    Don Joaquín Artiles, en su libro “UN LEGADO DE CINCO SIGLOS – La Villa de Agüimes”, en las páginas 71 y 72, escribe sobre “El Patronazgo de Nuestra Señora del Rosario”, detallando las actuaciones llevadas a cabo para nombrar a la Virgen del Rosario compatrona de Agüimes, lo que expongo a continuación, pero sólo parte de los textos para demostrar y concluir en la sintonía que Agüimes tuvo con LA CRUZ. Añadiendo a continuación otra parte del libro que titula “La Cruz Procesional” de las páginas 103 y 104, resumiéndolo todo así:

    “Debió ser muy antigua la devoción de Agüimes a la Virgen del Rosario, porque el primer inventario de sus ropas y alhajas, en 1582, ocupa ya tres largos folios….”
    “Un hecho singular habría de convertirla en Patrona e intercesora de los hijos de Agüimes. Lo atestigua el escribano de la Villa don Diego Carvajal y Guanarteme el 27 de mayo de 1646, según el “testimonio autorizado en pública forma y que de manera que haga fe” de don Pedro José de Alvarado y Dávila, también escribano de Agüimes, el 23 de junio de 1785. Según este documento, a fines de 1645 “vino sobre nosotros y sobre esta Isla la plaga de langosta y de cigarra” que asoló los campos. Eran, en aquellos tiempos, sumamente preocupante estas plagas empobrecedoras que arrastraban las cosechas y arruinaban los pueblos.”
    “Con este motivo, el 27 de mayo de 1646, intimidados por la frecuencia de tales flagelos, se reúnen en el templo de Agüimes “sus mercedes el Bachiller Miguel Lozano, cura y parroquiano de ella, y Francisco Espino Vadeviezo, Alcalde Real de esta Villa, y asimismo Balthazar Alemán, Alcalde Ordinario de ella, y juntamente con sus mercedes y Capitán Pedro Lópes Trejo, y el Capitán Juan Bautista Jaen, el Alférez Juan Alonso Romero, y el Alférez López Sánchez, y el Alférez Miguel Arias Maldonado… y 23 personas mas “todas de la Villa”.
    “¿Cuál era el objeto de aquella memorable asamblea? Preocupados y obsesionados por la continua amenaza de estas plagas y sintiendo la necesidad de una especial protección no solo en este infortunio de la langosta, sino en todas sus congojas, los hijos de Agüimes se reúnen para pedir al cielo una especial intercesora. Y echando suerte entre las distintas advocaciones que se veneraban en la parroquia, quiso Dios que saliera vencedora la Virgen del Rosario. Como dice este documento notarial, se reunieron en el Ayuntamiento “para nombrar devota para que intercediese por nosotros,  lo cual se echó por Cédulas, entre las cuales venció hacernos mercedes la Virgen del Rosario Señora Nuestra”, “para que se acabe y consuma con el favor de Dios y su Bendita Madre esta dicha plaga y las demás que contra nos fuesen”. Y entonces los allí reunidos hicieron constar que “de nuebo  y siempre inbocaban  por PATRONA E INTERCESORA DE DICHA PLAGA Y TODO LO QUE EN NUESTRO FAVOR SEA A LA VIRGEN DEL ROSARIO, a quien determinaron y acordaron en pago, albricias y sacrificio se le haga su fiesta el primero domingo del mes de abril, de cada un año perpetuamente, (Luego motivado por querer hacer coincidir la fiesta, con las fechas de la Guerra de Lepanto, se cambió al primer domingo de octubre) y se ha de comenzar esta fiesta el primer domingo de abril venidero de seiscientos y quarenta y siete  años, llevando en procesión a la Virgen Santísima a lo alto de la Montaña que dicen de esta Villa a donde se hallava y estava un Calvario con su Altar, que desde luego prometen ponerlo por obra y se obligan por si, los suyos y para los que vinieren de que en cada una de las procesiones no faltar de ellas, y quando ocupación corra no faltar uno de cada Casa”. Este voto tuvo cabal cumplimiento por lo menos hasta mitad del siglo XIX. Un año lo celebraba el convento y otro la parroquia.”
“La Cruz Procesional”
     “La iglesia parroquial de Agüimes ha tenido, en el curso de su historia, cuatro cruces procesionales: la de 1521, de plomo dorado; la que hizo el platero Francisco de Soto en 1552; la de 1657, de Sebastián Herrera, y la “cruz parroquial nueva”, de 1787, muy cercana a las cruces de orfebres Miguel Macías…”

    Añado a lo anterior una noticia reciente, sobre el equipo de fútbol “Real Madrid”, que por cuestiones de negocios, suprime la cruz que lleva su escudo, y que casualidad que, mientras aquí algunos se esfuerzan por mantener el símbolo de la cruz, otras circunstancias llevan a esta entidad, a quitarla, la coincidencia en el tiempo me resultó curiosa, y por lo tanto incorporo la noticia citada:

En el periódico MARCA se publica el 30/3/2012
“El escudo del Madrid, sin la cruz en Oriente Medio
•    Para evitar malas interpretaciones en una zona de religión musulmana
•    En la isla del emirato de Ras Al Khaimah se ubicará el lujoso complejo turístico-deportivo

   Florentino Pérez puso ayer la primera piedra simbólica del Real Madrid Resort Island, un complejo turístico-deportivo que verá su nacimiento en enero de 2015 en la isla de Ras Al Khaimah, una de las siete que forman los Emiratos Árabes Unidos.
   El presidente del club blanco fue uno de los grandes protagonistas de un acto que no tiene parangón. Se trata de un proyecto pionero en el mundo del fútbol que, cuando esté en pleno funcionamiento, tendrá la posibilidad de acercar el Real Madrid a los más de 150 millones de aficionados madridistas que viven en Asia.
   Se han cuidado todos los detalles. Y como ejemplo de ello es el gesto que ha tenido el club al prescindir de la cruz que hay en la corona del escudo para evitar de esta forma cualquier tipo de confusión o mal interpretaciones en una zona con gran mayoría de población que profesan la religión musulmana. La cruz no es más que una concesión que hizo el rey Alfonso XIII al club blanco en 1920.”
   Con todo lo dicho anteriormente, no cabe duda que, con los signos, banderas o emblemas, que representen alguna ideología, patria, religión o cualquier simbología del sector poblacional, debemos tratarlo por tanto, con exquisito respeto, con la sensibilidad que estos temas requiere, porque simplemente, no podemos valorar los sentimientos personales que puedan tener los demás, con sus simbologías, creencias, supersticiones, etc. etc.etc....

