NUEVA
PÁGINA DEL BLOG, DEL VERANO-OTOÑO DEL 2013
PREÁMBULO
Con la buena intención de que la
gente, conozca algo mas de la Villa de Agüimes, agrego esta nueva página a uno
de mis blogs, que tengo publicado en Internet, pues con ello además, consigo en
parte también, satisfacer mis ganas de ofrecer algunas fotos, antiguas o
actuales, de la vida de nuestro pueblo y la zona, y porque no, echar algunos
ratos de mi tiempo, entretenido en hacerlas, así como los textos
complementarios.
-EN DEFINITIVA INTENTO
COLABORAR PARA QUE SE CONOZCA MEJOR A AGÜIMES Y A SUS GENTES-
PARTES
DE LAS QUE SE COMPONEN ESTA PÁGINA:
1.-
INAUGURACIÓN DEL TEATRO AUDITORIO DE AGÜIMES.
2.-
AEROGENERADORES EN EL SURESTE DE GRAN CANARIA.
3.-
LUCHA CANARIA, ÉPOCA FLORECIENTE EN AGÜIMES.
4.-
LA QUINTA DEL 59, LA MÍA.
5.-
MI ABUELO MATERNO Y MI INFANCIA.
6.-
COINCIDENCIA DE SECRETARIOS DE LA VILLA.
7.-
PREGÓN DE LAS FIESTAS DE N.S. DEL ROSARIO 2013
TEMA I
INAUGURACIÓN DEL TEATRO AUDITORIO DE AGÜIMES
INAUGURACIÓN DEL TEATRO
AUDITORIO DE AGÜIMES
HACEMOS UN POCO DE HISTORIA. En Agüimes siempre se ha sentido un entusiasmo y afición a la CULTURA. Desde que se instalaron en el Ayuntamiento las Corporaciones constitucionales, después de 1979 y hasta la actualidad, se fueron construyendo Casas de la Cultura, locales sociales, además de las instalaciones deportivas, como Polideportivos, Campos de fútbol, Campos de lucha canaria, etc. etc., y por supuesto un Teatro Municipal en el Casco Antiguo, en la Plaza de Santo Domingo, el cual en la actualidad sigue funcionando.
Es justo destacar que en las últimas
décadas, es cuando se le ha dado un gran impulso, a estas construcciones y
puestas en servicio del vecindario.
La idea de fomentar la cultura ha
existido siempre en Agüimes, yo tuve la ocasión de comprobarlo personalmente,
dado que en los años 50, había bastante gente analfabeta, y me tocó repartir
notificaciones de sanciones a los padres por la falta a clase de sus hijos.
Cierto es que había que comer todos los días y muchas veces los padres
toleraban que sus hijos trabajaran, para ayudar al sostén de la familia. Algún
insulto me llevé dirigido al Alcalde, por alguna madre airada, que no entendía
de la obligación que el Ayuntamiento tuviera sobre la educación de su hijo/a.
Tengo que decir, que tanto cuando
estuve en la Escuela pública, como luego en el Colegio de La Salle en Agüimes,
además de la enseñanza tradicional de las materias de ciencias o lengua, en
ambos centros, se hacían obras teatrales y por supuesto canciones diversas, de
todo lo cual tengo bastantes recuerdos. Porque sabemos que todo esto es
cultura.
Si nos remontamos un poco hacia atrás
en la historia de Agüimes vemos que hasta el siglo XVIII, estuvieron los
Dominicos aquí, impartiendo las citadas enseñanzas durante 186 años, fundándose
el convento en 1.649.
Casualmente en donde hoy está el
antiguo Teatro Municipal, es en el suelo en donde estuvo el Convento de los
Dominicos, que después de su marcha, quedó la Ermita atendiendo a su feligresía,
y donde además se alojaron: El Ayuntamiento, El Registro Civil y La Escuela
pública, hasta julio de 1887, que por un pavoroso incendio quedó todo el
inmueble destruido. De todo lo cual se ha escrito bastante, por distintos
escritores y casi siempre lo recuerdan los pregoneros de la Fiesta de Nuestra
Señora del Rosario, dado que cuando el incendio su imagen estaba allí, y fue
liberada como las demás imágenes.
El Arquitecto acompaña al Alcalde a ver las obras
El anterior teatro municipal se
construyó a mediados de los años 80, pues hubo un proyecto original que redactó
el Arquitecto Don Enrique Roiz (1984), que luego fue modificado (1987) por los
Arquitectos municipales Don Juan Luis Medina Marrero y Don Santiago Rodríguez
Urquía, que también dirigieron las obras, colaborando el delineante municipal Don
Bernardino Castro Torres, con un presupuesto de ejecución de 26.667.995
pesetas, en el solar que poseía el Ayuntamiento en Santo Domingo, siendo
Alcalde Don José Armas Rodríguez y Concejal de Cultura Don Antonio Morales, el
cual tomó posesión de la Alcaldía, relevando al anterior en el citado 1987.
Pues el Ayuntamiento no tuvo mayores
propiedades, solo se le conoce históricamente la propiedad del Hilo del Pueblo,
que es una parte del agua de los nacientes del Barranco de Guayadeque. Por lo
tanto la Casa Consistorial parece que estuvo instalada de alquiler en casas
particulares, hasta la construcción del edificio, al que le llamamos “antiguo
Ayuntamiento” (Hoy hotel rural) en la calle Sol. Pasando luego en 1986 al
actual en la Avenida Doctor Don Joaquín Artiles.
Me es muy llamativo ver ahora como el
Ayuntamiento, por medio de compras, permutas, cesiones y otros, se ha hecho
propietario de una enorme superficie continuada de suelo, desde la calle
Alejandro Hidalgo (Rotonda de San Sebastián) hasta la carretera de Temisas, de
Norte a Sur y de Este a Oeste, desde el Camino o Avenida de La Viñuela hasta el
Cementerio. Dentro de este suelo se encuentra el inaugurado Teatro Auditorio,
El Colegio Público La Viñuela, La Residencia de Mayores municipal (Lo considero
como, el de los mayores inventos de los tiempos recientes), La Piscina
municipal, Parque Infantil, Parque de mantenimiento para mayores, Estación de
guaguas, Parque El Callejón, Aparcamiento público, Restaurante el Alpendre del Arte, y los terrenos
reservados para un Jardín Botánico, quizás con visos para experimentar estudios
sobre la materia. El Teatro Auditorio está en donde antes era conocida por la
finca de “La Capellanía”. Todas las actividades que están dentro de este conjunto
de suelo continuo en una gran pieza, está dedicado íntegramente al Servicio
Público. (El 90 y pico largo % ha sido adquirido en las últimas décadas, pues
solo se había adquirido una muy pequeña parcela, para parque infantil en donde
está hoy el Colegio).
Se resalta la propiedad municipal
Debemos valorar que a las
adquisiciones citadas, además de las obras realizadas, hay que añadirle la
cantidad de servicios que viene prestando de forma óptima en todo el municipio
su Ayuntamiento, bajo la dirección del Alcalde Don Antonio Morales Méndez y todos sus
compañeros de las distintas corporaciones que se han sucedido durante estos
últimas tres décadas, sin olvidar ni menoscabar a los dos Alcaldes anteriores
que, quizás con menos recursos también hicieron bastantes obras y prestaron sus
servicios partiendo del comienzo de esta nueva etapa constitucional.
Agüimes ha cambiado formidablemente en estos últimos
tiempos, hasta el punto de que, los que lo ven ahora, de alguien que lo vivió
hace unos 50 años y no haya visto la paulatina transformación, diría que esto
es como algo milagroso. A renglón de lo dicho, hablando de políticos y sus
actuaciones, con quien fuera Concejal del PSOE, en la oposición (Porque el
grupo de gobierno lo ha tenido el Roque Aguayro en el Ayuntamiento de Agüimes, en el periodo constitucional) Don
Antonio Artiles Ramos, me dice: “Antonio Morales es el hombre mas listo de
Agüimes, pero con diferencia, y le viene de su bisabuelo de Guayadeque Juan
Ambrosio, que fue también listo, por lo tanto lo lleva en sus genes”. Esto de
persona lista y con rasgos políticos, de aquellos tiempos, sobre Don Juan
Ambrosio, ya me lo había comentado Doña Candelaria (Conocida cariñosamente por nosotros por "Lala"), la madre de Antonio
Morales, pero claro no es lo mismo cuando viene por el sentimiento de amor de
una madre, que cuando este halago viene de un Concejal de la oposición, que
lleva muchos años en esa lucha de ideales y porque no, de poder municipal. (Para valorar en su justa medida lo dicho por Don Antonio Artiles hay que decir que, ellos eran en política potencialmente enemigos, creo también que mas antes que ahora, por supuesto)
CONCRETEMOS AHORA LOS DATOS NUMÉRICOS DEL TEATRO AUDITORIO:
Tiene 736 localidades, con 732 butacas
y 4 habilitadas para personas con movilidad reducida.
Tiene un escenario de 25 metros de ancho y 15
de fondo.
En su lado Sur tiene una plaza para
celebrar espectáculos al aire libre para más de 4.000 personas.
El coste del mismo es de nueve (9) millones
de euros, en los que más del 50% ha sido sufragado por otras instituciones.
Han pasado 12 años desde que en el 2001,
se pusiera en marcha un concurso de ideas, para elegir el mejor proyecto.
Abarca una superficie todo el suelo
adquirido del conjunto que se indica en párrafo anterior, de más de 70.000 metros
cuadrados.
VIDEOS
ANUNCIADORES DE ESTA INAUGURACIÓN:
http://www.youtube.com/watch?v=CqOMhtggzlA
Grabado en Agüimes y otros rincones del
Archipiélago Canario “EN BUSCA DE VALENTINA”, uno de los temas musicales que
protagonizó Olga Cerpa, Mestisay, con Luis Morera, en la inauguración del
Teatro Auditorio de Agüimes.
INAUGURACIÓN.
Se inauguró el 20 de abril de 2013, con las actuaciones de Taburiente y
Mestisay, con el espectáculo “En busca de Valentina”, complementado con
actuaciones de músicos y cantantes de esta Villa, que en determinados momentos
se intercambiaban, en sus actuaciones. Se realizaron dos actos para que pudiera
asistir gratuitamente el vecindario, uno fue el sábado día 20 a las 20,30 horas y el otro
fue el domingo siguiente día 21,
a las 19,00 horas.
El periódico Canarias7, el miércoles
17 de abril de 2013, publica un artículo de su Director Don Victoriano Suárez
Álamo, con magníficas fotografías tomadas por nuestro paisano Don Arcadio
Suárez Ramírez, muy llamativo y espectacular, que titula: “736 LOCALIDADES PARA
SOÑAR”, en el apartado de Cultura, y que comienza así:
“Agüimes ya no es un municipio. Ahora
es una ciudad…al menos esa imagen es la
que se llevaría una persona a la que se le vendasen los ojos, se la trasladase
hasta este enclave del sureste de Gran Canaria y le quitaran la venda en el
interior del nuevo Teatro Auditorio de este municipio del sureste de Gran
Canaria. Una percepción fantasiosa que se origina en un recinto escénico y
musical que abre unas posibilidades culturales hasta ahora desconocidas fuera
de la capital.”
.../…
-Para ver el artículo completo, entrar
en la Hemeroteca del Canarias7.
JORNADAS
DE PUERTAS ABIERTAS GUIADAS PARA PODER VISITAR EL EDIFICIO: El
Ayuntamiento distribuye una publicación, invitando al vecindario para que pueda
conocer las instalaciones, en los día martes 23 y miércoles 24 de abril de
2013, en horas de 17,30 a
19 horas, en la que incluye bonitas fotografías del interior y exterior y la puede
ver en Internet, en la siguiente dirección: http://www.aguimes.es/documentos/teat.pdf
Este Teatro Auditorio, empezó su
andadura con un concurso de ideas que ganó un equipo de arquitectos, al frente
del que estuvo Don Ovidio Macho Mishal, que nació y vivió en los alrededores de
la Plaza de Nuestra Señora del Rosario de esta Villa, durante algún tiempo,
trasladándose luego a Las Palmas de Gran Canaria con sus padres, pues su madre
Doña Rosa era de aquí.
