jueves, 26 de agosto de 2010

BODAS DE ORO CORONACIÓN VIRGEN DEL ROSARIO DE AGÜIMES 2009










BODAS DE ORO DE LA CORONACIÓN Y NOMBRAMIENTO DE ALCALDESA MAYOR PERPETUA A LA VIRGEN NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO DE AGÜIMES, EN OCTUBRE DE 2009.



REMEMORANDO MI ETAPA FELIZ DE LOS AÑOS 50

            Esta celebración de ahora, de las BODAS DE ORO DE LA CORONACIÓN Y DEL NOMBRAMIENTO DE ALCALDESA MAYOR PERPETUA DE LA VILLA DE AGÜIMES A NUESTRA SEÑORA LA VIRGEN DEL ROSARIO, recordando los actos acaecidos en octubre de 1959, irremediablemente me trae a mi memoria, aquellos inolvidables años de felicidad que disfruté.

            Durante toda la vida de las personas, existen muy diversas etapas, en las cuales unas son mejores y otras no lo son tanto, pues en mi relativa larga vida (72 años), también como todos los mortales he pasado por momentos muy felices y otros menos agradables.

            Puedo confirmar, que desde mi incorporación al trabajo como Ordenanza del Ayuntamiento el 11 de febrero de 1956, hasta mi incorporación a filas en el Servicio Militar Obligatorio en marzo de 1960, fui muy feliz, quizás en más de un 90% de los días.

             Entre otros, lo que de alguna forma me llevó a rememorarlo ahora con mayor entusiasmo, fue al ver la exposición de fotos de aquella época, que el Ayuntamiento hizo entre los actos de fiestas de 2009, entre las que se veía al Señor Alcalde de aquellas fechas Don Narciso Bordón Suárez y otras muchas personalidades y vecinos, en distintos actos de la citada fiesta.




FOTOS: EL ALCALDE DON NARCISO BORDÓN SUÁREZ Y SU SEÑORA DOÑA ANA MARÍA ARTILES VÁZQUEZ, LLEVAN EN LAS BANDEJAS LAS CORONAS. EL TENIENTE DE ALCALDE DON VICENTE MARRERO HERRERA, LLEVA EL VASTÓN DE MANDO DE LA ALCALDÍA. EN LA SIGUIENTE EL PÁRROCO DON JUAN PÉREZ SOSA, CON EL ALCALDE Y DON ALEJANDRO GONZÁLEZ RODRÍGUEZ, AYUDAN AL SEÑOR OBISPO EL ILTMO. Y RVDMO. DON ANTONIO PILDAIN ZAPIAIN, A COLOCAR LAS CORONAS A LA VIRGEN Y AL NIÑO.




EN LA DE LA IZQUIERDA COLOCA LA VARA DE MANDO EL ALCALDE EN EL TRONO Y LA DE LA DERECHA LA VIRGEN DISPUESTA PARA LA PROCESIÓN.




LA PRIMERA FOTO DE LA SALIDA DE LA PROCESIÓN, ESTÁ EL SACERDOTE DON JOSÉ QUEVEDO BÁEZ, SOBRINO DE DON ENRIQUEZ BAEZ, QUE HABÍA SIDO PÁRROCO DE ESTA VILLA, Y A SUS LADOS LOS NUEVOS SACERDOTES ORDENADOS EN FECHAS RELATIVAMENTE RECIENTES, NATURALES DEL MUNICIPIO, DON JOSÉ DÍAZ ALEMÁN Y DON JUAN ARTILES SÁNCHEZ. EN LA OTRA ACOMPAÑA AL SEÑOR OBISPO, NUESTRO ENTRAÑABLE Y BIENECHOR DE AGÜIMES, DON JOAQUIN ARTILES, TAMBIÉN SACERDOTE Y NATURAL DE ESTA VILLA.



        Para que a nadie le parezca sorprendente lo dicho, sino de lo mas normal, lo de mi felicidad, he de aclarar, que cuando yo comienzo a trabajar en el Ayuntamiento, venía de realizar duros trabajos, como son los de la agricultura, los que no lo han hecho, por supuesto no tienen base para poder valorarlo, pues mi último trabajo, fue “cavando papas” en el Lomo Caballo (donde hoy está la escombrera). Tanto a esta finca como a las de Piletas, íbamos caminando por la mañana, allí comíamos de lo que lleváramos y caminando volvíamos al final de la jornada por la tarde.
Por supuesto que antes había pasado también por alistar tierras, coger tornas para regar, despedregar en “La Gloria” para el cultivo de tomates (donde hoy está el hotel Gloria Palace, en lo alto de San Agustín (Maspalomas). También pasé por almacenes de empaquetado de tomates, descargando camiones, aquí y en Fuerteventura.
Un apunte mas, que para mí es muy interesante, porque me marcó el vislumbrar de lo que se me venía encima, y es que también estuve unos días, hasta terminar el barco, descargando varas (Se usaban para hacer las atadas donde sujetar los tomateros y también en los socos de los cultivos) en el muelle de Arinaga, a las órdenes de D. Francisco Estévez García, esto último fue uno de los primeros trabajos que hice después de dejar la vida escolar/colegial, que con mi endeble cuerpo, me las veía y deseaba, para cargar con el enorme peso del manojo de varas mojadas, subirlo por la escalera del muelle y apilarlo con los demás, recuerdo que no tenía fuerza física suficiente, pero tenía que hacerlo aunque reventara, aquello era de película (como dirían ahora los jóvenes), por eso quizás, lo pagaban muy bien.
Todo esto fue entre los 14 y los 17 años.