Varias fotos de los trabajos en la colocación de la nueva cruz









 









Cuarta parte


ENTREVISTA SOBRE LA PERSONALIDAD DE DON JOAQUÍN ARTILES

    Recientemente me llamó Doña Agueda Suárez, Secretaria de la Alcaldía del Ayuntamiento de Agüimes, para saber si podía darle la información que tuviera sobre la vida y obra de Don Joaquín Artiles, a profesores del Instituto “Joaquín Artiles” y a un grupo de estudiantes, porque está elaborando un dossier documental sobre Don Joaquín. Por supuesto que le dije, que cuando quisiera teníamos esa entrevista.
    Al poco tiempo recibí la llamada de Doña Cristina Nogueira Monzón, profesora del IES citado, para concretar día y hora. Y efectivamente estuvieron en mi casa, la profesora con seis de sus alumnos, los cuales me hicieron varias preguntas, las que les contesté oportunamente.
    La profesora me dijo que lo que no podía ser, es que la gente que llega al Instituto y ve el nombre, preguntan: ¿Quié es Joaquín Artiles?. Pues muchos no han tenido respuesta, y es el motivo principal que le llevó a pensar que había que recopilar toda la información que se pueda sobre la vida y obra de Don Joaquín, y en su caso, si fuera posible, hacer alguna publicación.
    Como quiera que el tiempo para la entrevista pudiera ser corto, el día que vinieron, les entregué un archivo con el texto que expongo a continuación, además de algunas fotografías de la obra del Instituto y otras de Don Joaquín.

Foto de don Joaquín Artiles
DON JAOQUÍN ARTILES, ALGUNOS DATOS DE SU VIDA Y OBRA

    INDICE:
    1.- Su niñez
    2.- Su adolescencia
    3.- Dedicación profesional de estos estudiantes
    4.- Su principal afición
    5.- La biblioteca pública de Agüimes
    6.- El Instituto de bachillerato de Agüimes
    7.- El amor a su pueblo y a la iglesia de la parroquia de San Sebastián
    8.- Algunas anécdotas

    1.- SU NIÑEZ.- D. Joaquín Artiles Santana, nació en 1903, en la casa en donde hoy está la biblioteca pública municipal, en la calle Juan Alvarado y Saz, que lleva su nombre, frente al Museo de Historia de Agüimes y al Parque de los Moros.
    Su padre, Don Luis Artiles Castro, fue Alcalde de esta Villa, desde 1912 a 1922 y desde 1930 a 1931.
    Allí se crió, cursando su enseñanza inicial en las escuelas del casco. Al respecto dice, en el párrafo segundo, página 119 de su libro “EL PERFIL DE LA SANGRE”:
    “Yo vivía en la parte baja del pueblo. Y desde muy niño me llevaron a la escuela. La escuela estaba en la parte más alta, al fondo de un callejón del barrio de Santo Domingo. Había que atravesar todo el pueblo con sus calles empedradas y una acequilla en medio para el hilo de agua que llevaba su canción a los hogares. Allí aprendimos las primeras letras, y la maestra nos cobraba cuarenta céntimos al mes. Después pasamos a otra escuela mas cercana, situada en mi mismo barrio, que nos costaba una pesetas.”
    Existió una coincidencia natural en la primera década de 1900, como habrá ocurrido infinidad de veces en otros tiempos y lugares, y es que participaron en las escuelas de Agüimes los siguientes niños:
    Sebastián Morales Viera,  que nació en 1901; Joaquín Artiles Santana, en 1903; Alonso Artiles Rodríguez en 1906; Francisco Hernández Monzón, también en 1906; Higinio Melián Rodríguez, que era también de estas edades; todos los cuales terminaron carreras superiores,  y mi padre Juan Rodríguez Romero, nació en 1905, y a él, aunque no fuera intelectual ni estudiante, lo incluyo por lo siguiente:
    Y es que él me hablaba de estos otros chicos con quien estuvo en la escuela, con palabras de alabanza, por sus cualidades y dedicación a los estudios, pues me decía que cuanto terminaban las clases, Alonso tenía "las cuentas" hechas y le explicaba a los demás niños, porque parece que se le daba muy bien la aritmética. Sabido es que todos hicieron carreras universitarias, pero mi padre no, y lo incluyo por el recuerdo de su comentario.
    Si queremos tener una ligera idea de los medios existentes para que los niños de aquellas fechas o anteriores, tenía para trasladarse a estudiar fuera de Agüimes, porque aquí solo se llegaba como máximo a aprender “las cuatros reglas”, por lo cual, tenían que hacerlo en Las Palmas,  La Laguna (Tenerife) o en la Península, haciéndolo en coches destartalados y con malas carreteras, a lo que había que añadirle, los gastos de estancia y manutención, por todo lo cual, se hacía muy complicado hacer alguna carrera, estudiando los que eran inteligentes y tenían medios económicos o se preparaban en el Seminario Diocesano. 


Foto de la profesora, los alumnos y yo
     2.- SU ADOLESCENCIA.- Don Joaquín en la página 124/6 del libro citado antes, que titula “UNA TERTULIA DE LOS AÑOS 20”, habla de su época juvenil de estudiante de enseñanza superior, y de la cita en la Alameda del grupo de estudiantes, al respecto, por gestiones del Ayuntamiento de Agüimes se colocó una escultura en la citada Plaza del Rosario, conocida también por “Alameda”, en donde se representa esta situación de un grupo de estudiantes en tertulia.
    A esto añadiría yo que, D. Francisco Hernández Monzón, se personó en el Ayuntamiento, para hablar conmigo, pues el recuerdo de mi padre le llevaba a prestarle cierta confianza en mi, para que le ayudara en un asunto municipal. Por supuesto que lo atendí y le busqué solución al asunto, de puro trámite, que le traía a la Casa Consistorial.
    El párrafo anterior lo pongo porque, al terminar de plantearme el tema, me dice D. Francisco, que recordaba mucho a mi padre, porque el grupo de estudiantes, que antes relacioné, entre los que se encontraba Don Joaquín, también se reunía en la cantina “La Bombilla” que mi padre tenía en la Cruz de los Caídos o Cuatro esquinas, en la casa de Eulogio (Este señor, al parecer, fue el dueño también de una finca en El Lomo, frente a La Orilla), en cuyo local, me dijo Don Francisco que, pasaron bonitos y largos ratos.
   Esto ya yo lo conocía, porque también me lo había comentado mi padre, por supuesto, con más detalles, que no viene ahora al caso. 