ALGUNAS
DE LAS MUCHAS ACTUACIONES CELEBRADAS EN FECHAS SIGUIENTES A SU INAUGURACIÓN:
Grabación del Día de Canarias, en
fechas anteriores al 30 de mayo de 2013. Para el espectáculo se puso un precio
simbólico a las entradas de 2 euros, para entregar su recaudación a Caritas de
este municipio. Ver el vídeo en Internet: http://www.rtve.es/alacarta/videos/dia-de-canarias/gala-dia-canarias-felicidades-canarias-30-05-13/1848802
Si se entra con la dirección anterior, luego se ha elegir el vídeo: Gala Día de Canarias - Felicidades Canarias - 30/05/13.
Si se entra con la dirección anterior, luego se ha elegir el vídeo: Gala Día de Canarias - Felicidades Canarias - 30/05/13.
También se puede entrar por la siguiente dirección:
Gala
Dia de Canarias - Felicidades Canarias - 30/05/13
Para
los meses siguientes se previó las actuaciones de La Chirigota del Canijo, La
Gran Canaria Big Band, Alberto Cortez, Delirium Teatro, Pedro Guerra, etc.
Con motivo de las fiestas en honor de
Nuestra Señora del Rosario, según el programa, se celebraron algunas
actuaciones:
El miércoles 2 de octubre de 2013, el
XXX FESTIVAL DE BAILES REGIONALES AGÜIMES 2013 (Conmemorando los 30 años de
historia desde 1982/2013) de la AGRUPACIÓN FOLCLORICA “LA VILLA”. Actuaron: A.F.
ATIDAMANA, A.F. COROS Y DANZAS DE INGENIO, Y A.F. LA VILLA. Al finalizar el
acto le hicieron un reconocimiento personal, a Don José Antonio Romero
Rodríguez y a Don José Juan Rodríguez Romero, al coincidir que son los dos
únicos que se mantienen en el Grupo desde el comienzo del Festival.
Pueden ver el video de su grabación,
en la siguiente dirección de Internet: http://www.youtube.com/watch?v=NBSavdNeTyI&feature=youtu.be
En las mismas fechas de la fiesta, por
los familiares y amigos, le hicieron un “homenaje sorpresa” a Don José Cabrera
Santana, al llevar 52 años como bailador del folclore canario. Ver vídeo en la
siguiente dirección: http://www.youtube.com/watch?v=UOXhW1AQr8g&list=UUVKKVhsf4VVOzaTyTWRzAtg&feature=c4-overview
También hubieron actuaciones de varias
obras con motivo del “26 Festival del Sur, encuentro teatral tres continentes”,
actuando del 16 al 20 de octubre de 2013.
Otras actuaciones en el Teatro hasta
diciembre de 2013:
-
Domingo, 26 de
octubre, la Parranda Araguaney, conmemorando su XX ANIVERSARIO.
-
Sábado, 9 de
noviembre, Gala Benéfica de ADISUR, con la actuación de PIEDRA PÓMEZ.
-
Viernes, 29 de
noviembre, actuación de 2RC PRODUCCIONES, representa la obra MI VIDA GIRA
ALREDEDOR DE 500 M.
-
Sábado, 14 de
diciembre, actuación de la PARRANDA DEL LEGÍO, presenta su TERCER TRABAJO
DISCOGRÁFICO.
-
Sábado, 21 de diciembre,
actuación de LOS GOFIONES, ofrecen un concierto de NAVIDAD.
TEMA II
AEROGENERADORES EN EL SURESTE DE GRAN CANARIA
AEROGENERADORES EN EL
SURESTE DE GRAN CANARIA
Nadie tiene duda de que existe un interés de la
mayoría de la gente, en querer cambiar el petróleo en la producción de
energías, por otras, de las llamadas limpias, como puede ser los
aerogeneradores con el viento, la fotovoltaica con el sol, y también la mareomotriz
por la fuerza del movimiento del agua del mar, etc.
Pero también es cierto que vivimos actualmente, en un
mundo globalizado, en donde el interés no es el mismo para todos, pues las
grandes multinacionales que manejan el mundo del dinero, en combinación con
intereses estatales de los países del mundo, administran el funcionamiento de
las energías, a no sé que clase de intereses de conveniencias particulares que seguro
les beneficiarían, contrarias al común de los simples mortales.
Durante toda mi vida, he visto que nos hemos quejado
de lo ventoso de nuestra tierra del Sureste de Gran Canaria, y mira por donde
han descubierto que su aprovechamiento con estos molinos aerogeneradores,
(Distintos a los de moler el gofio que siempre conocí) cambia la fisonomía del
terreno, pero da una energía limpia, económica y abundante, que beneficia a
esta zona.
Antes cuando andábamos por Llanos Prietos, los Llanos
de Arinaga, Los del Polvo o los de Sardina (La zona de costa del Sureste), se
veía tabaibas, aulagas, balos y otros arbustos, luego aparecieron las
plantaciones de los cultivos de tomateros principalmente, y ahora plantamos
molinos, para que la energía se produzca con la fuerza del viento casi
constante que aquí tenemos, considerándolo como una riqueza no esperada, pero
no por eso menos deseada, dado que en la actualidad la vida gira alrededor de
la electricidad que produce estos aerogeneradores y otros sistemas.
Tengo la esperanza de que las múltiples trabas que
han surgido desde el inicio de la colocación de estas instalaciones, se vayan
corrigiendo, porque es de sentido común que los oponentes a que esto se haga,
terminarán cediendo, y con el tiempo veremos de lo más normal toda la costa
plantada de molinos, así como parte de la zona marina.
Ya en la actualidad existen una considerable cantidad
de aerogeneradores instalados en esta zona, y el contrapunto lo puso la
colocación y puesta un funcionamiento, del mayor de estos molinos, en el Puerto
de Arinaga, al que por su gran tamaño le están llamando “El Gigante”, con la
perspectiva de instalar otros semejantes, por sus inmediaciones.
Sobre esto último el periódico digital “TRIANGULODIGITAL.ES,
publicó el siguiente texto:
“ Presentación oficial del gigante con
aspas
El primer aerogenerador marino instalado en
España, un prototipo offshore de Gamesa, ha sido presentado este
lunes por las autoridades en el Puerto de Arinaga, después de que la
puesta en marcha el pasado mes de julio de este gigante del Sureste, con un
rotor de 128 metros
de diámetro y una altura total de 154 metros, que puede generar la energía
necesaria para abastecer a unos 7.500 hogares al año, resultara todo un éxito.Fuentes oficiales de Gamesa se han mostrado orgullosas de que este primer prototipo offshore haya sido un éxito y, además, consideran que el Puerto de Arinaga fue elegido para ubicar su prototipo por las condiciones especiales para este tipo de energías.
“Para nosotros es muy importante esta presentación oficial, pues en julio dimos el paso de ponerlo en marcha para obtener la certificación y ha resultado todo un éxito. Ahora, el aerogenerador será una gran realidad y un gran reto para nuestra empresa”, afirmaron las mismas fuentes de Gamesa, la empresa española líder en aerogeneradores.
Al acto, en el Puerto de Arinaga, acudieron el Presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, el Ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, el Presidente del Cabildo de Gran Canaria, José Miguel Bravo de Laguna, el Alcalde de Agüimes, Antonio Morales y el Presidente de Gamesa, Ignacio Martín, entre otras autoridades.
Gamesa comenzó la instalación de la torre, la nacelle y las tres palas del aerogenerador a mediados del pasado mes de abril con el montaje de la torre, con una altura de 90 metros. La nacelle, producida en Tauste (Zaragoza), tiene más de 12,5 metros de largo, 4 metros, tanto de alto como de ancho, y 72 toneladas de peso.
Tras izarla sobre la torre, empezó el ensamblaje de
las tres palas, de 62,5
metros de largo cada una y 15 toneladas de peso (las más
largas producidas y trasladadas en España), que concluyó en el mes de mayo.”
Pueden ver un vídeo sobre esta
noticia, en la siguiente dirección: https://www.youtube.com/watch?v=QDiedOONz44
AEROGENERADORES:
Fotos: La de la izquierda en tipo dibujo del fotógrafo en acción, con su sombra, haciéndole fotos al gran generador (Me las hizo mi hija Saro).
En la del centro el aerogenerador mas alto y de mas potencia de Canarias y del Pais instalado en el
Puerto de Arinaga, con materiales especiales para aguantar el yodo marino,
evitando el óxido de sus materiales ("Molino gigante"). Y a la derecha una foto como algo de tipo simbólico, hecha desde la Montaña de Arinaga
hacia la chimenea de la planta de las Empresas Eléctricas en Juan Grande,
viéndose en primer plano los terrenos de la montaña, luego la zona urbana de
Arinaga, la bahía de Formas, Pozo Izquierdo y la citada chimenea, lo que en la actualidad viene
a representar “una espada de Damocles” sobre el Puerto y el Barrio de
Arinaga, con el empecinamiento de algunos en instalar allí una planta de gas,
para dar servicio de abastecimiento a la citada planta eléctrica.
FOTOGRAFÍAS DE LOS AEROGENERADORES (MOLINOS)
Y DE ARINAGA
PANORÁMICAS DE ARINAGA
OTRAS PANORÁMICAS DE ZONAS CON AEROGENERADORES
Fotografía panorámica en 360º de la Playa de Arinaga, hecha desde el Cascahueso.
TEMA III
LUCHA CANARIA, ÉPOCA FLORECIENTE EN AGÜIMES
(En las fotografías de grupos de personas en la
página, se nombrarán de izquierda a derecha y de arriba abajo, en lo posible.)
LUCHA CANARIA, ÉPOCA
FLORECIENTE EN AGÜIMES
En canarias, y por supuesto en Agüimes, el único destacado
deporte, que se podía ver, ya fuera en los campeonatos o en los días de fiestas
de los pueblos, fue la LUCHA CANARIA,
hasta los años 40, a
partir de esta década, ya empezó a verse el deporte de la pelota, o sea el
deporte mas popular actualmente del mundo, que es el FÚTBOL, y en fechas más
recientes, se practica con mucha participación los múltiples y variados deportes
que existen.
Lo que puede dar una idea de su
importancia es que aún en los años 50, habiéndose incluido en el programa de
las fiestas de San Sebastián un encuentro de luchas, pues creo que antes llovía
más que ahora, y sobre todo en enero es tiempo propicio para la lluvia, llegado
el día de su celebración no se suspendió lo programado porque estuviera
lloviendo, sino que el Alcalde habló con los responsables del “Cine Agüimes” en
solicitud de que les facilitaran el local, a lo que
accedieron, desalojando las butacas de la sala, colocando en el centro unos
viajes de arena que trajeron en camiones, para formar el terrero, celebrándose
la programada luchada.
Aunque en la lucha se emplea la fuerza
y la habilidad, se mantiene como un principio esencial el trato al contrario,
la honestidad y la humildad, donde muchos luchadores aunque ganaran se
comportaban con sobriedad y simpatía hacia su contrincante y al público.
Por lo tanto, esta parte de la página,
la dedicamos al vernáculo deporte de Canarias, recogiendo opiniones y vivencias
de varios luchadores que en mi época juvenil eran algunos de los mejores.
DON SEBASTIÁN CABALLERO SÀNCHEZ. Soy natural y vecino de Agüimes, nací el 20 de enero
de 1922, hijo de Cristóbal y Ana, sólo yo nací en Agüimes, mis otros 7 hermanos
nacieron en Tafira, porque mi padre fue mayordomo de Don Miguel González, tengo
8 hijos, con 18 nietos, y 10 biznietos.