             Pues un poco antes de cumplir los 18 años empecé a disfrutar del graciable trabajo que me encargaban en la Casa Consistorial, unos para realizarlos allí y otros para desarrollarlos en la calle, dadas las funciones de mi puesto de trabajo.

            Las líneas generales de mi trabajo diario, era el abrir la citada Casa Consistorial antes de las 9, y estar a disposición del Señor Secretario y de los demás funcionarios administrativos, ya fuera para hacer algún que otro escrito a máquina o a mano, y otras muchas tareas que diariamente iban surgiendo. Por otro lado colaboraba con los Guardias Municipales en las notificaciones, que habían bastantes, especialmente del servicio de abastecimiento y transporte (Negociado de abastos), como de sanciones a los padres por la falta a clase en las escuelas de sus hijos.

Por la tarde abría a las 4 y me iba a buscar el correo, para recogerlo y llevárselo al Señor Alcalde, a donde él estuviera, si estaba en Agüimes. Pues me tenía dicho que quería verlo todos los días y eso hacía. Primero iba a su despacho de trabajo privado, y si no estuviera, lo buscaba y normalmente lo encontraba con facilidad, porque la gente era muy servicial y me decían por donde lo habían visto. Hasta el punto que un día, no se si me puso a prueba, pero lo cierto es que estaban buscando solucionar la problemática de las aguas residuales, y buscaban donde hacer una estación depuradora, y él con su comitiva, se metió por los terrenos de los Cercadillos, y cuando me vio que estaba junto a ellos, se sorprendió y me dijo que “como diablos lo había encontrado”. Luego volvía al Ayuntamiento con la correspondencia vista por el Señor Alcalde, y se la entregaba al Señor Secretario.

La documentación que desde el Ayuntamiento, le mandaban al Señor Alcalde, la solía llevar el Guardia Municipal Don José Sánchez Villoria o yo, pues a partir de haberlo encontrado en la finca de la estación depuradora citada, El Señor Alcalde, les dijo al Señor Secretario y a los Administrativos que, desde aquel momento, siempre le mandara toda la documentación conmigo, para así liberar de alguna forma, en sus funciones al citado guardia

 El guardia por supuesto agradeció el gesto del Jefe y por supuesto que no se molestó en nada, y el aprecio que me tenía lo aumentó, porque el también era una bella persona, noble y respetuosa, que para conmigo no tenía sino halagos. Algunos años después, por falta de adaptación de su esposa aquí en Agüimes, tuvo que renunciar a su puesto de trabajo y volverse a su Madrid natal.

            Observaba con alegría, que desde el Señor Secretario Don Pedro Rodrigo Blanco, al administrativo mas moderno (habían 3: D. Rafael Romero Cabrera, D. Francisco Artiles Artiles y D. Emilio Barbosa Henríquez) y todos los Guardias Municipales (habían 5: Don Hermenegildo Hernández López, Cabo-Jefe, D. Vicente Díaz Alemán, D. Juan Olivares Torres, D. Francisco Antonio Merino Benítez y D. José Sánchez Villoria, Guardias), sin excepción alguna, me mostraban su aprecio y simpatía, ayudándome a que los asuntos se hicieran de manera normal y satisfactoria para todos (En total éramos 10). Esto por supuesto lo hago extensivo al Señor Alcalde y a todos los Concejales, así como al resto del personal de servicios varios del Ayuntamiento (Eran 3: Don Cristóbal Rodríguez Alemán, D. Juan López Santana y D. Juan Santana Jerez).

            No solo cambió la forma del trabajo, sino también la vestimenta, pues anualmente me daban el uniforme de Ordenanza, compuesto de gorra de plato, igual que las de los guardias, chaqueta de vestir cruzada, con galones en las mangas (luego llevé los mismos en el Ejército de Cabo Primero),  pantalón del mismo paño, confeccionado por supuesto por un sastre y la correspondiente corbata negra.

Recuerdo una anécdota singular, y fue que, en los días siguientes al estreno de la indumentaria de ordenanza (uniforme), cuando yo caminaba por la Plaza del Rosario, me crucé con D. Lucas Bordón Suárez, que era hermano del Alcalde, y me dijo algunas palabras por el acierto de mi puesto de trabajo y lo bien que me resultaba el uniforme, rogándome que le acompañara a su casa para que su esposa me viera, así fue, y a Doña Josefa Romero Suárez, también le pareció bonito el equipo y me elogió con algunas agradables frases. En los municipios pequeños de la isla, no existía este puesto de trabajo, o no llevaban el uniforme.