Foto del mismo grupo
     3.- DEDICACIÓN PROFESIONAL DE ESTOS ESTUDIANTES.-
   a) Don Joaquín Artiles, hace sus estudios en el Seminario Universidad Pontificia de Canarias, ejerce allí, de profesor de Historia de la Literatura; obtiene la licenciatura en Filosofía y Letras en la Universidad Literaria de Valencia; en 1943 gana por oposición la Cátedra de Lengua y Literatura Española y se incorpora al Instituto de Enseñanza Media Pérez Galdós de Las Palmas; en 1955 gana, también por oposición, la plaza de Inspector de Enseñanza Media del Distrito Universitario de Canarias; se doctora en Filología Románica por la Universidad de La Laguna (Tenerife) en 1963.
   b) Don Sebastián Morales, de quien dice D. Joaquín en el libro antes citado: que andaba “con su frescor mental y su agudeza penetrante, enredado desde entonces en problemas sociales y metafísicos”, pues se dedicó en Madrid a impartir la enseñanza. El Ayuntamiento le colocó en la casa donde nació una placa, que está situada frente al hotel rural Los Camellos.
c) Don Alonso Artiles, fue funcionario de alto rango del Estado, desempeñando entre otros el de Subdirector General de Economía y Estadística, del Ministerio de Economía del Gobierno de la Nación. Prestó sus servicios en Madrid, Barcelona y Bilbao, en donde falleció, el 13/1/2000, a los 94 años de edad.
   d) Don Francisco Hernández, finalizó su carrera profesional, siendo Inspector Jefe de Enseñanza Primaria. Los que le conocieron han puesto en Internet extensos textos de alabanzas hacia él, porque fue una persona cercana y condescendiente en el trato, con los maestros de las escuelas.
   e) Y Don Higinio Melián, hizo la carrera de Derecho, y dice D. Joaquín en su libro que “se sabía ya todos los poetas del 27”. El único que no emigró de su Agüimes, en donde residió hasta su vejez, falleciendo ya muy mayor, en el Hotel Madrid en Las Palmas de Gran Canaria, donde residió últimamente.
Otra foto del grupo con la biblioteca "joaquín Artiles" al fondo

   4.- SU PRINCIPAL AFICIÓN.- Don Joaquín, como la gran mayoría de los agüimenses, que salen de su Agüimes natal, hacia otras tierras, mantienen gran cariño y añoranza por este terruño de su Villa, pues él salió de aquí, desde el inicio en sus estudios superiores y luego habitualmente residió siempre en Las Palmas de Gran Canaria. (En la agenda del Ayuntamiento teníamos la dirección, y su teléfono, por la relación que había con él)
    Al respecto, he tenido la oportunidad de comprobarlo por manifestaciones de algunos de mis compatriotas, me han hecho llegar personalmente, de la añoranza de su tierra, lo que les lleva a visitar nuestro agasajador casco antiguo, cuando tienen oportunidad y por supuesto, a ayudar en todo aquello que sea beneficioso para su pueblo, así en síntesis, relaciono algunas de las siguientes actuaciones que como  bienhechor hizo Don Joaquín:
- La gestión para que tuviéramos un Instituto de bachiller.
- La creación de una biblioteca pública municipal.
- El regalo de lámparas y otros elementos ornamentales para la parroquia de San Sebastián.
- También el hecho de la referencia que, casi siempre, hace de esta su Villa, en los libros escritos, y otras muchas actuaciones en las que lo tuvo en cuenta.
   Pero yo no quiero olvidar, sino al contrario destacar, su gran afición a la literatura en general.
   A tal efecto quiero decir que, fue un gran entusiasta de la obra del clérigo GONZALO DE BERCEO, profundizando en sus estudios de la lengua castellana, hasta el punto, que en alguna ocasión se trasladó al lugar de nacimiento de este gran investigador, escritor y poeta, virtudes éstas que, también se les pueden aplicar a nuestro paisano Don Joaquín.
Me pregunto si algo de todo esto tendrá que ver, con el hecho de que, el Instituto Piadoso Eclesiástico “Jesús Sacramentado”, le pusiera de nombre al teatro, existente en el Colegio Nuestra Señora del Rosario: “Gonzalo de Berceo”.


Dos fotografias de Don Joaquín con el Obispo, en 1959.

   (Comentario fuera del texto entregado: En la foto de la derecha, y entre las dos cabezas de los dos sacerdotes del final, están dos personas, que se llamaban “Francisco”, que hicieron historia en Agüimes.
   El mas alto es Don Francisco María Melián Rodríguez, que fue muchos años Secretario General del Ayuntamiento de Agüimes y el otro es Don Francisco López Sánchez, que creó la empresa Lopesan, en sus inicios con un taller de mecánica, luego en construcciones públicas y ahora es una potencia en la construcción y el turismo. Ambos grandes personas, por su bondad. Al segundo, y ordenado por mi Alcalde D. Narciso Bordón, en los años 50, le proporcioné los B.O.E., en los que el buscaba información, para contrataciones de obras en Gando y otros lugares.)

      5.- LA BIBLIOTECA PÚBLICA DE AGÜIMES.- Por el año 1967, se creó en Las Palmas de Gran Canaria, la biblioteca pública del Estado, situada en donde hoy está la Plaza de la Constitución, dirigida por DON ANTONIO CABRERA PERERA, persona esta, que en mi apreciación, mantenía una gran amistad con Don Joaquín.
    La amistad y el poder de convencimiento, no solo la tenía con el Señor Cabrera Perera, sino con un amplio ámbito de la educación y la cultura en general, en la Ciudad de Las Palmas de Gran Canaria y fuera de ella.
    No se si por esa amistad, o por otras gestiones que hizo Don Joaquín, lo cierto es que, por esas fechas se inauguró en esta Villa la biblioteca pública municipal, situándose en los bajos de la vieja Casa Consistorial, en la calle Sol, dotándose de fondos de libros cedidos por la de Las Palmas. Hay que dejar claro, que yo observé que la creación de la misma, fue fruto de las gestiones de Don Joaquín, con el consecuente apoyo del Alcalde Don Lucas Bordón Suárez y su Corporación.
    Tengo un vago recuerdo, pero me parece que, a la inauguración y bendición asistieron el señor Alcalde Don Lucas Bordón Suárez, los sacerdotes de esta parroquia Don Serafín Rodríguez y Don Ángel Suárez, por supuesto el promotor y también sacerdote Don Joaquín Artiles, el director de la biblioteca provincial D. Antonio Cabrera Perera, el médico de APD Don José Luño Osacar, el Farmacéutico de APD Don José Antonio Apolinario Cambreleg, Concejales, funcionarios y un grupo de vecinos. (Recuerdo que Don Joaquín y el Sr. Cabrera Perera, seguro que si estuvieron presentes)
    Me parece que su primer bibliotecario, fue Don Gregorio Trujillo López, como personal del servicio municipal.
    Debe saberse que, el Pleno de este Ayuntamiento en sesión del 29 de mayo de 1963, siendo Alcalde Don Francisco Suárez Suárez, acordó la cesión al Excmo. Cabildo de Gran Canaria, para la construcción de una planta alta, en la casona que tiene el Ayuntamiento en el Sanantón, para dedicarlo a Biblioteca y la baja a comedor escolar.
    Como se sabe, no dio frutos la anterior propuesta, dedicándose esta casa en la actualidad a, Centro de Interpretación del casco  antiguo de Agüimes y oficina de turismo.

    6.- EL INSTITUTO DE BACHILLERATO DE AGÜIMES.- Antes de entrar en la propia cuestión del Instituto, quiero hacer un poco de historia sobre la enseñanza en esta Villa, a través de varios siglos, desde la incorporación de Canarias a la corona de Castilla, después de la conquista. (Ver fotografía de la inauguración al final)
  Fotografía de Las Crucitas, detrás el Instituto y al fondo el casco antiguo.