Empecé a luchar en la Lucha Canaria,
cuando tenía 10 años, con mi hermano Juan Rafael, Cristóbal y otros, en la Hoya
de la Montaña de Agüimes, teníamos como un terrero, la finca era de la familia
de “Marrero” (Quien
fuera Alcalde Accidental de Agüimes, en el periodo de la baja de la Alcaldía de
Don Narciso Bordón Suárez y la toma de posesión como nuevo Alcalde Don
Francisco Suárez Suárez, en 1960), y dejé de luchar a los 32 años,
cuando vine a vivir al “Pie de la Cuesta”.
El Brazo de Hierro le decían a un tal
Agustín de Vecindario, y levantaba los arados y El Faro de Maspalomas.
El primer equipo que se hizo en
Agüimes se llamaba “Roque Aguayro”, (Aguairo o Aguayro, Aguimes y otros topónimos de
Canarias, se supone que, los castellanos en la conquista, mantuvieron en la
escritura de su lengua, la fonética del lenguaje de los canarios, he oído decir
que los nombres topónimos de canarias que empiezan por “A” o “T”, son
originarios de las denominaciones de los canarios) que lo formamos Don Antonio García el taxista,
Francisco Suárez Alemán, albañil, que ahora está en Lanzarote y yo, hasta que
estuvo Don Emilio Barbosa, que por motivos de desavenencias se desbarató el
quipo.
En esa época, estaban los equipos de
Sardina, Ingenio, Telde y Las Palmas, el primero se llamaba Unión Sardina, cuyo
presidente se llamaba José María, “Pollo de Sardina”, en Ingenio el Maninidra y
en Telde el Castro Morales. En Las Palmas habían varios, El Adargoma, El
Tumbador, que era del Puerto, se formó otro equipo con gente del Norte, que
pasaron a trabajar en la fábrica de cigarro en Las Palmas, y le llamaron el
Rumbo, aunque procedían del Ajódar de Gáldar.
El luchador mas afamado de la zona,
era Antonio Loreto, de Ingenio, aunque yo lo tiraba, y por eso en Ingenio me decían
que yo era malamañado. Aunque, yo estuve luchando, unos cinco años, en el
equipo de Castro Morales, de Telde, en donde estaba el Faro de Maspalomas, que
era un campeón y también Marrero. En Ingenio estuvo uno que también fue campeón
de Canarias, que trabajaba en La Caja Nacional fue Abel Cárdenes, y Alfredo Martín, El Palmero.
No me quiero dar fama, aunque era de
los mas destacados, pero puedo decir que una vez en Sardina, tiré a seis
contrarios y le di una lucha al campeón José María, Pollo de Sardina, pero él ya
estaba cansado, porque había tirado a todo el equipo de Agüimes, y se dio por
terminada la luchada. Ahora me suele decir Manuel García el de Gabriela, que si
me acuerdo de cuando le di la lucha al Pollo de Sardina.
Mi lucha preferida era la burra, tanto
para adelante, atrás o para todos los sitios.
Uno de los primeros terreros de
Agüimes fue en donde se hizo la obra del Hospital, hoy Colegio de las monjas, y
después de una parva de años, de allí pasaron a la zona de la plaza, en una huerta
de Don Luis Suárez.
Existió la lucha con “mano arriba” y
después “mano abajo”, la primera era que metías la mano por una abertura del pantalón y
agarrabas por la cintura, de esta forma el Faro cuando le metía la mano arriba,
los levantaban y con la otra al cogote o al pecho, los tiraba a la arena, con el
poder que tenía. Luego cambiaron a la mano abajo.
Antes, hasta que los equipos fueron
federados, no existían Presidentes de los equipos, sino de los luchadores, uno
de los mas que destacaban, lo nombraban capitán. La Federación de Lucha
Canaria, se formó en 1.946, con sus correspondientes fichas, que además había
que pagar unas cuotas, etc. Antes de la federación de lucha, se hacían luchas
en los domingos, en los distintos pueblos o en el Campo de España en Las Palmas
de G. C., pero también, en todas las fiestas importantes de los pueblos, se
hacían luchas siempre, algunas veces, con los equipos reforzados con puntales y
en algunas hasta con desafíos por supuesto, y también se hacían, con motivo de
otros acontecimientos.
De los más importantes, estaban los conjuntos del
Norte y Sur, de Telde para abajo, éramos los del Sur, y los de Las Palmas, con
los demás pueblos del centro y norte de la Isla, eran los del Norte, que
luchábamos en el Campo de España en Las Palmas de Gran Canaria, en Telde, o en
otros pueblos.
DON LUIS GUERRA MÉNDEZ. Soy natural y vecino de Agüimes, nací el 25 de
diciembre de 1927, hijo de José y Bibiana, éramos 6 hermanos, 3 de los cuales
éramos luchadores, Vicente, Agustín y yo, soy viudo, tengo 8 hijos, 18 nietos y
3 biznietos.
Cuando yo empecé a luchar, tendría
unos 12 años, y dejé de luchar, cuando me casé, a los 30 ó 32 años más o menos.
El primer Presidente del equipo de
lucha aquí fue Don Lucas Bordón Suárez, le relevó Don Emilio Barbosa Henríquez
y luego fue Don Juan Ángel Suárez Monroy, que se casó con una hija del
Secretario del Ayuntamiento.
Estando Don Emilio de Presidente me
llamó el Pollo de la Victoria, porque una vez, cuando estábamos en una luchada
en el Campo de Santo Domingo, donde hoy está el Teatro Municipal, con el
Maninidra de Ingenio, cuando quedaban los últimos luchadores de Ingenio,
Marrero y Loreto, los tumbé yo a los dos, entonces gritó Emilio, es el Pollo de
la Victoria, porque ganamos la luchada. Aunque este llamativo nombre, no se
hizo muy popular, porque mas bien fue una cosa puntual.
Estando Don Lucas Bordón de
Presidente, le puso Roque Aguayro al equipo de luchas, aunque muchas veces, le
llamábamos solo Aguayro.
En mi época conocí a los equipos, en
Ingenio al Maninidra, en Sardina al Unión Sardina, del que era puntal el Pollo
de Sardina, en Telde el Castro Morales, en Las Palmas el Adargoma.
Contra uno de los mas que luchábamos
era, contra el Adargoma, porque nos juntábamos el Maninidra y el Roque
Aguayro, para luchar con ellos. Porque este era el equipo mas fuerte, que tenía
a Hermenegildo, que era un cachorro, tenía mucha fuerza, levanta los arados,
pues a ese lo llegué a tumbar yo una vez en Ingenio. Tenía otros buenos
luchadores entre ellos Abel Cárdenes, el Rubio de San José y otros.
En el Norte conocía yo a los
luchadores, a uno le decían el Artillero que era un gran luchador, de Gáldar.
Cuando fui al cuartel, en
Fuerteventura, no había nadie que me pudiera tumbar, en la Isla de
Fuerteventura, era yo el Pollo del Batallón, porque allí hacían luchadas, todos
los domingos. Además de luchar en el cuartel, salíamos a los pueblos, y me
quedaba yo en el terrero, y los soldados tiraban los gorros y llenaban el
terrero. (Esto me lo confirmó un día Don Juan González, padre del
pintor/escultor, porque hizo la mili con Luis)
Luchando la que mejor se me daba era,
la burra con cadera “palante”, o la burra girá “palante”. Otra cosa que tenía
era que, el me levantaba a mi, ese al ponerme en el suelo, iba al piso del
terreno, porque lo tumbaba, por cadera o pardelera.
Hay muchas formas de lucha bonitas,
como la regoliá, el desvío, la burra, también el cango, si el que lo echaba era
un hombre fuerte.
Conocí varios terrenos de lucha, uno
estuvo en la huerta de Don Luis Suárez, frente a la Iglesia y la Plaza, otro
estuvo, subiendo la calle Alejandro Hidalgo, por el lado izquierdo, al lado de
donde vivió Antoñito Méndez y el terrero de Santo Domingo.
DON FERNANDO ARTILES MARTÍN. Soy natural y vecino de "Agüimes/Ingenio", hijo de
Domingo y María, nací el 17 de marzo de 1935, pero al nacer de 7 meses, y como esperaban
que no viviera, porque antes no habían los medios de ahora, y como salí
adelante, me apuntaron, el primero de abril de 1935. Mis padres tuvieron 14
hijos, de estos las 2 primeras nacieron en Cuba y los demás aquí, porque mi
padre como otros muchos, se fue a Cuba y se casó allí, al nacerles estas 2
primeras hijas, decidieron venir a Canarias, para que conocieran a sus abuelos,
con la intención de regresar, pero con la mala suerte que, al mes y pico de
llegar aquí, se murió el padre, por lo que no volvió a Cuba.
Más tarde, se fue a Fernando Poo
(Guinea), cuando tenía ya 6 hijos, y a la vuelta recuperó el tiempo perdido y
tuvieron 8 hijos mas, dos de ellos gemelos, para aprovechar el tiempo perdido,
me supongo.
Me casé con Doña Agustina Sánchez, el
primero de abril de 1958, y tengo 7 hijos.
La mayor parte de toda mi vida
laboral, la he dedicado a la panadería, en la que siguen mis hijos, que además
de ayudarme en el trabajo, han hecho sus estudios universitarios. Estoy
orgulloso de mi familia y del trabajo que he hecho.
Empecé trabajando en la panadería de
Pedro Ortega, aquí en Agüimes, y luego ya por mi cuenta, aquí y mayormente en
Ingenio.
En mis comienzos, cuando iba a pagar la harina de la
panadería, llevaba 6.000 pesetas, y se me perdió la cartera, pues me llevé un
gran susto, pero resulta que el vecino Don Juan González Santana, padre del
pintor/escultor Juan González Artiles, se cruzó en la calle y me preguntó si se
me había perdido algo, y yo claro le dije pues si, la cartera, entonces me
preguntó, que es lo que tenía, y le dije en el centro 6.000 pesetas y en un
bolsillo aparte 300 pesetas, por supuesto también mi carné y otros papeles,
Juan de inmediato me la entregó, yo le quise dar las 300, que llevaba aparte,
pero el no quiso nada, aunque posteriormente, mi agradecimiento me obligaba a
hacerle algún que otro regalo, que no fuera de dinero. (Juan padre, es persona sencilla,
con gran corazón y con un punto de humor en su conversación. Ya aparece con manifesciones y fotos, en la otra
página del Parque de los Moros, de este blog).
Yo empecé a luchar con 14 años, y casi
por casualidad, pues había una luchada en Arinaga, el día del Pino, entre el
Unión Sardina y el Aguayro, aunque el nombre completo era Roque Aguayro, pero
le decíamos Aguayro, pues aunque yo estaba entrenando, no luchaba con el equipo
grande, entonces vieron que a los nuestros le faltaba uno, por lo que Chano
Caballero me dijo, Fernando ponte la ropa, llegado un momento habían caído
todos los del Aguayro, tiraron a Vicente Guerra y a toda la gente grande, quedaba
yo solo, pero como era un chiquillo, estaba allí arrimado, y no me querían
echar a luchar, pero entonces me dijeron Fernando sale, y empecé a tirar a la otra
gente, entonces el público, o una parte, cuando había tirado 3 ó 4, me decían
que le diera la mano, y me retirara, que no luchara mas, porque no había ni
agua para beber, pero Chano Bordón el de Narciso, que me dio un duro, que era
una barbaridad, me dijo, Fernando sigue luchando que, la Virgen del Rosario
hace milagros, pues terminé tirando a los 9 hombres que quedaban, ganando por 11 a 12. Al terminar como no
había agua, me trajeron en hombros hasta la tienda de Carmita, en el
Cascahueso, en la manzana en donde tenía el chalet Don Juan Melián, porque la
luchada fue entre el Molino y el Muelle, allí me dieron agua, y mi padre que
venía con el grupo de gente, cuando me soltaron, me dio 20 duros, no creas que
cualquiera tenía 20 duros en el bolsillo, y me dijo “hoy se puede usted
emborrachar, que le doy permiso yo”, es lo primero que le salió, porque estaba
tan emocionado, porque hay que tener en cuenta que yo era un niño, antes
los padres eran dioses para los hijos.