            Yo andaba en un mundo nuevo, y solo quería cumplir y aprender, no percibiendo que una parte del pueblo me observaba, y que casualidad que, un poco tiempo antes de jubilarme, estuvo por el Ayuntamiento Don Lucas Hernández, natural de aquí, pero que vive desde joven en Telde, es de una edad parecida a la mía, y me dijo, tu no te lo imaginarás pero para nosotros, los chicos de nuestra edad, eras una referencia. Circunstancia que me congratuló. (Su padre D. Lucas Hernández. Martel, había sido el Jefe de la finca donde trabajé por último, antes de hacerlo en el Ayuntamiento).

            Tenía una satisfacción tan notable, de la suerte que había tenido, que andaba con la alegría de un joven que no tiene ningún problema, sino todo lo contrario, como se suele decir: “bailaba en una pata sola”, pues en los lugares donde me parecía que no me veían, hacía tonterías, tales como que al pasar por la acequia  del “macho pesado” cerca del molino de Eustasito, en el que caía un chorro de agua caliente, de refrigerar los motores, le daba un patada al agua, esto es absurdo pero era natural, porque iba como el que va saltando de alegría. Lina mi mujer me ha dicho que le extrañó, como un día di un salto para con la gorra en la cabeza, le diera un cabezaso a unas flores de la enredadera que había en la casa contigua a la de Don Abelardo Ojeda, en la calle Moral. Pues en general  me lo pasaba muy bien, haciendo muchas de estas tonterías, que solo me vienen a recordar lo bien que lo pasaba, por mi nuevo puesto de trabajo, y en la edad juvenil que estaba.

            También como a todos los mortales, me pasé un día un poco doloroso, pues en los días de comenzar, estaban los tiempos lluviosos y en la Casa Consistorial había algunas goteras, por lo que me mandaron que mirara la azotea y valorara como se podía solucionar. Subí la vi, y pensé que la solución sería que un albañil reparara unas grietas de la citada azotea. Pero cuando bajé y quise cerrar la puerta de acceso a la escalerilla, aquello estaba todo enchumbado en agua, pues no se bien que paso, lo cierto es que resbalé, me agarré al manillar de la puerta y la otra mano al bastidor, con la mala fortuna, que al cerrarse la .puerta con mi peso, me cogió el dedo gordo, entre el bastidor y la puerta, y me lo hizo una “tortilla”. Pero bajé a la planta baja del despacho de la Alcaldía, en donde atendía a los pacientes el Doctor Don José Luño Osacar, el muy rápido me puso anestesia en el dedo y me quitó la uña. Por supuesto con la mano vendada seguí trabajando, y al poco tiempo se curó y hasta me salió una uña nueva. Aquel día como premio, al mediodía fuimos la gente del Ayuntamiento a la Orilla, para disfrutar viendo el Barranco de Guayadeque que traía bastante agua.

            Se dice que no hay amigo sin amigo, pues yo siempre estaba encantado con hacerle cualquiera de los trabajos de los Administrativos y al Señor Secretario por supuesto (Éste se jubiló en las fechas siguientes a mi marcha al Servicio Militar), viendo esta labor, como una cosa de lo más natural, porque para eso estaba. Pero como un trabajo un poco fuera de mis obligaciones, era que, como varios guardias no eran muy dados a escribir, me daban la posibilidad de ayudarles, haciéndolos yo, cuando tenían que redactar los informes y partes con croquis, u otros quehaceres de avisos o notificaciones, que tuvieran que hacer.

            También participé con cierto éxito, en alguna ocasión, en la reconciliación de enemistades entre los guardias, resultantes de toda relación humana, ya que algunos de sus servicios se entremezclaban con mi trabajo.

Por otro lado colaboré alguna vez, favorablemente para los guardias, en temas más serios y en algunos casos de asuntos de cierta delicadeza, que tenían con el Señor Alcalde.

Con todo esto conseguía su mejor amistad y mayor afecto hacia mí. Por lo que nunca tuve ninguna cuestión conflictiva con los guardias, ni con los demás compañeros. Mas bien sentía que, se confiaban a mi.    

            Aunque mi trabajo habitual, era el de colaborar con los Administrativos como dije antes, luego tenía con bastante frecuencia el de recorrer todos los comercios y molinos, por las notificaciones y avisos (la mayoría de estos no tenían teléfonos), relacionado con el servicios de ABASTOS. Pero cierto día me llamó el Señor Alcalde con el Señor Secretario, para encargarme que hiciera un Padrón de las superficies de las casas y solares del casco antiguo, incluyendo las fincas existentes entre la acequia de La Vegueta y la carretera a Tirajana y también dos manzanas parceladas en los terrenos existentes, detrás de la fila de casas de la calle Alcázar de Toledo, hoy Pedro García Cabrera, en el tramo desde la bajada a Los Cercadillos por el Alberconcillo, hasta la bajada por el Molino de Maestro Pancho Olivares. En este trabajo siempre fui acompañado de algún guardia, entre ellos los que mas estuvieron fueron D. Vicente Díaz y Don Juan Olivares, que me ayudaría en lo que hiciera falta.

            Este trabajo se hizo bastante serio, porque sería para aplicarle las contribuciones especiales,  que les correspondieran en la obra de la red de alcantarillado. Se hizo bien y creo que bastante rápido.