  Según los datos históricos, los Reyes Católicos Isabel y Fernando, compensaron al Obispado de Canarias, por su colaboración en la conquista de Gran Canaria, del “territorio de Agüimes”, para su administración y beneficio económico, creándose la Cámara Episcopal de la Villa de Agüimes, que abarcaban los terrenos existentes al Sur de Telde, en Gran Canaria.
      Estableciéndose aquí una representación eclesiástica y militar, cuyos componentes eran personas de un notable conocimiento cultural, que trasmitiría a los vecinos de nuestro territorio (municipio/parroquia), unos a propósito y otros por contaminación, en las relaciones personales.
    Si se recorre un poco por los libros de historia de Agüimes, vemos que existía una costumbre muy extendida, y fue el hecho de que las familias pudientes o adineradas, dejaban en testamento derechos de su bienes a título de CAPELLANÍAS a personas determinadas, aunque fueran menores, condicionados a que hicieran los estudios del sacerdocio, y de no hacerlos, perdía las propiedades de las CAPELLANÍAS, casos que se producían con relativa frecuencia.
    Por otro lado Don Joaquín Artiles, en uno de sus pregones o en el libro “AGUIMES ARTÍSTICO”, escribió: “Todavía no nos hemos percatado, bien los hijos de Agüimes de lo que significó para nosotros la llegada de los dominicos con su excelso magisterio de 186 años. Con la formación religiosa, el entorno cultural, su ejemplo, la forma humanística, la educación cívica, las lecciones de cortesía, el buen decir, el buen hacer, etc…” .
    En el pregón que yo hice, con motivo de la Fiesta de Nuestra Señora del Rosario de esta Villa, en el año 2008, en la iglesia de esta Parroquia, hacía referencia al párrafo anterior y le añadía lo siguiente:
    “Pues a esto último añado yo, que otro tanto sucedió, justo 300 años después, en 1949 con la llegada de los Hermanos de las Escuelas Cristianas o Hermanos de La Salle, que dieron grandes frutos de enseñanza, en el Colegio “Jesús Sacramentado”, a los hijos de Agüimes y a los de la zona del Sureste de Gran  Canaria, gracias a la gestión de los testamentarios de la riqueza de Doña María Jesús Melián Alvarado, y que ahora continúa con acierto, en la citada labor, el Instituto Piadoso Eclesiástico “Jesús Sacramentado”, si bien compartido el Colegio en la actualidad por la Congregación Religiosa de las Hermanas Teresianas y seglares.”
     La continuidad de un Agüimes anheloso de la enseñanza y la cultura, se incrementa con el establecimiento de un Instituto de Bachillerato, pues hasta entonces, lo/as niño/as, que se preparaban en el Colegio de los Hermanos de La Salle o de las Monjas, tenían que ir al Instituto Pérez Galdós en Las Palmas a examinarse del ingreso y los siguientes cursos.
    No obstante, la dedicación y el entusiasmo que pudiera tener en la gestión, con los posibles esfuerzos que tuviera que llevar a cabo Don Joaquín, en su idea de crear y poner en funcionamiento, en principio, de una Sección Delegada del Instituto Pérez Galdós en Agüimes, bajo el auspicio del Ministerio de Educación, él no estaba quizás al tanto de que, existían algunos intereses con distinta finalidad a la que se habían marcado de una forma natural, en esta clase de centros, pues se tramaba una controversia inesperada.
    Tuve conocimiento directo de que, el Hermano Ángel Fornieles Director del Colegio La Salle, había solicitado al Alcalde que, la dirección y administración en general del nuevo Instituto de Bachillerato de Agüimes, lo llevara la congregación de los Hermanos de La Salle.
    Y además le manifestó que la administración de todos los bienes dejados por Doña María Jesús Melián Alvarado, pasaran a llevarla también su congregación. Pues al parecer coincidió por aquellas fechas, circunstancias de tipo legal o por la voluntad de los Señores Albaceas, de pasar al Obispado de Canarias, la disposición de los citados bienes de Doña María Jesús.
    Y aunque todo esto a mi me parecía muy extraño, advertía al propio tiempo, que la decisión no era personal, sino de sus superiores, pues la congregación tenía necesidad de personal para cubrir plazas en otros colegios, y que serían con los Hermanos que estaban aquí en Agüimes. O quizás fuera una táctica de oportunidad, esto yo no lo se, pero la cosa se ponía muy difícil para buscarle una solución.
    No conozco las gestiones o trámites que hizo el Alcalde, u otras personas para atender estas solicitudes, pero lo que si fue cierto, es que la Sección Delegada del Instituto de Bachillerato se inauguró en 1968, bajo la dirección de Don Eugenio  Padorno, acompañado de los demás profesores legitimados, todos dependientes del Ministerio, llevando la secretaría y la demás documentación del Centro, el Administrativo facilitado por el Ayuntamiento Don Emilio Barbosa Henríquez, en donde estuvo unos años, hasta que se consolidó en este puesto, la funcionaria Doña Sebastiana (Chany) Rodríguez Suárez (Aunque también estuvieron algún tiempo otros administrativos, compañeros de ella).
Fotografía de las obras del Instituto recién terminado.

    El otro tema de las propiedades de Doña María Jesús, pasaron al Obispado como, al parecer estaba previsto.
    Consecuentemente, quizás por todo esto, los Hermanos de La Salle, se fueron de Agüimes, como habían anunciado, al no atender sus demandas o por otras causas que no conozco.
    Creo que fue una pena que los Hermanos se fueran, pero parece que la situación se complicó en demasía, para que se resolvieran en su favor sus deseos, y poder continuar, dada la entendible complejidad de las mismas.
    No por ello dejó de funcionar el Centro que tenía los Hermanos, porque el I.P.E. “Jesús Sacramentado” trasladó a esta Villa a las Hermanas Carmelitas, las Dominicas y algún tiempo funcionó solo con seglares y ahora están las Hermanas Teresianas en colaboración con profesores seglares, continuando la enseñanza en el mismo.
    Del interés y puesta en funcionamiento del Instituto que tenía Don Joaquín, puede dar una idea, la anécdota de la siguiente situación:
   Uno de los días que fui a Las Palmas, para hacer gestiones, subí en una guagua, y coincidí que en el primer banco de la entrada a la misma, estaba sentado Don Joaquín, me senté a su lado y después del correspondiente saludo, me preguntó de como iban los trabajos en la obra de construcción del Instituto, yo por supuesto conocedor de su ánimo en favor de su puesta en marcha, y sin  faltar a la verdad, le dije que las obras iban muy adelantadas, y además se daba la circunstancia de que la Empresa, (Que al parecer sus propietario eran de la zona Norte de Gran Canaria) también estaban construyendo el Cuartel de la Guardia Civil también aquí en Agüimes, la cual estaban finalizando, y era lógico que el personal de allí lo llevarían a la obra del Instituto. Aunque Don Joaquín tenía una personalidad, que daba una impresión de mucha seriedad, quizás con la información que le facilité, le hice cambiar algo su normal y serio semblante.
    Si bien ya comenté el gran beneficio que hicieron con la enseñanza los Dominicos, según Don Joaquín, y los Hermanos de la Salle, con mucha justicia, ahora tenemos que añadir la inmensa labor  del “Instituto Joaquín Artiles”, por la enorme cantidad de personas, jóvenes y también mayores, que allí se han preparado, los cuales debieran tener su recuerdo al promotor del Centro, Don Joaquín Artiles.
    En su inauguración en 1968, estuvieron las autoridades Insulares, provinciales y locales, entre los que se encontraban, por supuesto, sus mas directos gestores: DON JOAQUÍN ARTILES Y DON LUCAS BORDÓN, Inspector de Enseñanza Media y Alcalde, respectivamente.          