Estuve luchando desde, el 40 y poco
hasta el 60 y algo, unos veintitantos años.
En una luchada en Agüimes, en la que
tiré a 8 hombres, entre los que estaban los Hermanos Curbelo, hombres
corpulentos de 1,90 ó 2
metros de alto, del Adargoma, me empezaron a llamar el “Pollo de
Agüimes”, y luego quedó así con esa distinción.
Yo solo estuve luchando en el Aguayro
y luego en el Maninidra en Ingenio, porque allí me eché la novia y terminé casándome.
En aquellas fechas la lucha Canaria,
era el único deporte que había, no había fútbol, ni baloncesto, ni balonmano,
porque claro se empezaba a jugar al fútbol, con una pelota de trapo, que era lo
que teníamos los chiquillos, porque no había otra cosa, para que veas la
importancia de la lucha, que una vez fuimos a luchar a Arafo (Tenerife), y nos
tenían poco menos que como dioses, todos los días que estuvimos allí habían bailes,
entrábamos de gratis y hasta las copas era medias de gratis.
Los equipos mas fuerte, que estaba
eran, el Adargoma, que era el mas viejo de Canarias, luego estaba el Rumbo que
era muy fuerte, el Ajodar que era del Norte, con Manuel Marrero, el Tumbador, luego
por el Sur, estaba el Maninidra en Ingenio, el Aguayro en Agüimes, el Unión
Sardina en Sardina, en Telde el Castro Morales y Unión Telde, en donde luchaba
el Faro de Maspalomas, que también estuvo fichado luchando en el Roque Aguayro,
muchas veces y hasta fue a luchar con una Selección a Tenerife, y le ganamos.
En esa época recuerdo que habían los
siguientes luchadores famosos: En el
Unión Sardina, estaba José María Pollo de Sardina y el hijo Antonio, Siso Díaz,
Germán Medina, Paco, Chano y Manuel
Guédez, parientes de Loreto el de Ingenio, que procedían de La Pasadilla, luego
en el Aguayro de Agüimes, estaba Vicente Guerra y los hermanos Luis y Agustín,
Vicente además de ser un buen luchador, era el de mejor carácter que yo he
conocido, porque se estaba riendo cuando
tiraba y cuando lo tiraban, hasta el punto que, yo vi recoger del público a
Vicente, mas dinero cunado lo tiraban, que al luchador que lo tiró, de la
calidad de Vicente no había, aunque aquí habían otros buenos, como Sebastián
Caballero, mi primo Higinio, Manino, Vicente Méndez, Francisco Caballero, etc...
Ahora, en Ingenio había un equipo que
fue muy superior, porque si uno se caía, cualquier otro le sustituía, estaban
Loreto, Antonio Cruz, Manuel Marrero (Pepe Sánchez), El Sureño, Cabrerita, Los
Hermanos Cabrera, Juan Hernández "El Calabazas",
Tarzán que fue el luchador más vistoso.
En Agüimes también era vistoso Vicente
Guerra, que tenía una burra potente, un toque por dentro muy bueno, un toque
para atrás, y sabía defenderse muy bien.
Además de la buena luchada de Arinaga,
luego hice varias luchadas buenas, una vez fuimos a Arucas, y estaba sacando la
luchada El Guajiro y El Cubanito, pues yo le tiré de 7 a 9 hombres, eran un montón,
comentando luego el Guajiro que, no sabía como este hombre, sin apenas luchas,
los ha tirado a todos. Enseguida
prepararon la devolución de la visita, para venir a Agüimes, pues me salieron
El Cubano y luego El Guajiro, y los tiré a los dos. Hay que aclarar que estos
dos luchadores, ya no estaban casi luchando mas bien entrenando, porque los dos
me llevan a mi unos 10 años.
El Pollo de Anzo, El Pollo Reina y el
Guajiro estuvieron haciendo el servicio militar, en Agüimes, en el Tabor de
Tiradores de Ifni, El Pollo Anzo estuvo en el Rumbo, en el Ajodar, y cuando
estuvo aquí luchaba en el Aguayro, que fue una época en la que se levantó la
lucha en Agüimes. Se hizo un terrero en donde estuvieron los talleres de
Francisco López (Hoy Lopesan), de allí pasamos a otro terrero, en donde se
hacían las obras para el Hospital, que luego pasó a ser un Colegio, después nos
fuimos al solar de Antonio Méndez, en la calle que está de la Plaza a la
Tablilla y luego pasamos al terrero que todos conocimos, en la Plaza de Santo
Domingo, que fue donde mas se ha luchado.
En cuanto a mis luchas, las mas
favoritas fueron, la burra, tanto para adelante como para atrás, también un
toque por dentro, un toque para atrás, la cadera, pero la lucha favorita era la
burra.
Los luchadores teníamos las siguientes
luchas: Pardelera, burra, cango, toque por dentro, toque para atrás, desvío,
cadera izquierda y derecha, etc.
La diferencia de la lucha de antes, a la de hoy es que,
antes se luchaba por hombría y hoy se lucha por dinero, eso ha acabado con la
afición, porque el dinero, si te pago te exijo, y antes el que se exigía era
uno mismo, y hoy te exige el equipo, y si te caes no te pago, así es el
procedimiento, aunque no se tenga contratado así, por eso hoy no existe afición
a la lucha, el que está luchando, lo hace por el dinero, porque antes no teníamos
a donde ir, por lo que nos íbamos a entrenar, nos decíamos vamos a pasar la
tarde y no íbamos a entrenar, cuando salías del entreno, te ponías a alegar en
cualquier sitio, y después al cine, y san se acabó, no había otra cosa.
Quiero contarte una anécdota, y es
que, El Pollo de San Nicolás de Las Palmas, se ofreció voluntario, para
reforzar al Castro Morales de Telde, con la condición de salir el primero para
tirar a todo el Maninidra en Ingenio, por lo que para venir, alquiló un “coche
de hora”, para traer a su novia, a familiares y amigos, porque era un señor que
estaba bien económicamente, y trajo toda sus amistades, y me acuerdo siempre
que, le salió primero el Pollo de Las Calabazas, y lo tiró, yo le iba a salir
con el pantalón un poco ancho, por lo que me dijo el árbitro, que me cambiara
el pantalón, pero entonces intervino El Pollo de San Nicolás, y dijo no, no
hace falta, esta bueno, porque se ve que tenía mucha confianza en si mismo, con
tan buena suerte para mi, que en la primera lucha, con la burra lo tiré, y el
desde el suelo me aplaudió, luego en la segunda lucha, se abrió de piernas,
para que le enburrara, para tirarme, porque era un hombre fuerte, pero le fui
por pardelera, le suelto otro zarpazo, entonces me tiraron mas voladores que en
un día de Candelaria, bueno como que ese día no se terminó la luchada, allí se
acabó.
El Faro de Maspalomas, es punto y
aparte, a el se enfrentaron todos los mejores luchadores. Recuerdo que Araña le
presentó un desafío en Telde, porque lo había tirado en la lucha anterior,
comentando que ya yo le cogí el truco al Faro, el Faro ya no me tira mas, pues el Faro le dio una lucha con un tronchón a
Araña, que lo tuvieron que llevar para casa de socorro.
El gran desafío, de Manuel Marrero del
Ajodar del Norte y el Faro fue, en el Campo de España, el Faro trabajaba con
Don Seferino Marrero, y estaban apostando 3 contra una, porque el Faro se dejó
caer las dos primeras, entonces un amigo le gritó “Pepe que me aruinas”, porque
habían apuestas hasta de 4 a
1, pues se acerca el Faro al amigo, y le dijo, en mi cartera hay 2.000 pesetas
apuéstelas, al agarrar otra vez, yo observé que el Faro quitaba la arena debajo
de sus pies, para afianzarse y no resbalar, y le pegó las tres seguidas, en la
última lucha, los de Arucas, decían Marrero, como es posible que después de
haberle dado las dos primeras luchas, ahora te tira las tres, y Marrero
dirigiéndose a ellos, les dijo, ustedes se creen que eso es un hombre, se baja
el pantalón, y escupía sangre, pues le había reventado el muslo con el pantalón.
(Yo conocí personalmente a Don José
Rodríguez Franco, "Faro de Maspalomas", pues en La Placetilla, al lado de mi casa,
yo era un niño, llegó con otras personas, con una pequeña camioneta, y por el
callejón de Antoñico Abad (Hoy calle Obispo Verdugo), habían comprado un
cochino, y lo traía con una soga y empujándolo, en un momento determinado, el
Faro lo cogió y lo trajo a cuesta, hasta echarlo en la camioneta, con el normal
comentario de los presentes, por su fortaleza, eso lo vimos los chicos y mayores que nos habíamos
reunidos, al reconocer alguno de ellos al Faro entre aquellos señores, no sé
la edad que él pudiera tener ni tampoco la fecha en que sucedió)
FOTO DEL CONJUNTO
DE LA SELECCIÓN DE LUCHADORES DE GRAN CANARIA EN LA DÉCADA DE LOS 40: Pollo del
Pagador, Pollo de Anzo, Jorge Marón, El Canario, Fernando Ríos, Antonio Mayor,
Antonio Sosa, Pollo de Buen Lugar, Antonio Mujica, José Castellano, El Guajiro, El Artillero, El
Palmero y Faro de Maspalomas. Creo que a través de los tiempos nunca se había
reunido tantos buenos luchadores para formar esta selección, como la mejor que
haya podido haber en el mundo conocido de este deporte de Canarias.
Aunque el Faro de Maspalomas Don José Rodríguez Franco, nació 19 de marzo de 1912, en el Pajar a la izquierda del Barranco de Arguineguín, luego vivió una temporada en Maspalomas y con unos 6 años se trasladó a Telde, donde vivió hasta su fallecimiento en 1991. Durante su apogeo deportivo dicen que fue prácticamente invencible, aunque los años hacen mella, pero parece que bajó su nivel potencial porque quizás le afectó o no, lo del suceso de El Corredera en 1947, pasando luego a tener protagonismo y a lucir su fuerza con el levantamiento del arado con el yugo, como parte del espectáculo en los actos de las luchadas, manteniendo en todo tiempo el prestigio y reconocimiento de la afición de la lucha canaria.
Aunque el Faro de Maspalomas Don José Rodríguez Franco, nació 19 de marzo de 1912, en el Pajar a la izquierda del Barranco de Arguineguín, luego vivió una temporada en Maspalomas y con unos 6 años se trasladó a Telde, donde vivió hasta su fallecimiento en 1991. Durante su apogeo deportivo dicen que fue prácticamente invencible, aunque los años hacen mella, pero parece que bajó su nivel potencial porque quizás le afectó o no, lo del suceso de El Corredera en 1947, pasando luego a tener protagonismo y a lucir su fuerza con el levantamiento del arado con el yugo, como parte del espectáculo en los actos de las luchadas, manteniendo en todo tiempo el prestigio y reconocimiento de la afición de la lucha canaria.
Fotos:
En la de la izquierda el Faro de Maspalomas, símbolo de altura y fortaleza, es el luchador José
Rodríguez Franco, entrevistado por un periodista, la otra del centro ya bastante mayor de edad con su
sombrero, y luego la del emblemático edificio del faro que está en Maspalomas, luz y
guía de navegantes y ahora también de los numerosos turistas que lo visitan, de
donde tomaron el sobrenombre para el citado luchador. Me han comentado que ha habido
en la historia de la Lucha Canaria, dos formas de agarrar: Arriba y Abajo. Pues
dicen que en el tiempo que luchaba el Faro, cambiaron el agarrar abajo, porque
cuando lo hacía arriba, la potencia del Faro le facilitaba el doblegar y tirar
a los adversarios, porque condicionaba mucho mas la fuerza que la maña.
GRUPO DE LUCHADORAS DE AGÜIMES: Sofía Olivares
López, Sinforosa Santana Rodríguez, Josefa Olivares López, Victoria
Castro Méndez, Teodosia García Olivares y María del Carmen Olivares López. Foto
facilitada por familiares de Don Juan Olivares Torres.