            Cuando se adoptó el acuerdo de la Corporación para aplicar las citadas Contribuciones Especiales, entendió sus miembros que lo más justo, según el sentido común, sería que a mayor superficie de la finca, debiera pagar más, pero en el texto legal, decía que habían de aplicarse según los metros de frontis.

            Consecuentemente el padrón fue impugnado y los tribunales no consideraron el sentido lógico, que aplicaba el Ayuntamiento, del mayor pago por la mayor superficie, por lo que luego tuvimos que hacer otro nuevo Padrón de los frontis, mucho más fácil para nosotros, que si llegó a buen término.

            Cuando hacíamos este trabajo, surgió algo curioso y confortable para mi, y fue el hecho de que por el Señor Secretario, le planteara al Señor Alcalde, la actualización de mi sueldo. Quizás porque no me lo habían aumentado desde que empecé a trabajar allí. Lo cierto es que Don Narciso tenía como asesor para estos temas, al Teniente de Alcalde Don Vicente Marrero Herrera, que además era funcionario de “La Sindical” y Secretario de la Hermandad de Labradores y Ganaderos de Agüimes, su labor diaria principal, estaba relacionada con los derechos y obligaciones de los trabajadores, encargándole una propuesta de aumento de sueldo para mi, así lo hizo, aplicándome a mi puesto de Ordenanzas, las cuantías cuantificadas para un epígrafe que se titulaba algo así como: ”oficinas y despachos”. Mi puesto de trabajo no era de funcionario sino laboral, por lo que era de aplicación esta legislación. El resultado lo pude saber, en el primer sueldo siguiente que cobré, que resultó ser superior a los de los Administrativos y Guardias (estos cobraban iguales), que se regía por el sistema de funcionarios de Administración Local, que venía definido a nivel estatal en el Boletín.

            Como tenía que ser, pasado algún tiempo, cambiaron las retribuciones de los funcionarios, y volvieron a ganar más que yo. Pero en el citado tiempo, nunca noté nada desagradable por la situación que se creó con los sueldos, solo alguna broma como la del Guardia Sánchez Villoria (Madrileño, que había venido por el sistema de destino civiles a militares), me decía “Joe’ el último que llega, es el mas que manda”, esto para dar cancha a una situación de broma, porque su forma de ser no le permitía hacer daño a nadie, por ser una muy buena persona.

Ha de tenerse en cuenta que yo era un joven y los demás para mi, eran personas mayores.



PRESENTACIÓN DE DOS LIBROS CON MOTIVO DE ESTA FESTIVIDAD

            En honor a dar un mayor realce y esplendor a este aniversario y engrandecerlo con sus múltiples actos festivos a esta Bodas de Oro, se hacen la presentación de dos interesantes libros, relacionados con la historia de la Villa de Agüimes.

            Uno es escrito por Don Vicente Mena Santana, Ingeniero Industrial y profesor de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, que titula: “PREGONES Y PREGONEROS 1959 – 2009”, en donde recoge la mayoría de los pregones con texto completo, en estos 50 años, y lo completa, con una muy acertada y oportuna, información de algunos programas de las fiestas del Rosario, con diversos artículos y comentarios del autor, ya sea sobre los pregonero o sobre otros temas, adornado de muchas fotografías y documentos originales escaneados.
                  

El otro es escrito por Don Francisco Tarajano Pérez, profesor, escritor, poeta y Cronista Oficial de la Villa de Agüimes, que titula: “AGÜIMES PATRIMONIO HUMANO”, en donde recoge una referencia de gran cantidad de personas y familias de esta Villa. Hace un enorme y exhaustivo trabajo sobre datos, hechos y situaciones de los personajes que incluye, como una representación de las gentes de Agüimes, de distintas capas sociales y de distintos tiempos de su historia.
           
El autor en su prólogo, en su penúltimo párrafo dice lo siguiente:

            “Yo he pretendido que el espíritu y la memoria de mujeres y hombres humildes, nobles, sobresalientes en hechos y virtudes se conozcan y se amen y perpetúen para honra y gloria de la vetusta Villa”

            Y lo termina con el último párrafo que dice:

            “Ha sido una labor ardua, pero regocijante. Imposible incluir a tantísimas mujeres y hombres ilustres por sus buenas acciones; he tenido que limitarme a escoger unas cien personas, algunas de las cuales conocí, traté y amé. Sé que vivieron y viven en la Villa muchas mujeres, muchos hombres brillantes que son merecedores de encomios... Les pido perdón por el silencio exigido por los impresores y los patrocinadores de este libro.”