7.- EL AMOR A SU PUEBLO Y A LA IGLESIA DE LA PARROQUIA DE SAN SEBASTIÁN.-
 Una prueba de ello es la publicación de los siguientes libros:
    - EL TEMPLO PARROQUIAL DE LA VILLA DE AGÜIMES, 1977.
    - AGÜIMES ARTÍSTICO, 1982.
    - UN LEGADO DE CINCO SIGLOS, 1985.
    - EL PERFIL DE LA SANGRE, 1992.
    Hizo otras publicaciones, que también hacen referencia a su Agüimes y otros a otros lugares o situaciones.
    En los citados libros se publican algunas fotografías que yo hice en su día, algunas tienen en el pie de las mismas: “FOTO ARTILES”. Hechas por expreso encargo de Don Joaquín, aunque me las solicitaran y las llevaron, los sacerdotes naturales de esta Villa Don José Díaz Alemán y Don Juan Artiles Sánchez.
    Aunque D. Joaquín tenía su residencia habitual en Las Palmas de G.C., que compartía con su hermana Doña Catalina (Linita) y la joven Doña Rosario García Alemán, que les ayudaban en los quehaceres del hogar. Luego vivió también allí, con su sobrina Doña Agustina (Tinita) Rodríguez Artiles y su esposo Don Juan Domínguez Sánchez. En las temporadas de vacaciones venía a la casa de Agüimes de su hermana Doña Eusebia, que vivía con su hija Doña Catalina (Licha) Rodríguez Artiles, casada con Don Diego Artiles Romero.
     La corporación municipal del Ayuntamiento de Agüimes, ha tenido en consideración especial a Don Joaquín Artiles, y prueba de ello es que en sesión plenaria, bajo la presidencia de su Alcalde Don Francisco Suárez Suárez, el 31 de diciembre de 1965, lo nombran HIJO PREDILECTO.
    Posteriormente denominan la Avenida Doctor Don Joaquín Artiles, la existente entre la Rambla y el Milano, o sea la que da frontis a la actual Casa Consistorial, que tiene el número uno de gobierno, a efectos del padrón municipal.

Foto: Avenida Dr. Joaquín Artiles.


(Otro comentario fuera del texto entregado: Casi la mitad, de los 52 años trabajados en el Ayuntamiento, estuve en la nueva Casa Consistorial, en la Avenida Dr. Joaquín Artiles, nº. 1, la misma se encuentra en medio del admirable parque, con profusión de pasillo, a distintos niveles, con dos fuentes, una de ellas luminosa, que le dan una configuración agradable para su disfrute, a lo/as usuario/as.
    La frondosidad del mismo y sus alrededores, posibilitan la vida de toda clase de pájaros, desde el palmero común al gran mirlo negro, pasando por el pequeño canario del monte al capirote silvestre, que alegran con su trinar, el ambiente de la zona de La Rambla.
    Una vez más tengo que decir que, he recibido halagos por lo bonito que está el parque del Ayuntamiento y aquí tengo que recordar y felicitar, al arquitecto redactor del proyecto Don Juan Luis Medina Marrero y sus colaboradores.) 
    También tienen el nombre de “Joaquín Artiles”, el Instituto y la Biblioteca Pública Municipal.
    Don Joaquín tenía un “don personal”, además de por sus conocimientos, por su normal desenvolvimiento en el trato personal, manteniendo siempre una seriedad en la conversación, estado en que continuaba cuando andaba solo, imprimiéndole quizás su comportamiento hacia los demás en demanda de respeto, aunque fuera quizás de manera inconciente, que se acentuaba a la vista de los interlocutores, al vestir como sacerdote esa larga sotana negra y por otro lado también, permanentemente llevaba gafas oscuras, creo que por algún problema de salud visual, porque en el último tramo de su vida, y según me comentó unos de sus familiares, quedó bastante mal de la vista, y los suyos, dada su afición a leer y escribir, le compraron una lupa de mesa o algo así, para que pudiera seguir con sus aficiones.

8.- ALGUNAS ANÉCDOTAS:

    a) Al llegar yo, a Hoya Fría en Santa Cruz de Tenerife, para hacer mi servicio militar obligatorio, al pasar lista a los reclutas que estaban en mi Compañía, que lo hacía una Cabo, diciendo el nombre y el primer apellido, contestando cada uno con el segundo apellido. Me sorprendió que algunos compañeros, voluntario del alistamiento, un par de años mas jóvenes, de la localidad de Arafo en su mayoría, se acercaron a mi para preguntarme si yo me apellidaba “Artiles”, les contesté que si, y seguidamente me dijeron que si yo era familia de Don Joaquín Artiles, a lo que yo les pregunté, que a quien se referían, pues lo menos que esperaba yo en aquellas fechas, la popularidad que tenía Don Joaquín allí en Tenerife, aclarándome ellos que, se referían al Inspector de Segunda Enseñanza que era de Las Palmas, que por lo visto tenía que ver con los rectores de la enseñanza en La Laguna, que afectaba al parecer a todo el Archipiélago Canario, a lo que les contesté que Don Joaquín no era de Las Palmas, sino de Agüimes, que era de mi pueblo, y que nació y se crió en una casa, casi frente a la mía, pero que no nos considerábamos como familia, ya que desde que se pasan dos o tres generaciones, las familias se reparte y se alejan, además se da la otra circunstancia lógica, la de que en Agüimes habían muchas personas que se apellidaban “Artiles”.
    Estos muchachos durante todo el tiempo  que estuvimos juntos, mantuvieron conmigo un mutuo respeto y consideración, aunque siempre se empeñaban en decir: “Artiles” el canarión de Las Palmas, aunque yo les repetí muchas veces, hasta que me cansé, que yo era de Agüimes de Gran Canaria.
   Ahora que se ha puesto de moda, el que la gente de Tenerife llamen a todos los de Gran Canaria, como que son de “Las Palmas”, para evitar decir de Las Palmas de Gran Canaria, a los que son de la capital, o cuando sea de cualquier pueblo de la Isla, digan el nombre del mismo, y de Gran Canaria. Ahora deduzco, algo que yo no me percataba en aquella fecha, y es el interés, al parecer muy normal, para la gente de Tenerife, en llamar a todos los de Gran Canaria, como que son de “Las Palmas”, que es el nombre de la Provincia, de las tres islas orientales.