DOCUMENTAL DEL ESCRITOR Y POETA DON FRANCISCO
TARAJANO PÉREZ
En uno de sus libros publicados de
MEMORIAS DE AGÜIMES, en el número “1”,
en las páginas 154 a
la 156, que titula: LA LUCHA POR PILAS, dice lo siguiente:
“AGÜIMES E INGENIO, UNIDOS.
En el ancestral deporte de la lucha
canaria se luchó siempre por pilas. Defender el pueblo, la comarca era una
satisfacción y orgullo para los atletas. Además de la nobleza y el arte, era
esta una señal de identidad.
Por los años 1869 a 1872 sobresalió por
la pila de Telde Matías Jiménez, “El Invencible”, y por la pila de Agüimes
Sebastián Viera.
He aquí como se relató entonces en
1869, dos agarradas memorables de estos dos atletas:
-“En una Viera intentó levantar y fue
respondido por burra. Resistió el de Agüimes hasta que El Invencible, realista,
optó por sacar la pierna, huyó el cuerpo con presteza y se llevó a Viera por un
desvío irresistible.
En la otra, fue Matías Jiménez quien
atacó por levantada, defendiéndose bien su oponente que, aprovechando el
momento de poner los pies en el suelo, atacó de media cadera, anulada por su
adversario que respondió con burra. El forcejeo fue largo, apasionado y emocionante.
Al fin, Matías, visiblemente descompuesto, logró una oportuna palmada para
vencer. Matías quedó herniado a resultas del colosal esfuerzo”.
Estamos a 1872. Los Llanos y Telde,
próximos, pero distantes luchísticamente, parecen dispuestos a un entendimiento
cordial, repitiendo la hazaña unitaria que le valió para vencer a media Isla.
Su objetivo inmediato: Imponerse a
Ingenio y Agüimes que gozan de acrisolada fama.
“Ingenio y Agüimes no han sido nunca
humilladas por Telde, sino todo lo contrario. Creemos que Telde ha servido
alguna vez de entrenamiento a los héroes de Agüimes e Ingenio.”
El ambiente, por tanto, está servido.
La pugna a punto. Suspense, en definitiva.
El hecho cierto es que a fines de
1872, en Las Pavonas, los luchadores de Agüimes e Ingenio, vencieron a los de
Telde y Los Llanos.
Estamos en 1888. Amarantos Martínez
Escobar organiza una luchada en Las Palmas con motivo del día de Las Flores. Se
enfrentarán las pilas de Telde y Los Llanos a las pilas de Agüimes e Ingenio.
El cronista dijo:
Desde hace algunos años no se habían
visto luchadas en Las Palmas.
La concurrencia fue numerosísima. El
tranvía de vapor de Las Palmas-Puerto, saliendo cada diez minutos, no daba
asiento a los que se trasladaban a la Plaza de la Feria.
Nunca hemos visto igual y pocas veces
habrá presenciado mejor luchada Las Palmas. Cuarenta y siete luchas, pero no de
las ordinarias, sino en su mayor parte de azar, de lance y sorpresa la
constituyeron.
El público seguía gratamente
emocionado aquel pugilato de fuerza y habilidad, indudablemente el mejor entre
todos los que de su índole se usan en los pueblos cultos.
Hombres pequeños de cuerpo, grandes de
espíritu, competían con ventaja y con éxito con otros muy superiores en fuerza,
merced tan sólo a las condiciones que da el ejercicio, el arte de la lucha.
Los dos bandos que se disputaban el
triunfo estaban precisamente definidos y caracterizados por la circunstancia
anterior. De una parte las dos pilas de Telde y Los Llanos, con sus respectivos
pagos, simbolizando la robustez y la fuerza no exentas, en algunos casos, de
habilidad y maestría; de la otra, las dos pilas de Agüimes e Ingenio, con sus
respectivos y valientes pagos del Carrizal y Sardina, debiéndoselo todo a su
trabajo, a su competencia, a su habilidad y a su maestría.
La suerte se presentó decididamente
favorable a los pueblos del Sur, llegando a tomar una ventaja de once
luchadores. Mas tarde se repuso Telde y casi llegó a igualarse; pero volvió
nuevamente a perder terreno, que no pudo recobrar, resultando, al terminar la
luchada por lo avanzado de la hora, una ventaja de dos a favor de las pilas de
Agüimes e Ingenio, pequeña diferencia que prueba lo reñido del combate.
Se concedió un premio de cuatro duros
al luchador teldense Juan Castro y otro igual a Antonio Viera, jovencillo
agüimense que tanto se distinguió tirando a hombres de doble fuerza y gran
tamaño.
Así se luchaba antiguamente, incluso
hasta 1970. Las pilas eran lo que imponía. Poco de los actuales equipos de
lucha responde a la esencia de la lucha canaria tradicional.
Nótese que el cronista destaca la
corpulencia, robustez y fuerza de los de Telde y Los Llanos frente a la
habilidad y maestría de los de Agüimes e Ingenio.”
Luchadores del Siglo XIX: Diego Martín, Melchor Méndez lucha con Sebastián Flores, Sebastián Flores (solo) y Cristobal Méndez.
AHORA UN
POCO SOBRE EL FÚTBOL: El primer
equipo que existió o conocí lo llamaban Club de Fútbol San Sebastián, luego desapareció
y se creó el C.F. Unión Agüimes, también el de La Salle que se fundó en el
Colegio Jesús Sacramentado, regentado por los Hermanos de La Salle, al que
pertenecí, porque era antiguo alumno, y también existieron en la época los
equipos El Estrella Azul, El Piletas, etc.
En mi niñez y jovencillo, jugábamos
con pelotas de goma y también de trapo. Uno de los lugares en donde jugábamos
es en un tramo de la carretera que va desde la Rambla hacia la costa, en la
parte de la zona mas recta frente al Colegio de La Salle. Hay que explicar que no
pasaban los coches, porque habían muy pocos, y si pasaba alguno lo hacía
despacio y nosotros parábamos el juego. También lo hacíamos en otro tramo de
esta carretera, pero en la zona llana antes de llegar al badén que cruzaba el
barranco de Guayadeque, de Agüimes hacia Ingenio. Luego vinieron los campos de
fútbol de tierra, primero en las inmediaciones del Colegio y luego en Las
Crucitas, en esta última zona habían dos, uno en los terrenos de Los Betancores
y el otro en los del Ayuntamiento.
C.F.
SAN SEBASTIÁN: Cesáreo Bordón Suárez, Luis Hernández, Enrique Melián (con
sobrero), Victoriano Torres, Matías Suárez, Juan Artiles Rodríguez (con
sombrero), Juan Cazorla, Manuel Pérez, Modesto Artiles Rodríguez, Gonzalo
Martín Artiles, Antonio Hernández, Sebastián Viera Torres, y Alejandro
González. Cuando se formó este equipo, el conocimiento, la táctica y práctica
del fútbol, sólo la tenía unos pocos, los demás lo hacían por pasar un rato, y
jugaban con la fuerza y el corazón intentando hacerlo bien, sin ninguna otra
pretensión. En los que equipos que se formaron mas tarde, si existía ya un
mejor conocimiento del juego, y por otra parte existía la competición con otros
equipos.
C.
F. SAN SEBASTIÁN ACOMPAÑADO DE PÚBLICO, SOLO NOMBRARÉ A LOS QUE NO SON
FUTBOLISTAS, PORQUE ÉSTOS SE MENCIONAN ANTES: Señor Torres, Guardia Melián,
José González, Felipe Caballero, Sebastián Santana, Dos desconocidos, Niño
desconocido, Sebastián Caballero, Aurelio Caballero, José Artiles, Niño Manolo
Arocha, Fermín García, José González, niño Lorenzo Artiles y el otro niño
desconocido.
C.F.
UNIÓN AGÜIMES (Hay tres fotos de distinta época, las ordeno primero las
anteriores y luego las formaciones posteriores de la plantilla): Portero del
Carrizal, Fernando Artiles Mena, Francisco Sánchez Herrera (El Moreno), Fermín
García Alemán, Antonio López Sánchez, Francisco Olivares Santana, José Ramírez
Alemán, José Artiles Rodríguez, Pedro Santana González, los hermanos: Vicente,
Joaquín y Rafael Mena Sánchez y Bartolomé Rodríguez García (El Rubio).
C. F. UNIÓN AGÜIMES (2): Entrenador Martín Reyes de LPGC, Francisco González Jiménez, Antonio Hernández Cabrera, Fernando Artiles Mena, Rafael Mena Sánchez, Remigio Bordón Tarajano, Nicolás Bravo (Ingenio), Francisco Sánchez Herrera, Antonio Ramírez Hernández, Maximino Díaz (Ingenio), Manuel López Hernández, Juan Arbelo Caballero, Vicente Mena Sánchez, Salvador Hernández Alemán y Francisco Acosta Sánchez.
C.F.
UNIÓN AGÜIMES (3): José Sánchez Ramos, Salvador Hernández Alemán, José Trujillo
López, Sebastián Artiles Rodríguez, Francisco González Jiménez, Fernando
Artiles Mena, Antonio Sánchez Ramos, José Olivares López, Rafael y Vicente Mena
Sánchez y Ángel Benito González.
(LAS CUATRO FOTOS ANTERIORES, FUERON
FACILITADAS POR DON FERNANDO ARTILES MENA)
LA
SALLE CLUB DE FÚTBOL: Manuel Carretero García, José Rodríguez Artiles (yo
mismo), Manuel López Guerra, Manuel López Hernández, Francisco González
Jiménez, Sebastián Suárez Sánchez, Juan González Alemán, Antonio Sánchez Ramos,
Antonio Tarajano Artiles, Vicente Bordón Artiles y Domingo Romero Rodríguez.
Aclaro que este conjunto fue de la época del primer equipo de La Salle y que
compitió con el primero del Unión Agüimes, aunque también jugaría con las otras
formaciones después, pero yo ya no estaba jugando en el equipo.
TEMA IV
LA QUINTA DEL 59, LA MÍA
LA QUINTA DEL 59, LA
MÍA
En este año cumplimos ¾ de siglo, los
de mi quinta, o sea cumplimos los 75 años, lo que me hace colocar este apartado,
en la nueva página de mi blog.
Preparándose las tropas para un desfile desde la Cruz de los Caidos en Santa Cruz de Tenerife, hacia la Avenida de Anaga.
Además, me ha parecido que, algunas presentadoras de
televisión, en programas de encuentros de personas conocidas, cuando se trata
de que un señor, quiere volver a ver y saludar a otro, que solo lo conoce por
sus vivencias en el servicio militar obligatorio, que existió hasta hace
relativamente poco tiempo, se muestran como algo extrañadas y poco
convincentes, que por el hecho de coincidir una temporada en la “mili”, les
hayan causado un sentimiento de un buen recuerdo.
Esto en principio, para mi, tiene dos
simples explicaciones, la primera podía ser que, antes de existir el servicio
militar profesional actual, para todo el personal de los ejércitos, las mujeres
no estaban obligadas a prestar este servicio, y solo los hombres tenían que
cumplirlo, y la otra puede ser que, para los jóvenes de aquellos tiempos, que
pasaban de una vida muy tranquila, en la mayoría de los casos, pasaban a otra
muy diferente, con la ausencia de los padres y demás familia, teniéndoselas que
ingeniar para salir adelante el solo, y en muchos casos, con la ayuda, de muy
buenos compañeros, que viéndose en las mismas circunstancias, se prestaban las
ayudas que estuvieran a su alcance, por lo que, los ayudados lo agradecía y
correspondían de la misma forma.