Del prólogo que hace el Alcalde Don Antonio Morales Méndez, del libro, para no extenderme solo copio el inicio con la primera frase, que dice:

            “Tenemos en esta Villa la enorme suerte de contar con un Francisco Tarajano pletórico, fructífero, lleno de ideas e inquietudes. Desde la sabiduría forjada en tantos años de estudios, enseñanzas, e investigaciones, el escritor agüimense nos ha ido legando en los últimos años un impecable trabajo de recopilación de momentos históricos vividos en estas tierras del sureste grancanario.”
Si bien los dos libros, se pueden catalogar que versan sobre cuestiones de la historia de Agüimes, porque los pregoneros incorporan en sus textos, infinidad de datos histórico y el del Patrimonio Humano, porque en si, se basa en la historia de las personas que componen el libro. Son muy distintos en su composición, enfoque y orientación, pero ambos han de estar en los estantes de todos los agüimenses, para que en los momentos de descanso, se puedan escudriñar en los recuerdos del pasado, además de entender mejor a nuestra tierra con su gente y disponer de un mayor conocimiento histórico, disfrutando con su lectura de un rato placentero. No quisiera que en momento alguno, asomara la más mínima insinuación a la comparación de los dos libros, por lo que ruego considero todo lo expuesto, solo como mera información, mas o menos acertada, pero por encima de todo, con ánimo de mi profunda gratitud a ambos escritores.

Hago especial mención a estas publicaciones, dado que en ambos, los autores han tenido la deferencia de incluirme, con una referencia a mi persona, en el primero porque fui el último pregonero de los 50 pregones, desde la Coronación y en el de Don Francisco Tarajano, porque al escribirlo se acordó de mí, algo que no esperaba en absoluto, pero que le agradezco infinitamente, tanto yo, como el resto de mi familia, porque además tiene palabras de mi bien hacer, que yo no merezco, pero ha de ser, que nazca en él, el principio de toda buena gente, con ese fondo de respecto y consideración que Tarajano le tiene a las personas en general, lo que queda demostrado cuando se leen sus libros.
Yo desde estas líneas quiero dejar constancia, que su bondad para conmigo, dedicándome una parte de su libro, es para nunca olvidarlo y tenerlo siempre presente, por lo que le doy las gracias una vez más, y le deseo muchos años más de vida, así como a su familia, para que siga dejando constancia del pasado de la Villa.



Paso a resumir los capítulos del libro de Don Vicente Mena, con lo siguiente:
Como se cita antes, este libro tiene mas documentación, además de los textos íntegros de los pregones, que empieza con el pronunciado el 2 de octubre de 1959, por el M. I. Señor Don Alejandro Ponce Arias, Canónigo de la Santa Iglesia Catedral y termina con el que pronuncié yo el 1 de octubre de 2008, que hacía el número 50 (Coincidió con el año de mi jubilación).


La composición del libro hace entretenida su lectura, porque va intercalando el acontecer de la historia reciente y pasada, con los textos íntegros de los pregones.

Los pregoneros de estos 50 años, los pronunciaron intelectuales, políticos, religiosos, escritores, profesores y personas del pueblo llano, por lo que cada uno, tiene una importancia muy definida, ya sea por sus conocimientos o por las formas de ver la vida, por lo que esta pluralidad lo hace mucho mas interesante.

Don Vicente hace el siguiente Índice del libro:

Introducción
Capítulo I: María la del Rosario, coronada y alcaldesa.
Capítulo II: Disfrutando de las fiestas.
Capítulo III: Otra manera de mirar…
Capítulo IV: Fechas de plata y diamantes.
Capítulo V: Un futuro esperanzador.
Capítulo VI: Nuevo milenio.
Anexos

Don Vicente Mena hace un laborioso trabajo en transcribir los textos de los pregones y otras informaciones acordes a la composición de este buen libro, digno de cualquier biblioteca pública o privada, por su rico contenido de asuntos fidedignos y reales de la historia de la Villa de Agüimes, que los pregoneros han plasmado en sus trabajos, después de largas búsquedas en los archivos municipales, parroquiales, provincial, bibliotecas públicas y hasta en casas particulares, en donde conservan valiosa documentación de lo que ha sido y es Agüimes.

Entrar en el detalle de parte de los Capítulos, se haría muy extenso para esta página del blog, que sólo quiero hacer unos enunciados de sus diversas partes, por lo que les invito a la lectura del libro. Tiene 565 páginas foliadas. 



 PREGÓN DE DON JUAN ARTILES SÁNCHEZ.

Con motivo de la celebración de las Bodas de Oro citadas, la Comisión de fiestas de la Parroquia, con objeto de dar mayor realce a esta fiestas en esta conmemoración, tantearon sobre posibles pregoneros y al final decidieron, muy acertadamente encargárselo al Ilustrísimo Señor Vicario Judicial de la Diócesis de Canarias (anteriormente Vicario General), y natural de esta Villa Don Juan Artiles Sánchez.

De todos los agüimenses es bien sabido, de los amplios conocimientos que este pregonero tiene, no solo de Agüimes, sino de Canarias, España y resto del mundo, por sus vivencias, tanto en el Obispado, como por su paso por distintas parroquias en donde compartió la fe con los vecinos, acorde a lo  cual, pronunció un completísimo y yo diría singular pregón, el 30 de septiembre de 2009.

Don Juan lo inicia, con la obligada “Introducción”, en la que, entre otras cosas, dice:

”El tema de todo él es muy claro: lo fecundo que ha sido la presencia de María en Agüimes desde tiempo inmemorial.”