   b) La relación de Don Joaquín con las Autoridades y gentes de la enseñanza, la cultura y otros ámbitos del conocimiento, además de por su cargo de Inspector, le obligaba a trasladarse de un sitio a otro, por lo que, al comienzo de los años sesenta, cuando hacía mis trabajos de fotógrafo (Que alternaba con la de funcionario del Ayuntamiento), entré al restaurante “La Rotonda” de San Agustín, en la zona de Maspalomas, y observé que, en una de las mesas estaba sentado Don Joaquín, con un grupo de personas, tomando algo refrescante o comiendo, lo que no me extrañó nada, aunque en ese momento, no tuve la ocasión de trabar ninguna palabra con él, siguiendo mi camino, hacia los almacenes de empaquetados de tomates de Arguineguín, para cumplir con un encargo de fotos que tenía.
    Hago esta referencia porque Don Joaquín no era un sacerdote común de parroquia, a los que acostumbramos a ver, como mas cercanos a la feligresía vecinal, porque esta es otra misión, dentro de la organización de la Iglesia, y Don Joaquín gestionaba su misión sacerdotal en otras actividades, pues ya en los inicios del turismo del Sur de Gran Canaria, aparecía en aquellos primeros establecimientos, pues se movía de un lado al otro de la Isla, en el Archipiélago, Península, etc., resolviendo los asuntos propios de su cargo. 

   c) Algunas aclaraciones a dos profesores de secundaria.
   Llegaron al Ayuntamiento dos profesores del Instituto de Bachiller de Agüimes, en las fechas que ya se estaban tramitando las Secciones Delegadas del Instituto de Agüimes, para Vecindario y Maspalomas, para gestionar documentos municipales de sus intereses.
   Mientra yo examinaba los documentos, en la presencia de estos dos señores, ellos iniciaron una conversación, que me obligó a participar en la misma.
    Uno le preguntó al otro, que no le parecía normal, que estuviera el Instituto en este pueblo de Agüimes, con lo que representaba para ellos Vecindario y quizás hasta Maspalomas.
Entonces el otro le vino a decir que, esto es propio de algún cacique, porque le habían dicho que, los hilos para que se hiciera en Agüimes los movió, al parecer un señor que era de este pueblo.
Entonces intervine yo para decirles que:
   La gestión para la construcción de un Instituto de Bachillerato en Agüimes, se había hecho desde hacía muchos años, cuando Vecindario eran cuatro casas, y en Maspalomas no existía ningún núcleo urbano, siendo Agüimes un pueblo ávido de luchar siempre por la enseñanza y la cultura en general, y de una población relativamente considerable a tal fin y centralizado, que se incrementaba con las gentes residentes en Ingenio, Carrizal, Santa Lucía y San Bartolomé de Tirajana.
(En 1952 estando de Alcalde Don Narciso Bordón Suárez, Agüimes inició el expediente para la construcción y puesta en funcionamiento del Instituto Laboral, para lo cual se adquirió los terrenos necesarios, se comprometió con la participación de fondos, logró los compromisos del Cabildo para financiar parte del mismo, así como del Gobierno Civil. Lo cierto fue que, no se logró aquí, y después de mucho gestionar y luchar, el citado Instituto se hizo y funcionó en Telde.)
   De todos es sabido que, los núcleos urbanos en el Sur y Sureste de Gran Canaria, son los citados antes, pues la zona de costa desde Carrizal hasta Mogán, solo existían los almacenes de empaquetados de frutos, las casas-máquinas de los pozos, y algunas casas salteadas, porque el resto de la gente, que en su mayoría procedían de otros pueblos de la Isla, vivían en cuarterías, en medio de los cultivos de tomates, quedando en su mayoría invisibles.
 
(Recuerdo que en los años 50, los guardias municipales que tenían que desplazarse a la zona de costa de San Bartolomé de Tirajana, para notificaciones o cualquier otra gestión, a los poquitos habitantes que habían, solían pasar por Agüimes, pues en varias ocasiones los ví en este Ayuntamiento.

            Recuerdo al motorista, un tal “Momo”, que equipado con sus botas altas conducía la moto. En alguna ocasión también llevaba de paquete en la misma, a “Juanito el Cabo”.

            No se bien porqué pasaban por este Ayuntamiento, pero me supongo, que aparte de hacer un descanso, pues podían traer encargos de su Ayuntamiento, interesando información sobre soluciones en la tramitaciones de los expedientes municipales, etc.)

   Añadiéndoles que su momento ha llegado ahora, para que estos dos barrios de los municipios tirajaneros, dispongan de sus correspondientes Secciones Delegadas del Instituto.
Les indiqué que la persona promotora del Instituto en Agüimes fue Don Joaquín Artiles, Inspector de Enseñanza Secundaria de Canarias, y aunque sí era natural de Agüimes, las condiciones se daban, para que el mismo se construyera aquí.
   Los citados profesores, con la educación que se les presuponen, me agradecieron la información, que desconocían, porque habían venido de la Península.
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-DON JOAQUÍN ARTILES EN UN LIBRO DE DON FRANCISCO TARAJANO-

   El Profesor, escritor, poeta e investigar de nuestra historia DON FRANCISCO TARAJANO PÉREZ, en su libro titulado "AGÜIMES PATRIMONIO HUMANO", incluye una larga exposición de la personalidad de DON JOAQUÍN ARTILES, al que le añade un par de fotografías, y copiado todo ello, es lo siguiente:
   

“Don Joaquín Artiles Santana

 
Don Joaquín Artiles
En 1910 vive en El Ejido de Agüimes el matrimonio formado por don Luis Artiles Castro (52 años) y Doña Agustina de Santa Ana (34 años). Para esa fecha tienen por hijos a Catalina (13 a), Juan (9 a), Joaquín (7 a), Eusebia (5 a), Luis (3 a) y Sebastián (1 a). Después les nacerían otros tres.

Joaquín nació el 26 de noviembre de 1904.

Don Joaquín tuvo la suerte de ingresar en el Seminario donde cultivó su inteligencia y talento (1914-1927). Ordenado sacerdote, el 2 de abril de 1927, ejerció como profesor de Literatura Española en el mismo Seminario durante bastantes años.

En 1930, fue nombrado capellán del Cister en Teror.

En 1935, se licenció en Filosofía y Letras en Valencia. En 1943, ganó por oposición la Cátedra de Lengua y Literatura Española en el Instituto "Pérez Galdós" de Las Palmas donde ejerció desde 1936 a 1955.