Los
jóvenes de aquellos tiempos tomaban el periodo del Servicio Militar, como un
punto de partida a un posible cambio de su vida, hay que trasladarse a los
mismos, en los cuales la vida de la gente del Sureste de Gran Canaria y quizás
del Archipiélago en general, se desarrollaba alrededor de la agricultura, y el
cambio de trabajo para su futuro se hacía algo difícil, pero una mayoría esperaban
al cumplimiento del Servicio Militar, para intentar cambiar sus actividades
laborales buscándose otros trabajos, distintos a los que tuviera hasta esas
fechas. De los compañeros incluidos aquí, dos seguimos en nuestros trabajos
anteriores, como fue D. José López (Que dice que no cambió porque su hermano
también estaba cumpliendo el Servicio) y yo, pero los otros dos cambiaron de
aire en sus quehaceres laborales.
Ya se conoce la reciente historia, de
la desaparición del Servicio Militar Obligatorio, pues existió un movimiento,
que fue creciendo rápidamente, de los objetores de conciencia en contra a
prestar este servicio, porque se puede resolver cuestiones que por costumbre o
la rutina, no se aprecia las mejoras de lo que se defienden. Sabemos que
debemos ser respetuoso con la conciencia o creencia de las personas, como
aclaro en otra página de mi blog, que titulo "¿Dios existe o no?", ahí dejo
claro mi opinión del respeto a las conciencia y creencias de las personas.
Como se sabe, en la actualidad, en los
distintos países del mundo, existen las dos fórmulas.
Si nos remontamos a tiempo muy anteriores, al
cuartel iban solo los pobres, porque existía una cuota, que si la pagabas, no
prestabas el servicio, y esto lo hacían los ricos o los pudientes que podían
permitírselo. Por otro lado el periodo del servicio, era muy largo, de varios
años, hasta de 5 a
7 años, por lo que es conocido que, de aquí de Canarias, se iban muchos
muchachos a Cuba, para evitar el ingreso en el servicio militar.
Desfilando por la Avenida de Anaga.
No cabe la menor duda que, el Estado
tenía un inmenso ejército, por 4 perras que cubrían sus gastos, porque había
que cuantificar la cantidad de soldados, que prestaban el servicio en cada
quinta, en toda España. Sabemos que a los soldados rasos, solo les pagaba lo
que llamaban las “sobras”, en la cantidad de 1,50 pesetas diarias, que debiera
entenderse, que pagada la comida y demás gastos de vestuarios, etc., esa
cantidad sería lo sobrante para costear el pago del soldado. Nos daban dos
equipos de ropa, uno de faena y otro de paseo, formados de guerrera y pantalón,
de tela de hilo (la vestimenta de paño, era de suboficiales para arriba) dos
gorras, dos pares de botas, una de faena, y otra de paseo, con algunos
complementos para los servicios de guardia, desfiles, etc., y también unas
alpargatas para las faenas diarias. Pero “ojo al dato”, todos estos equipajes, había
que devolverlos al licenciarse, de lo contrario, tenía que abonar el importe de
su valor. (El vestuario de faena no se devolvía).
Por lo tanto, el gasto para el
Gobierno, era mínimo, si lo comparamos con lo que pueda suponer ahora, los
sueldos de los pocos militares profesionales, si hacemos la comparación con los
de la mili obligatoria.
Durante
mi largo tiempo de trabajo en el Ayuntamiento, dediqué algunos años a la
confección del Alistamiento de los mozos, para la prestación del Servicio Militar
Obligatorio, la mecánica de este trabajo era bien sencilla, se hacía una lista
del Padrón de Habitantes de los nacidos dentro de cada año natural, o sea del
uno de enero al treinta y uno de diciembre de cada año, igual relación se le
pedía al Registro Civil y a las Parroquias que también llevaban un Registro de
los nacidos.
Luego se hacían una labor de localización por los guardias municipales
(Hoy Policías Locales), los cuales se pateaban el municipio, verificando la
residencia o no de los nacidos en este municipio y de los empadronados nacidos
en otros, informando de la localización residencial en lo posible de todos
ellos.
Cerrado el
alistamiento y aprobado por la Caja de Reclutas, se procedía a su calificación
como soldado útil para el servicio, o excluido si alegaban algún impedimento
por dificultades físicas o psíquicas, que el médico el día de la “medición de
los quintos” en el Ayuntamiento, lo informaba consecuentemente favorable o no,
aunque después sería contrastada en el Hospital Militar. También se excluían
algunos mozos que eran mantenedores de la familia, mediante la oportuna
justificación de acuerdo con la legislación militar vigente.
El mayor movimiento de los mozos de éste a otros
municipios, nuestro Ayuntamiento lo tenía con Santa Lucía e Ingenio, por
supuesto que también de todos los municipios de España.
Con Don Alejo
Hernández, funcionario administrativo en Ingenio, que llevaba el Negociado de
Quintas, al que conocía personalmente, porque asistía a la Caja de Reclutas como todos los demás funcionarios
municipales, siempre tuvimos claro el normal funcionamiento y fue muy fácil la
inclusión o exclusión de uno u otro mozo, pero quien me tiraba algo de las
orejas, era el de Santa Lucía de Tirajana, Don Manuel González (me doblaba la edad)
que, al tener el ancho Barranco Balos en medio de los dos municipios, los
guardias de Agüimes me decían que el mozo residía en tal o cual cuartería o
cultivo de tomates de Agüimes y por otro lado el Sr. González, posteriormente
me decía que el referido mozo donde residía era en Santa Lucía, las diferencias
solíamos aclararlas por teléfono, y el hombre se imponía porque tenía un
vozarrón y una forma tajante de llegar a su conclusión, hasta el punto que en
ocasiones me cortaba la comunicación, terminando yo por darle la razón si me
confirmaba por escrito que la residencia era en aquel municipio. Nunca entendí
su interés por imponer su criterio.
A este hombre,
como nunca lo había visto, me lo figuraba alto y fuerte de mas de 100 kilos y
de unos dos metros de altura, pues mientras los demás funcionarios íbamos a
llevar la documentación a la Caja de Reclutas, a el no lo vi nunca. Pero un día
asistimos a las oficinas del Catastro en Las Palmas de Gran Canaria, mi
compañero Don Rafael Romero Cabrera y yo, porque nos habían citado para darnos
información sobre actualizaciones catastrales y sus tramitaciones, lo cierto es
que cuando andábamos por allí nos cruzamos con otros dos funcionarios, yo conocía al
joven pero no al otro, y Rafael con la sincera espontaneidad que le
caracterizaba, al verlo exclamó “O Manuel González”, y se saludaron
amistosamente, así como a su acompañante Facundo, a quien si lo conocía, y
aquel imaginario GIGANTE que yo me había formado de la personalidad de González
por su tono de voz y forma de dominador que tenía, se me desmoronó, y vi a una
persona normalita que nada tenía que ver con mi imaginación, pues era mas bien
flaco como yo y de estatura parecida. A partir de ahí nos hablábamos de tu a
usted, porque era mucho mayor de edad que yo, y punto.
Pasando algunos años, actuando yo de Secretario del Ayuntamiento de Agüimes, llegaba a las oficinas a media mañana después de salir al “2º desayuno” (Porque yo siempre fui a trabajar una vez había desayunado), me esperaban para hablar conmigo un grupo de empresarios agrícolas radicados en la ancha zona de Barranco de Balos, solicitándome un certificado de que se dedicaban al cultivo de tomates en aquella zona, para liberarse del pago del Impuesto de Lujo en la adquisición de vehículos, al haber salido una disposición que así lo establecía, añadiendo que aunque hasta ahora otros trámites lo habían hecho en el Ayuntamiento de Santa Lucía, el funcionario Don Manuel González, no le expedía aquel documento que necesitaban. Les dije que lo solicitaran por escrito, y una vez comprobada la veracidad de lo manifestado les fueron expedidos los correspondientes certificados. Quizás en algún sector de la población se confundía la competencia de cada municipio.
Pasando algunos años, actuando yo de Secretario del Ayuntamiento de Agüimes, llegaba a las oficinas a media mañana después de salir al “2º desayuno” (Porque yo siempre fui a trabajar una vez había desayunado), me esperaban para hablar conmigo un grupo de empresarios agrícolas radicados en la ancha zona de Barranco de Balos, solicitándome un certificado de que se dedicaban al cultivo de tomates en aquella zona, para liberarse del pago del Impuesto de Lujo en la adquisición de vehículos, al haber salido una disposición que así lo establecía, añadiendo que aunque hasta ahora otros trámites lo habían hecho en el Ayuntamiento de Santa Lucía, el funcionario Don Manuel González, no le expedía aquel documento que necesitaban. Les dije que lo solicitaran por escrito, y una vez comprobada la veracidad de lo manifestado les fueron expedidos los correspondientes certificados. Quizás en algún sector de la población se confundía la competencia de cada municipio.
Si tenemos en cuenta las normas para
el Alistamiento, S.M. el Rey Don Juan Carlos I, es también de la quinta del 59, al haber nacido el 5 de
enero de 1938, y ser de nacionalidad y residencia española, en la fecha de mi
alistamiento.
Mi interés en esta parte de la página,
la quiero brindar a todos los militares que por la época en que vivimos,
tuvimos que hacer el servicio militar obligatorio, por lo que a continuación,
expondré las experiencias, batallitas o anécdotas, de varios muchachos de
Agüimes, entre ellos yo (hoy todos abuelos), que de forma coloquial quieren
compartir, con cualquiera que lea la página en el blog, lo que hacen de buena
voluntad y con el ánimo de que se conozca, parte de las sencillas vidas de
nuestras gentes:
DON JOSÉ ROMERO CABALLERO. Soy natural y vecino de Agüimes. Nací el 14 de agosto
de 1.938, hijo de José y Rosario, casado con Doña Cesárea, tengo 5 hijos, y 7
nietos.
Hablando del Servicio Militar que
había antes, habrán opiniones distintas, pero yo puedo decir que a mi me
gustaba el servicio militar, porque todos teníamos que pasar por allí, hoy va
el que quiere, antes sabíamos lo que era la cosa militar, ahora la juventud no
se entera de eso.
Haciendo el servicio, se acostumbraban
a vivir solos, a vivir de otra manera, porque en tu casa estabas acompañado de
tus padres y familia, y allí te tenías que buscar la vida, teniendo que
aprender a las cosas de la cocina, hacerte la cama, a todo lo de la limpieza,
porque en tu casa no lo hacías, porque los hombres no hacían nada de eso, ahora
es distintos, hoy los hombres te pelan las papas y te fríen, hacen la comida y
lo que haga falta. Venía a ser como una escuela, aunque se les tenían mucho
respeto a los mandos militares, en general antes se respetaba mucho a toda la
gente, ahora también hay quienes respetan a los demás, pero no como antes,
porque hay muchísimos que no respetan nada. Si hablamos del respeto a los
mandos, se les tenía desde el menor al mayor, a todos.
Cuando salí de mi casa, para hacer el
servicio, como me tocó en Automovilismo, pues me alegré porque me gustaba el
Cuerpo, pues me presenté en el Cuartel de San Francisco (Hoy no existe, estaba junto a la
Iglesia de San Francisco, la plazoleta en donde está la escultura a Colón,
cerca del Gabinete Literario en Las Palmas de G.C.) , de allí al
Regimiento de Infantería 50 en La Isleta, y embarqué para Tenerife, con mucho
frío por la noche, porque íbamos en cubierta, y aunque te resguardara con
encerados, se pasó frío.
A Tenerife llegamos por la noche, la
verdad que nos acogieron bien, en el acuartelamiento de Automovilismo de La
Cuesta, en donde hice la instrucción, se que otros grupos fueron a Hoya Fría,
pero el nuestro hizo allí la instrucción inicial del ingresos en el Servicio.
En el mismo acuartelamiento, pero
aparte estaba “Parques y Talleres”, y nosotros allí aprendíamos a conducir los
coches o camiones, porque yo lo veía como los dos grupos eran lo mismo.
Allí habían como los almacenes de
aquí, 3 nave grandes, una de coches ligeros, otro de coches pesados, y la otra
nave de reserva para los reclutas.