Y en el siguiente párrafo dice:

”Y la novedad de este pregón está en el intento de situarlo en un género literario muy concreto: en un psicodrama, vaciando para ello la historia mariana de este pueblo en figuras femeninas bíblicas: Rut, Judit, Ester y Eva, como prefiguraciones de la gran protagonista: MARIA.”

Y comienza su texto principal, con el siguiente párrafo:

“Todo comenzó en Guayadeque; todo continuó en el cerro de nuestro antiguo casco; todo fue una revelación en Puebla de los Ángeles; todo, unción en un convento en llamas; todo, proclamación sobre un trono; todo, recuerdo en un 7 de octubre hace 25 años, y todo, agradecimiento en un 4 de octubre que aún no ha llegado.”




PRESENTACIÓN DEL LIBRO: “AGÜIMES PATRIMONIO HUMANO”, POR SU AUTOR DON FRANCISCO TARAJANO PÉREZ.
Dentro de los actos de las fiestas de Nuestra Señora del Rosario de Agüimes, hizo la presentación de su libro Don Francisco Tarajano Pérez, que tituló: “AGUIMES PATRIMONIO HUMANO”, el día 15 de octubre de 2009, al que asistieron numerosas personas, las que disfrutaron de las entrañables y bonitas alocuciones, que hicieron del autor varios amigos y el Señor Alcalde, lo que agradeció Don Francisco, cerrando el acto, con diferentes recuerdos sobre algunos de los incluido en el libro y otras referencias genéricas a nuestra rica historia de Agüimes.

Intentar describir el contenido del libro, aunque sea de una forma sintetizada, para mi se me hace imposible, porque tendería a extenderme, dado que todo el, tiene un contenido, del que no se puede desgajar ninguna de sus partes. Por lo que se hace necesario disponer del mismo, ya sea con préstamo de las bibliotecas municipales o mediante la adquisición de un ejemplar, en las casas de la cultura y locales sociales del municipio, o en cualquier librería.
Pero puedo decir que está compuesto de 599 páginas, jugosas de excelentes textos y adornado de llamativas fotografías, en su mayoría bastante antiguas, que configuran un fabuloso documento histórico, materia de la que el autor nos tiene acostumbrado con los otros muchos libros escrito y publicados, en especial de la historia de nuestra Villa, lo que hace con mucho trabajo de investigación y con una  presentación agradable y entretenida, para su lectura.
Se puede destacar a Don Benito Pérez Galdós, escritor de prestigio internacional, y a Don Juan Negrín López, último Presidente de la República de España en los años 30, acompañados de Alcaldes, pintores, escritores, profesores, religiosos, comerciantes, profesionales diversos y personas de un pueblo llano, con sabor a ética, honradez, y un saber estar de toda gente de bien.


Índice



(Hacer clic en cada hoja y se ampliará)




























                                                                                                                                            
Al final coloco escaneadas, las páginas en las que Don Francisco Tarajano, hace referencia a mi persona.



FINALIZO DESTACANDO ALGUNAS DE LAS PARTES  DEL APRETADO PROGRAMA DE ESTA FIESTA EN SUS BODAS DE ORO

Dada la extensa programación de las fiestas, que comienzan  el 25 de septiembre y terminan el 18 de octubre de 2009, solo hago referencias con algunas pinceladas de algunos actos:

Comienza con el Saluda del Alcalde, D. Antonio Morales Méndez, del que destaco dos pequeños párrafos, que dicen:
“Con la llegada del primer domingo de octubre, Agüimes se dispone a celebrar un año más las fiestas de la Virgen del Rosario, este año desde la especial significación  de que hace ahora cincuenta años, desde la voluntad institucional municipal y los devotos a la Virgen, se otorgó a ésta el título de Alcaldesa Mayor Perpetua de esta Villa.”
“Por eso este año,  con sus especiales circunstancias, nos ha motivado a todos y a todas a hacer visible esta celebración desde una programación diferenciada que contempla el hecho histórico y su conmemoración.”


Luego sigue el Saluda del Párroco, D. Francisco González González, con un bonito poema, al que hace la siguiente introducción:

“La Villa de Agüimes se viste de gala, se viste de fiesta. Es a María, la del Rosario, a quien venera; es a María, Nuestra Señora del Rosario, que este año celebra las Bodas de oro de su Coronación y nombramiento de Alcaldesa Mayor Perpetua.”
Luego sigue el poema… y Felicitación.





Se bendice el nuevo manto hecho en estas fechas, para esta singular celebración. Habría que desarrollar un amplio y justificado texto, para informar de lo que conllevó hacer realidad la disposición del nuevo manto.
Hay que empezar comentando el valor de la Comisión, empeñados en conseguir comprarle un nuevo manto a la Virgen, pues se daba la circunstancia de que, al poco de poner en práctica su iniciativa, explosionó con fuerza la crisis económica internacional, y el coste había que sacarlo de las donaciones de los devotos o simpatizantes de la Virgen del Rosario, porque ese fue el objetivo marcado por la misma.

Ellos no se amedrentaron, y consiguieron no solo dinero suficiente, para el manto, sino también para otros enseres de adornos del trono y de las imágenes, y aún hubo un sobrante, que la Comisión entregó al Párroco, para su distribución en Cáritas. Se dice que, cuando la gente quiere, puede.