En 1955, también por oposición, ganó la plaza de Inspector de Enseñanza Media del Distrito Universitario de Canarias.

Se doctoró en Filología Románica por la Universidad de La Laguna (1963). Fue siempre un modelo de sacerdote y de profesor. Como sacerdote brilló en los púlpitos, en la prensa y en la radio Como profesor le reconocen su prestigio y autoridad sus muchos exalumnos del "Pérez Galdós".

Desde 1936 a 1955 desempeñó cargos civiles. Fue asesor religioso de la Falange.

Don Joaquín está considerado como una de las figura más sobresaliente de las letras canarias de la segunda mitad del siglo XX. Entre sus publicaciones destacamos:

"Tres lecciones de literatura canaria" (1942).
"Más sobre Tomás Morales" (1959).
'Paisaje y Poesía en la Edad Media" (1960).
"Los recursos literarios de Berceo" (1964).
"Poesías escogidas de Fernando González" (1966).
"Antes y después de Rubén Darío" (1968).
 "Ensayos y estudios literarios" (1975).
"El libro de Apolunio, poema español del siglo XIII" (1976).
"Poesías satíricas de Saulo Torón" (1976).
 "Saulo Torón, poeta lírico" (1976).
"Historia de la literatura canaria" (1978).

Sobre la historia de la Villa de Agüimes, donde nació en 1904, ha publicado algunos trabajos. El más conocido y profundo es "Un legado de cinco siglos" (1985). "Inventario del tesoro de la Iglesia de Agüimes" (1980). "Agüimes Artístico" (1982).

Don Joaquín Artiles Santana y Don Orlando Hernández Martín

Don Joaquín ha sido también:

Decano del Colegio de Doctores y Licenciados (1948-1960)
Presidente del Patronato del Colegio Universitario de Las Palmas (1973).

En 1992 publicó un libro de poemas "El perfil de la sangre", que él dedica "En homenaje a la Villa de Agüimes, mi pueblo natal". Fue editado por el Ilustrísimo Ayuntamiento de la Villa de Agüimes, siendo alcalde don Antonio Morales Méndez.

Hijo Predilecto

En el pleno del 25 de diciembre de 1964, el concejal don Diego Artiles Romero propone a don Joaquín Artiles Santana como Hijo Predilecto. Se dejó pendiente la propuesta "porque no es ocasión oportuna".

En la sesión del 31 de diciembre de 1965 se acordó nombrar a don Joaquín Artiles, hijo predilecto de la Villa, por unanimidad de todos los componentes de la Corporación, a saber: Francisco Suárez Suárez, Bartolomé Santana Artiles, Gregorio Rodríguez Herrera, José Artiles Sánchez, Juan Rafael Caballero Sánchez, Alonso Méndez Rodríguez, Domingo Caballero Tarajano, Vicente Marrero Herrera y Lucas González García.

El alcalde don Francisco Suárez Suárez expuso algunos hechos por los que se hace a don Joaquín acreedor a tal título:

1:-No hay un hijo del pueblo que haya acudido a él en cualquier necesidad o situación y no hay recibido la asistencia y protección que le fueren necesarias cerca de los organismos provinciales.

2.- La creación de la Biblioteca Pública Municipal se debe a él; apropuesta suya se concedió al Ayuntamiento una subvención de cerca cincuenta mil pesetas que se invirtieron en la instalación de la misma.

3.- La Dirección General de Enseñanza Media acordó crear en la Villa una Sección Delegada del Instituto Nacional de Enseñanza Media por mediación de don Joaquín.

4.- El magnífico camarín de la Virgen del Rosario y las valiosas arañas que adornan los arcos de la Iglesia Parroquial se deben a él en una buena parte.

5.- Más de la mitad de los solares necesarios para las viviendas de la Obra Sindical del Hogar fueron vendidos por él dando las mayores facilidades al Ayuntamiento para su pago (1962).

Calle Joaquín Artiles

En la sesión del Ayuntamiento, del 30 de abril de 1969, el alcalde, don Lucas Bordón Suárez, "hace una detenida biografía del Hijo Ilustre de Agüimes, prócer, sapientísimo sacerdote, inspector regional de Enseñanza Media, doctor y gran romanista, don Joaquín Artiles".

Destaca en primer lugar su fecundo sacerdocio al servicio de la Iglesia de Cristo como predicador elocuente y brillante escritor.

Resalta su labor docente como profesor de Literatura en el Seminario y en el Instituto "Pérez Galdós" de Las Palmas.

Pondera, sobre todo, su amor a la Villa por la que ha dedicado los mejores días de su vida al conocimiento y divulgación de su historia, a resolver cuantos problemas le han sido planteados por su pueblo y por los hijos de su pueblo. Sus desvelos y cariño por su Villa natal culminan al conseguir la creación del Instituto Nacional de Segunda Enseñanza.

Por estos y otros muchos méritos propone su nombre para la calle que empieza en la Rambla y va hacia Temisas.

Se aprueba la propuesta por unanimidad de los componentes de la Corporación: Lucas Bordón Suárez, Antonio Hernández Bordón, Alonso Rodríguez Artiles, Francisco Sánchez Artiles, Cristóbal Ruano Suárez, Luis Trujillo González, Juan Rafael Caballero Sánchez, Juan Martín Guerra y José Santana Jerez.

Da fe el Secretario, don Juan Ibáñez Jerez.

Días antes, el 12 de marzo de 1969, en el Hotel Santa Brígida se le rindió un homenaje a don Joaquín. Asistió la Corporación y empleados del Ayuntamiento de Agüimes. Se le ofreció un pergamino plateado con la inscripción del Ayuntamiento que costeó los gastos. El verdadero motor del acto fue el alcalde don Lucas Bordón, así se lo reconoce don Joaquín Artiles en carta dirigida al alcalde y leída en la sesión del 26 de marzo de 1969.

A don Joaquín se le encargó los pregones de las fiestas patronales.

El 30 de agosto de 1968, la Comisión de las Fiestas del Rosario le propone el Pregón.

El 3 de diciembre, la Corporación proclama que el Pregón del Rosario hecho por don Joaquín es la mejor reseña histórica que se podía pensar de Agüimes y su señorío. Se acuerda editarlo, distribuirlo y conservar en el Archivo.

En la misma sesión se acordó adquirir 16 ejemplares del libro "Recursos literarios de Berceo", de Don Joaquín Artiles.

También 15 ejemplares de la obra de don Mariano Hernández Romero "El otro Cristo", que trata de la vida de un gran hijo del pueblo, don Antonio Vicente González."