Como no había mucha gente en este
cuartel, casi todas las semanas te tocaba un día de cocina, también teníamos
que hacer guardia, y por supuesto si no tenía estos servicios, teníamos que
hacer instrucción una horita, cuando éramos veteranos, después de la
instrucción inicial, que íbamos por la mañana y por la tarde, hasta jurar
bandera.
Después de haber jurado bandera, ya lo
pasábamos bien, bueno y antes también, porque hacíamos amigos de los de nuestra
Isla, y también con los demás.
Por otro lado, como en aquel cuartel
había relativamente poca gente, comíamos bien, hasta el punto que el Sargento
de cocina, nos llegó a preguntar que queríamos comer, aunque todos los meses
cambiaba el Sargento de cocina, y unos daba mejor comida que otros,
dependiendo el Sargento que le tocara, pero sin comer no te quedabas, porque en
general la comida era buena, pero a unos le gustaba mucho, y habían algunos que
no le gustaba, y se lo comía el otro, como en todas partes, pero era fuerte con
grasa.
Mi servicio fue muy normal, sin
destino específico, pero al entrar los reclutas, me nombraron instructor, cargo
que me gustó, porque hice un buen grupo de los reclutas que me asignaron, que
lo pasábamos muy bien.
De los mandos inmediatos, los mas
huesos eran lo Cabos Primeros, no todos, porque los habían muy buenos, pero
algunos eran exigentes, pero de estos los habían Cabos o Soldados Primeros, que
parecían Dioses, porque desde que se veían con la tirita del cargo, se creían
que eran un Sargento o algo mas, pero eso, como en la vida civil, que hay de
todo, depende de su persona. De veteranos ya te tratan muy distinto a cuando
eres recluta.
Allí en La Cuesta, durante el
servicio, tuve muy buenos compañeros, lo que me faltó fue, una "cuña" para
venirme para Las Palmas, que era mi interés, esa fue mi mala suerte, pero
sabiendo que teníamos que seguir allí, se formaban unos pequeños grupos, y unas
veces con guitarras tocando y cantando, y en otros entretenimientos, lo pasamos
muy bien. Había un tal, Félix de Gáldar, que tocaba la guitarra y cantaba, muy
bien y era un gran elemento. Por supuesto en las horas de paseo, salíamos por
allí por La Cuesta, a Santa Cruz, La Laguna y otros pueblos.
Voy a contar una historia, que quizás
no debiera contarla, pero con el tiempo que ya pasó, la voy a contar, pues
resulta que una noche, me tomé unas copitas con unos compañeros, quizás fueran
más de la cuenta, me acosté a dormir, y la cuestión es que, a medianoche,
tocaron “generala”, porque había que formar, para ir a África, porque había una
revolución o algo así, y yo me quedé dormido, todo el mundo se levantó y se
marcharon, y yo seguí durmiendo. Por la mañana cuando tocó diana, me levanto,
no había nadie allí, pregunto por la gente, y los que quedaron, me comentaron
que a medianoche los habían formado y lo llevaron a África, y yo me escapé de
ir, lo que, me nombraron guardia, que no me tocaba, pero no había gente, yo no se como no me arrestaron,
porque no me dijeron si me quedé dormido, lo único, algunos compañeros, me
decían, como te escapaste, asombrados.
Mis compañeros que llevaron a África,
ya pasaron todo el tiempo hasta que se licenciaron allí, yo me licencié en La
Cuesta, en el mes de julio, porque teníamos que hacer el desfile del 18 de
julio, aunque al final quienes desfilaron fueron los reclutas, pero nosotros
estábamos allí. Lo que nunca supe, y lo pensaba alguna vez, era como no me
arrestaron, cuando lo de la generala, pero nunca nadie me dijo nada.
Luego en una ocasión posterior,
volvieron mandar a formar a los soldados, y cogieron de aquí para adelante, los
separaron y luego fueron a la cola, e hicieron lo mismo, los agruparon y
también los llevaron para África, y yo me escapé también porque estaba en el
centro, sin embargo, por otro lado tuve la mala suerte, que todos mis conocidos
de Gran Canaria, que entraron conmigo, al terminar el periodo de instrucción,
fueron destinados para Las Palmas, y yo solo me quedé allí, aunque quedaron
algunos otros de Gran Canaria, pero que no eran conocidos míos, por lo que pasé
todo el tiempo del servicio militar en La Cuesta, así que tuve suerte para una
cosa y no para otra.
Lo que no se bien, a que sitio de
África fueron, pero se decía de la guerra que había allí.
Había allí sirviendo como voluntario
un tío que no respetaba ni a los oficiales, no había por donde cogerlo, era
cosa mala, pues un día, estando yo de guardia, este tío estaba en el calabozo,
y me mandan que lo lleve, a los baños que estaban un poco retirado, el Cabo
guardia, me advierte que lleve el mosquetón cargado y montada la bala en la
recámara, porque temía que se me escapara, y comentaron los demás compañeros:
"mira que está vestido de paisano por dentro, el se quiere marchar, se quiere
fugar", además se me acercó el Sargento de guardia, y me dijo, lleva el
mosquetón cargado y tu eres el responsable, lo conduje al baño a punta de
mosquetón, pero el fulano, al ver toda la movida, no hizo nada para escapar,
pero si me dijo que, si no me lo llegan a advertir, se hubiera escapado. En aquella
época la deserción era muy castigada, y a mi me hubiera perjudicado, si se me
escapa, porque era de la Península, y el paquete me hubiera caído a mi, porque
ni me acompañó el Cabo.
Otra batallita de la mili, fue que
estando en tiempos de carnavales, ya estaban allí el relevo de los reclutas, y
un grupo de veteranos habíamos salido a la fiesta, íbamos de paisano, al
regresar al cuartel, nos impidió el paso de entrada el recluta que hacía
guardia en la única puerta, y aunque le decíamos que éramos compañeros del
cuartel, que nos dejara pasar o que llamara al cabo de guardia, que estaba en
el Cuerpo de guardia, pero el recluta dijo que ni pasábamos, ni llamaba al
cabo, pero esperamos al relevo, y al llegar el Cabo con el otro soldado para el
relevo, como era compañero conocido, nos dejó pasar.
La vida allí era muy distinta, porque
yo aquí, trabajé con Don Francisco Quintana, luego con el hermano Don Joaquín,
que estuve con una máquina, haciendo miembros de seretos para el empaquetado de
tomates, antes de ir al cuartel, porque cuando volví, trabajé otra vez con
Quintana, reuní algún dinerillo, me saqué el carné de chófer, compre un coche y
me dedique a trabajar por mi cuenta, a la venta de frutas y verduras, durante
algunos años, luego me fui a trabajar con la empresa DISA en Salineta, y
llevaba el mantenimiento de la red contra-incendios, estaba como encargado, y
tenía a un grupo de hombres conmigo, hasta que la empresa redujo el personal y
llegamos a un entendimiento, me indemnizaron y me fui, luego hasta la
jubilación, estuve de encargado, con el Ayuntamiento de Agüimes, del
polideportivo de la Playa de Arinaga.
DON JOSÉ ANTONIO RODRÍGUEZ SUÁREZ. Soy natural de Tejeda y vecino de Agüimes, a los once
años nos vinimos a vivir a Las Rosas, en donde he vivido hasta ahora, hijo de
Antonio y Amparo, me casé con Mari Carmen Trujillo Zurita, tengo 4 hijos y 5
nietos.
Mi servicio militar empieza el 20 de
marzo de 1960, me presenté en la Caja de Reclutas, en la calle de Los Reyes, en
Las Palmas de Gran Canaria, desde allí nos llevaron al cuartel de San
Francisco, allí nos dieron de comer y me pagaron una peseta, que fue la primera
peseta que cobré estando en el Cuartel de San Francisco, nos llevaron a las 8
de la noche al muelle, nos metieron en el sótano del barco, y aquello era para
morirse, todo el mundo devolviendo, uno arriba de otro, hasta llegar a
Tenerife, sobre las 8 de la mañana, porque los barcos antes, se demoraban unas
horas, luego derecho a Automóvil.
Según llegamos al Parque de Automóvil,
en La Cuesta, nos llevaron a las duchas, porque estábamos que daba pena, luego
fuimos a desayunar, y luego después el almuerzo.
En aquel tiempo donde mejor se comía
era en Automóvil, había uno encargado de la cocina que le llamaban Gibraltar,
habían plátanos en abundancia, pero no se podía coger, y un día me vieron que
cogí unos plátanos, y me tuvieron pelando papas todo el día.
Hice el curso de chófer, arriba en Las
Raíces, en donde Franco hizo el discurso de la guerra del 36, que es un parque
metido en un bosque, hasta que me dieron el carné militar de conducir.
A los 3 meses de estar allí, resulta
que yo tenían una hermana, que trabajaba en un albergue del Cabildo, en Las
Cañadas del Teide, al que iba un capitán que se llamaba Morotino, y mi hermana
le habló de que yo me quería venir para Las Palmas. Pues estando una tarde
sobre las 6, en la cantina de Automóvil, llegó el chófer del Capitán Boch, y
preguntó a los que estábamos allí, que quien era José Rodríguez Suárez, le dije
que era yo, y me dijo que le acompañara, le dije que yo no había hecho nada, me
llevó a donde estaba el Sargento Parode, y este me dijo, prepárese que va a ir
para Las Palmas, yo extrañado le pregunté ¿para Las Palmas?, y el dijo si,
prepárese, entregue el armamento que tenga, y sobre la marcha me llevaron al
puerto de Santa Cruz, me montaron en un barco, cuando llegué a Las Palmas, me
presenté en el cuartel y me dijeron que me fuera para mi casa, y que me
presentara al siguiente día.
De allí me destacaron a Aviación,
porque estaban montando unas emisoras en los Willis, y que una vez preparados, los
mandaron a la guerra de África, luego volví al Parque de Automóvil.
Mas tarde, me destacaron a la Bandera
de Paracaidista, que estaba en Las Rehoyas, allí estuve prestando servicio de
chófer.
A un batallón de la Bandera de los
caballeros paracaidista, los llevaron al muelle, para embarcar para África, y a
mi me mandaron con los petates al aeropuerto de Gando, para mandarlos para
allá, allí estuve todo el día y toda la noche, trabajando con la descarga y
carga de aquel material, sin comer, nada en absoluto, a medianoche fuimos al
cuartel de aviación, y sólo nos dieron un puñado de higos pasados.
Pues por la mañana, esperando que viniera alguien,
para que nos diera de comer, todo el mundo uno para acá, otro para allá, y no
nos decían nada, pero luego apareció un Teniente paracaidista, con otros
soldados, y nos dijo, vamos para Las Palmas, pues salimos, y cuando pasábamos
por Telde, por la carretera vieja, no existía la Autopista, y al llegar a la
altura de la Iglesia de Jinámar, enfrente había un bar, yo paré allí, el Teniente
me dijo que es lo que iba a hacer, yo le dije que iba comer, porque tenía
fatigas, y atrás llevaba siete personas, y si las mataba, el culpable era yo,
porque llevo un día sin comer, y si estuviéramos en una guerra, no me
importaría estar hasta dos días, pero no estamos en guerra, entonces yo me
bajé, compré un bocadillo de atún y un “Vaya Vaya”, y al montarme de nuevo el
cabina del camión, me dijo el Teniente, usted está obsesionado, yo ni caso, me
fui comiendo el bocadillo.
Cuando llego
al cuartel de los paracaidistas en Las Rehoyas, aparco y al momento, se me
acercan dos cabos, y me dijeron que fuera con ellos, por lo visto ya habían
llamado a Automóvil, para que me relevaran a mi, cuando entro por allí para
adentro, veo sentado frente a mi, a un Teniente Coronel, que me pregunta, que
problemas ha tenido usted con el Teniente, yo le dije, mi Teniente Coronel, yo
no he tenido ningún problema con el Teniente, yo lo que le dije al Teniente, es que yo estoy
desde ayer sin comer, me llevaron anoche y me dieron higos pasados, hoy por la
mañana no he desayunado, y hasta aquella hora yo no había comida nada, y dirigiéndome
al Teniente que estaba allí presente, le dije a este señor en
Jinámar, que tenía fatigas, que atrás venían siete personas mas, que con
nosotros hacíamos nueve, y tuve que comprarme un bocadillo, para poder llegar a
Las Palmas, y este señor se molestó mucho por eso, el Tte. Coronel dijo, ¿eso
fue?, y yo me afirmé que eso fue lo que pasó, porque yo no le he faltado al
respeto, porque nunca se lo falto a nadie, porque yo no podía matar a la gente,
por comerme un bocadillo, porque si estamos en guerra, como si hay que estar
una semana sin comer, porque así son las guerras, pero no estamos en guerra.