Quiero destacar con satisfacción, por mi impregnación en la vida municipal, que la Virgen, no sólo llevará ahora la vara de mando de la Alcaldía, sino que en la caída del manto en la parte trasera, se estampa un bonito bordado, del escudo heráldico del municipio de la Villa de Agüimes, por la unión existente, desde tiempos inmemorial, entre los agüimenses y su Compatrona la Virgen del Rosario.


El día de la víspera, tuvo lugar la multitudinaria ROMERÍA-OFRENDA.

La solemne eucaristía en su día principal, estuvo presidida por el Iltrmo. y Rvdmo. Sr. Obispo de la Diócesis de Canarias, Don Francisco Cases Andreu.  Luego la procesión en la forma acostumbrada. En la de 1959, escribió Don Joaquín Artiles:

“La gente no cabía en las calles, plazas y azoteas, en rendición de homenaje. El júbilo estallaba en los rostros y se agolpaban las plegarias en las gargantas. Repicaban las campanas. Aplaudían todas las manos. Y aplaudía también, complacidos y solidarios, con un verde temblor de fronda, los laureles de la Alameda, y los laureles de la Plaza de Santo Domingo, y los laureles de Sanantón, y los laureles del Jardín del Señorío, junto al palacio de los Obispos (Hoy conocido popularmente por parque de los moros). Y desde lejos como si temieran acercarse, flexionaban sus cuerpos, con devoción y respeto los cipreses de la Orilla que hacen guardia al borde del Guayadeque, y los cipreses del Colegio de La Salle, y los cipreses de los Massieu, camino de Tirajana. La naturaleza entera rindió homenaje a la Patrona y Alcaldesa....”

Se hace largo relatar en esta página, la infinidad de actos lúdicos, culturales y deportivos, que compartieron y gozaron, los vecinos de Agüimes y sus visitantes, que siempre complementan las fiestas, y en este año con mucho mayor esplendor, por la conmemoración a que hacemos referencia.

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A continuación coloco escaneadas, las páginas en las que Don Francisco Tarajano, hace referencia a mi persona, en el citado libro en los números 373 a la 380:





























En la Villa de Agüimes a 20 de agosto de 2010

JOSÉ RODRÍGUEZ ARTILES.

jueves, 20 de mayo de 2010

DOS AÑOS JUBILADO


YA, DOS AÑOS COMO JUBILADO

La fuente del lagarto
Nueva Casa Consistorial
El pasado 12 de marzo de 2010, se cumplió el segundo año de mi obligada y esperada jubilación por imperativo legal de la edad, y aunque en aquel momento previo, no la deseaba, pronto comprendí que correspondía a mi actual situación y pronto también me adapté a vivir mas cómodamente y sin las preocupaciones propias de las ordinarias obligaciones laborales, lo que actualmente me gratifica y agradezco a la vida.




Así y todo, me parece que el tiempo vuela, porque si no tenía tiempo para cumplir con los quehaceres diarios en el tiempo de mi vida laboral, no miento si digo que ahora también el tiempo se me va volando, teniendo en cuenta que soy yo, el que en general, marca las “urgencias”. Uno de mis últimos entretenimientos, ha consistido en hacer fotos panorámicas en 360º, que ya pondré en el blog.

Como la mayoría de los pensionistas, nos dedicamos a recorrer todo el casco de esta Villa y alguna que otra salida al extrarradio, y creo que se ve normal, que los mayores formemos parte del paisaje de nuestro casco histórico. También prestamos alguna vez, ayuda informando a los muchos turistas que nos visitan, sobre datos que les interesan.

El caminar unos días con mayor recorrido y otros con menos, es una actividad que se impone como una obligación, para la salud física y mental de “los mayores” (aunque aún somos unos niños).

En el primer año, mas que ahora, fue frecuente que algunas personas, especialmente mayores, me dedicaran palabras, en el sentido de que me alegrara y disfrutara esta nueva trayectoria de mi vida, que entendían me merecía.

Algunos hasta me han recordado que vuelvo a hacer lo que hice al comienzo del trabajo en el Ayuntamiento, que fue el de recorrer todas las calles, notificando o dando recados a los vecinos. Algunos en broma me han dicho que si aún conozco las calles del pueblo, que en otra época también tanto transité.

Al pasar estos dos primero años como jubilado, quisiera hacer un pequeño homenaje, con estas letras e imágenes, al AYUNTAMIENTO DE AGÜIMES, en el que englobo a todas las Corporaciones con quien compartí mi vida laboral, a todos los compañeros y a los vecinos, que todos juntos conformamos este “Ayuntamiento” de Agüimes.


Como saben la mayoría, desde el 11 de febrero de 1.956, hasta el 12 de marzo de 2008, pasaron 52 años, trabajando en el Ayuntamiento de Agüimes, y como comenté antes, ya han pasado 2 años como jubilado, pero no pasa un solo día, que no me acuerde del Ayuntamiento.