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      Si bien es cierto que estuve bastante tiempo buscando fotos de la Inauguración del Instituto de Bachiller "Joaquín Artiles", no pude conseguir ninguna, para incluirla en el trabajo anterior, sin embargo en los últimos días de este mes de agosto de 2012, me encontré con una de estas fotos, en la página 31, del libro escrito por Don Francisco Tarajano Pérez, "MEMORIAS DE AGÜIMES - TOMO IV", publicado con la colaboración del Ayuntamiento de Agüimes, en el 2002 .
    Al pie de la foto Don Francisco, pone lo siguiente:
    "Inauguración del Instituto. Don Joaquín Artiles Santana, Don Atilio González, Don Juan Marrero Díaz (Vicario), Don Lucas Bordón Suárez, Don Antonio Hernández Bordón, Don Angel Suárez, Don José Artiles y otros."

      A la relación anterior he de añadir, a mi compañero de trabajo en el Ayuntamiento, Don Antonio Merino Benítez, Policía Local, que se ve, entre las cabezas de D. Lucas y Don Angel. 

NOTAS Y FOTOGRAFÍAS DE LA INAUGURACIÓN DE UNA NUEVA BIBLIOTECA EN EL MUNICIPIO




En la foto, de izquierda a derecha: Sargento de la Guardia Civil, D. José Macías, D. Antonio Cabrera Perera, D. Luis Trujillo, D. Lorenzo Olarte, D. Joaquín Artiles y dos desconocidos para mi.


Recientemente la casualidad quiso, que mi esposa, ordenando las cosas de una cajonera, tropezara con un portanegativos de fotografías, en el que aparecía escrito: “INAUGURACIÓN BIBLIOTECA 23-4-77”, y me lo entregó, por si fuera de mi interés, como hace siempre cuando encuentra algún material fotográfico.

            Le dí un vistazo y comprobé que algunas de las fotografías, entre otras, correspondían a la inauguración de una de las tantas bibliotecas que existen en el municipio.


En la mesa del acto de la inauguración, se encuentra el Iltrmo. Señor Presidente del Excmo. Cabildo Insular de Gran Canaria Don Lorenzo Olarte Cullen (30 de marzo de 1974 a julio de 1979); Don Joaquín Artiles, como vecino enamorado de la cultura y la enseñanza en general y de Agüimes en particular, así como Inspector Jefe de Enseñanza Secundaria Regional; como no podía ser de otra manera, estaba el Alcalde de Agüimes, Don Luis Trujillo González (1969/1977); Don José Macías Santana, quien fue Vicepresidente y Consejero del citado Cabildo; Don Antonio Cabrera Perera, Director de la Biblioteca Pública, de Las Palmas de Gran Canaria; el Sargento Comandante del Puesto de la Guardia Civil, de aquella época. Asimismo les acompañan dos personas mas, las cuales no conozco y no puedo decir quienes son, ni que representan. 





Don Joaquín Artiles, obsequia a los estudiantes con unos libros.


Es del conocimiento público, como queda dicho en los párrafos primeros, de esta parte de la página dedicada a Don Joaquín Artiles, que desde 1967, fecha en la que se inauguró la primera biblioteca pública municipal de esta Villa, la que él promovió, se han ido creando luego, nuevas bibliotecas en las Casas de la Cultura, Centro sociales de todos los barrios, además de las existentes en todos los centros docentes.




En la primera foto, Don Lorenzo Olarte, entrega un libro a un niño y e la segunda, mientras Don Joaquín entrega otro a una niña, Don Lorenzo con la mirada, agradece al fotógrafo su trabajo.




Por mucho que miro las fotografías, en sus partes de los fondos, no me da ninguna pista, para saber concretamente, en donde se hizo esta inauguración de esta nueva biblioteca, aunque por los detalles de las paredes, parece que pudiera ser en algún centro docente.



 En esta foto, Don Lorenzo Olarte, parece que da por terminado el acto.





Lo que ahora, parece tan normal, el hecho de que, proliferen las bibliotecas en todos los pueblos y ciudades,  no lo eran tanto en aquellas fechas. Pero como he comentado en otras partes de este blog, ya sea porque la Villa de Agüimes, fue concedida su administración y el disfrute de importante patrimonio, al Obispado de Canarias, por los Reyes Católicos, como compensación en las labores de la conquista de las Islas Canarias, y sabiéndose que el clero, dominaba una parcela muy importante, de la cultura y la educación en toda España, pues Agüimes se benefició de esos conocimientos, porque aparte de los sacerdotes parroquiales, estuvieron también aquí muchos años, el convento de los Dominicos, sucediéndoles mas tarde los Hermanos de las Escuelas Cristianas (Hermanos de La Salle) y varias congregaciones de Hermanas religiosas, en los colegios del municipio.




También Don Joaquín Artiles, se empeñó en la creación del Instituto de Bachillerato en esta Villa, aunque tengo conocimiento, que autoridades de otras localidades, presionaron para que el mismo se hiciera en sus localidades, y aunque para algunos no le agradara, el supo justificar la necesidad de su construcción en Agüimes, por ser el centro de las poblaciones, de la comarca del Este y Sur de Gran Canaria, y las poblaciones de la cuenca de Tirajana.

            Todo esto hace que, en nuestro municipio, exista esa inquietud sobre la adquisición del conocimiento y la cultura, desde aquellos tiempos hasta ahora, cuya inquietud se mantiene en la actualidad, con la ayuda de las Autoridades locales y los medios de los que nos hemos dotados en centros docentes y culturales, hasta el punto que según la comparativa de los datos de las estadística, nuestro municipio es de los que, casi no existe el absentismo escolar, en todo caso, es muy mínimo.



UNAS LÍNEAS AHORA CON CIERTOS VISOS DE HUMOR



En la foto: D. Lorenzo Olarte, entre D. Joaquín Artiles y D. Luis Trujillo.
 
En la precedente fotografía se ve al Excmo. Señor Presidente del Cabildo, con la mirada hacia el cielo o hacia el techo.



            Esta instantánea nos podía llevar a múltiples dichos de humor, pero en una página bastante seria, no podemos caer en chistes que pudieran resultar poco agradables, para las personas que están en la foto.



            Respetando la situación de la composición del blog, solo quiero decir, ya que esta parte de la página, la redacto el 17 de noviembre de 2012,  que si la foto se hubiera hecho en estas fechas, se podía decir que el Señor Presidente, clamaba al cielo, pidiendo solución para España, en esta lamentable crisis económica y política, por la que se atraviesa, en los últimos años.

            Es conocido que Don Lorenzo, ha sido siempre muy aficionado a las palomas mensajeras, hasta el punto que algún amigo suyo, le quiso obsequiar con un programa informático, para controlar no se que, de las mismas. Si observan, en la foto, se ven palomitas, detrás de él, me supongo pintadas, y no se, si su imaginación le llevó a mirar hacia arriba, por si también pasaban volando, alguna mensajera? (Con mis disculpas, si acaso no fuera de su agrado este párrafo)  

            Cualquier humorista que, en su momento hubiera dispuesto de esta imagen, podía sacarle mucho partido, pues yo que no lo soy, se me ocurren algunas ideas, pero no es el momento ni el lugar.





En la Villa de Agüimes a 15 de mayo de 2012.