No sé, si esto es normal y natural, pero con sólo darle un rápido recorrido a todo ese tiempo, recuerdo la mayoría de lo vivido con muchísima satisfacción y consecuentemente agradecido con todos los que, por uno u otro motivo, tuvimos alguna relación por el desempeño de mi trabajo.

Se haría muy extensivo querer aportar datos para justificar lo dicho antes, pero las vivencias que se tienen desde los 17 años de edad, hasta los 72, son tan diversos y variopintos, que su explicación o información, aunque la mayoría, sean temas sencillos y comunes a todos los mortales, se pueden alargar demasiado y no es este, el motivo de esta página.
La Corporación en mi despedida
A mi edad y jugando con mi imaginación, diré que, el Ayuntamiento hoy en día, lo puedo comparar, como una “gran casa” con su patio, que son las calles de Agüimes, limpias, con sus parques y esculturas, que es un lujo para recrearse, y eso me llama a hacerle este sencillo homenaje, “a mi casa”, desde mi Blog.

Recordando el pasado, diré que, en los últimos años, compartí mis trabajos de Secretario del Ayuntamiento, con el Alcalde Don Antonio Morales Méndez, cargo que el viene desempeñando desde 1987, quien se ha ganado un prestigio reconocido, por su valía ejemplar, en la forma de llevar el municipio, siendo respetado en los ambientes políticos y sociales, mas allá de nuestra frontera municipal. Dilatada sería mi exposición, si quisiera hacer sólo una breve exposición de su labor, que ahora no es el momento, y que alguien mas cualificado hará de forma completa y seria, a ese largo trabajo y entera dedicación, porque se lo merece.

Antiguas Casas Consistoriales
Puesto que también había compartido antes (1986/87), con el Alcalde Don José Armas Rodríguez, excelente persona, que allí dejó su marca, con una buena gestión, orientada a la prestación de un servicio público, que a esta Institución le correspondía y él supo prestarle en su empeño diario, con una dedicación profesional.


Aunque en el recuerdo tengo a todos los Alcaldes, Concejales, y funcionarios y laborales del Ayuntamiento, desde mi incorporación, no me es posible relacionarlos, y por eso sólo lo hago con los Alcaldes, como la autoridad mas visible y representativa en los pueblos, porque la figura del Alcalde es algo especial y también quiero nombrar a los compañeros funcionarios/laborales ya fallecidos, por orden de antigüedad y clases, pero queda por descontado, que a los actuales compañeros los tengo también siempre presentes:

ALCALDES:

Don Narciso Bordón Suárez
Don Vicente Marrero Herrera
Don Francisco Suárez Suárez
Don Lucas Bordón Suárez
Don Luis Trujillo González
Don Rigoberto Artiles Romero
Don Antonio Muñiz Gonzáles
Don José Armas Rodríguez
Don Antonio Morales Méndez

Los seis primeros ya fallecidos. Los tres últimos corresponde a la época Constitucional.


FUNCIONARIOS Y EMPLEADOS MUNICIPALES FALLECIDOS:
Administración:

Don Pedro Rodrigo Blanco
Don Juan Ibañez Jerez
Don Juan Espino Díaz
Don Francisco Ricart Ruano
Don Rafael Romero Cabrera
Don Francisco Artiles Artiles
Don Emilio Barbosa Henríquez
Don Juan Ramos González

Guardias Municipales (Ahora Policías Locales):

Don Vicente Díaz Alemán
Don Hermenegildo Hernández López
Hoy hotel
Don Juan Olivares Torres
Don Francisco Antonio Merino Benítez
Don José Sánchez Villoria
Don Lorenzo Trujillo Morales
Don José Estupiñán Hernández

Servicios diversos:

Don Cristóbal Rodríguez Alemán
Don Juan López Santana
Don Juan Santana Jerez
Don Diego Abrantes Campos
Don Gustavo Benítez Suárez
Don Juan I. Hernández Martín
Don Antonio González Herrera
Don Vicente Alemán Artiles
Don José Reina Artiles
Mi recuerdo a la memoria de todos ellos.

Circunstancialmente, por la propia naturaleza o por ley de vida,
en la actualidad, todos los compañeros que trabajaban en el Ayuntamiento,
cuando yo empecé, ya han fallecido.

(Como he memorizado la relación anterior, pudiera existir algún error, en ese caso les ruego me disculpen)



Por otro lado, para identificar físicamente a los Ayuntamientos, podemos concretarlos en sus Casas Consistoriales, y por los gratos recuerdos que tengo de las mismas, de las que me encariñé a lo largo de mi vida laboral, tengo que decir que empecé mi trabajo, en el viejo edificio de la calle Sol, hoy dedicado a Hotel y el nuevo en la Avenida Doctor Joaquín Artiles, donde tantos plenos corporativos y otras reuniones se han celebrado en bien de nuestro pueblo.

Por lo tanto las fotos de estos dos edificios, forman parte de esta página, de los que tantos recuerdos tengo.
Vaya mi pequeño homenaje con esta página del blog, a esta Institución, que es el Ilustre Ayuntamiento de la Villa de Agüimes, a 12 de marzo de 2010.

Antigua Casa Consistorial

(Si quiere ver las fotos ampliadas, picar en ellas)

José Rodríguez Artiles.