Entonces el Teniente Coronel me dijo baje a la cocina que allí le tiene la
comida preparada, yo entiendo, que ya habrían dado las órdenes a la cocina.
Cuando salí de la sala del Teniente
Coronel, en la puerta estaban, el Sargento Parode de Automovilismo, con dos
soldados, porque venían preparados para llevarme al calabozo, y un soldado mas
para relevarme a mi, pero el Teniente
Coronel, que salía detrás, les dijo que yo me fuera a comer. Cuando llegué a la
cocina, me tenían preparados unos pollos, y les dije que yo no me podía comer
todo aquello, porque ya me había comido el bocadillo, pues me comí lo que pude.
Luego habló el Teniente Coronel con el Sargento de
Automovilismo, y les dijo que las cosas no eran como se pensaban en principio,
y por lo tanto, le dijo, el se queda aquí.
Otra historia es que, para un acto de
homenaje a los excombatientes, que se celebró en Las Palmas, me mandaron como
persona competente, porque el Teniente
Coronel de paracaidista, me apreciaba, y
del Parque de Automovilismo me llamaron, para que yo fuera con un camión
tirando de un cañón grande, y claro yo estaba acostumbrado a los Willis, que
eran pequeños, y aunque estuve haciendo algunas prácticas, en Las Coloradas, yo
me veía que iba a salir volando, por aquella montaña, no se me daba bien
arrastrar aquellos remolques con el camión, se lo dije al Teniente Coronel de
los paracaidistas, y el me dijo, no usted se queda aquí en la Bandera.
También tengo que comentar, que estando
en el Parque de Automovilismo, las comidas aquí en Las Palmas eran mucho mas
malas que en Tenerife, porque no las hacían allí, sino que un día las traían de
Intendencia, otro día del Regimiento de Infantería o de Parques y Talleres, y las
comidas no servían.
Un día estando de servicio el Teniente Méndez, que
era majorero, y que había sido destinado al destacamento de Las Palmas, porque
el Parque nuestro pertenecía al Grupo de Tenerife, en donde estaban todos, cuando
ser acercó a mi, me preguntó por la comida, y yo le dije, la comida no sirve,
me dice él, como que no sirve, y entonces, resulta que otros 3 compañeros mas, me
habían comentado, que unos de ellos había encontrado algo feo en la comida, lo habían
partido y me dieron un trozo, era un insecto, muy común y a la vez grande y
repugnante, y le enseñé mi trozo al Teniente, ser formó una pelotera, que al
parecer cambiaron hasta la cocinera, porque el Teniente decía que el soldado
ganaba para comer.
Mas tarde, un tal Lázaro, era el que iba de Automóvil
a buscar la comida a Parque y Talleres, y un día me tocó a mi ir con él a
buscar el desayuno, y cuando llegué allí pregunté, que quien era el cocinero hediondo
que hace la comida, y resultó que era una mujer, y era allí mas que un ministro,
pues cuando llegué a mi cuartel me llamó el Capitán, para preguntarme, que
había pasado en la cocina, pues le dije la verdad, que no servía la comida,
entonces el llamó arriba a Talleres, porque me quería dar “un parte” (una
denuncia que solían dar los mandos de los inferiores en caso de faltas graves),
yo dejé claro que no hablé contra la cocinera, porque no sabía que era una
mujer, sino que la comía no servía aquí en Las Palmas, y no pasó nada.
Cuando yo estaba en las Rehoyas con la
Bandera Paracaidista, estaba al mando en Las Palmas el General Villaverde, y había
dado instrucciones, de que quería que en la cabina, en la parte delantera de
los vehículos, fuera una persona sola, con el chófer, pues íbamos para el
aeropuerto, porque tenían que coger el avión para la guerra de África, pues cuando
estábamos unos 14 ó 15 camiones, y todos los oficiales pasando revista, para
ver como estaban, y en el mío se habían montado, dos Cabos Primeros en la cabina, con los
fusiles, y yo les dije que no podían ir los dos allí, ellos me dijeron pero a ti
que pasa, yo les dije que en el camión mando yo, como no se bajaban, me puse
en la acera, entonces se me acerca un Teniente y me dice, usted porque no se
monta, porque mire, se han sentado dos Cabos Primeros en la cabina, y tengo la
orden del General, que solo puede ir uno, les dije que se bajara uno, y no
quieren. Pues los bajaron a la fuerza y les pegaron un viaje de tortas, (Eran
caballeros paracaidistas, con un disciplina férrea), los mandaron a los
dos atrás, y cuando bajaron, me dijeron, ya nos veremos, y yo le dije, yo no
voy a la guerra.
Cuando me iba a licenciar, resulta que
en mi litera, también dormía el corneta, que él era morenillo, hijo de un
árabe, que tocaba diana siempre un cuarto de hora antes, y tenía la corneta remendada
con esparadrapos, porque estaba toda destrozada, yo le amenacé de que, si
mañana tocas diana antes de la hora, te vas a comer la corneta, lo asecho y va
tocar antes de la hora, le quité la corneta, pero se hizo cachos, el Primero
Batista, estaba de guardia, a quien me unían mucha amistad, porque llevaba el
bar y yo le echaba una mano, pues yo le había advertido al corneta, que si
decía lo sucedido, de que yo le había roto la corneta lo mataba, pues no hubo
ese día toque de diana, cuando preguntó el Primero, le dijo el corneta que se
le había roto la corneta, y no pasó nada.
Si no me hubieran destinado para Las
Palmas, yo pensaba hacerme Cabo, después de haber sacado el carné de chófer.
Fuera del servicio militar, de joven trabajé
en todo lo de la agricultura, puse una tienda en 1956, entre mi hermano y yo,
luego cuando salí del cuartel, saqué el carné de chófer civil, tuve un arreglo
con mi hermano, me quedé yo solo con la tienda, luego puse un bar de copas,
trabajando noche y día, me compré un camión, empecé a trabajar en el Sur,
primero con Ferrer y Perdomo, luego con un alemán, que puso su confianza en mí,
recuerdo que puso a mi nombre dos millones de pesetas en el banco, para que
hiciera las compras, luego compré otro camión, después dos Pegasos, luego mas
tarde me asocié con Narciso Chirino, para seguir, en el negocio del transporte
y construcción, después nos separamos, y le dejé la empresa a nombre de mis
hijos, porque yo me jubilé a los 60 años, aunque siempre he estado ayudando
algo en la empresa de mis hijos.
Eso es algo de mis historias, que se
puede resaltar de mi Servicio Militar.
DON JOSE LÓPEZ CAZORLAR. Soy natural y vecino de Agüimes, nací el 6 de febrero de
1938, estoy casado, tengo 8 hijos y 8 nietos, siempre he vivido en esta Villa,
dedicándome a la labranza, cuidando vacas, burros, cabras, etc, y por supuesto,
labrando la tierra con la siembra y recogida de granos y pastos, lo propio de
las labranzas de la zona del Barranco de Guayadeque, y sus inmediaciones, de
Pajonales y La Pasadilla, en los terrenos llanos y en las laderas.
Para mi incorporación a filas, fuimos
en una expedición desde Las Palmas de Gran Canaria hasta Cádiz, de allí a
Algeciras, luego a Málaga y al final a mi destino que fue Melilla.
Allí en Melilla hice el periodo de
instrucción, luego el resto de la mili estuve haciendo siempre maniobras y las
guardias, cuando me tocaba.
Quiero decir que el pueblo de Melilla
me gustó bastante, porque los moros no nos molestaban y los peninsulares eran
buenos compañeros, porque canarios habíamos pocos.
Hacíamos mucho las patrullas de
frontera, que íbamos en grupo de dos soldados con un guardia civil, cada grupo
tenía un tramo de frontera, mayormente de noche, no existían las vallas
metálicas con rollos de vergas con pinchos que se ven ahora en la televisión, no había nada.
Siempre me consideré como un recluta,
con mucho respeto a todos y en particular a los mandos, pero me lo pasé
bastante bien. Hasta el punto que no me reenganché allí, porque mi hermano
menor había entrado a servir, porque sinó me hubiera hecho Cabo y hubiera
seguido allí.
Aquello no era grande, me decían que
tenía 8 kilómetros,
se supone que desde el lado mas largo, porque no se bien las demás medidas.
Nosotros no servíamos con los moros,
ellos estaban aparte, en mi cuartel solo habían españoles: peninsulares y
canarios, y las guardias la hacíamos nosotros solo, no era como cuando estuvo el Tabor de
Tiradores de Ifni en Agüimes que estaban mezclados los españoles y los moros.
Hay que decir que la comida no estaba
mal, al mediodía ponían muy buena comida, después de noche ya era la cosa
distinta, y para el desayuno nos daban malta con leche, un “enterregado”
revuelto, pero al mediodía si era buena la comida.
JOSÉ RODRIGUEZ ARTILES. Ahora me toca a mi, contar mis batallitas o historietas
de la “mili”, porque he querido incorporar en esta parte de la página, las
vivencias y anécdotas, de algunos de los que hicimos el Servicio Militar
Obligatorio, y nada mejor que coger MI QUINTA: “LA DEL 59”.
Como los compañeros, me alistó el
Ayuntamiento de Agüimes, en el reemplazo de 1959, hoy estoy casado con Lina, tenemos cuatro hijos y tres nietos.
Incorporación
a filas: En el sorteo, que se hacía el mismo día, a nivel de todo el
Estado para toda la quinta, en mi caso en la Caja de Reclutas de Las Palmas de
Gran Canaria, en la calle Los Reyes Católicos (Zona de Vegueta),
correspondiéndome, hacer el servicio militar, en el Grupo de Sanidad de
Canarias. Como la Capitanía General de Canarias, estaba en Santa Cruz de
Tenerife, todas las jefaturas de mandos, del ejército de tierra, estaban en
Tenerife, excepto los de Infantería y Artillería, que tenía cierta autonomía en
las dos provincias, con sus Coroneles al mando de sus Regimientos, existiendo
en Las Palmas de Gran Canaria, un General Gobernador Militar, además de un
General Jefe de la zona aérea y un Almirante en la Comandancia de Marina.
El 20 de marzo de 1960, nos
presentamos en la Caja de Reclutas y formados nos llevaron caminando al cuartel
de San Francisco, que estaba, junto a la actual Iglesia de San Francisco, muy
cerca del Gabinete Literario, nos dieron el saco petate, la marmita (recipiente
de aluminio deforme, que sirve de plato para comer) y una cuchara, desde allí en camiones nos llevaron al
Regimiento de Infantería Canarias 50, en la zona del Puerto de La Luz. (Al
llegar coincidí con Don Aurelio Tarajano Caballero, de mi misma quinta, pero
que había ido unos días antes, y me comentó que aquel día se volvía para
Agüimes, porque lo habían declarado inútil total para el servicio militar. Fue
el mejor amigo que tuvo mi hermano Paco, hasta su fallecimiento)
Allí estuvimos todo el día y en la
noche, nos llevaron en camiones a los muelles del Puerto, y nos metieron en uno
de los pequeños barcos, que hacía la travesía con Tenerife, creo que salimos de
11 a 12
de la noche, al poco tiempo de iniciar la travesía, comenzó a llover,
relativamente fuerte, como las bodegas estaban llenas de soldados, pues me
quedé en cubierta, y aguanté los chaparrones de agua, arrinconado entre unas grandes
bobinas de sogas, para mitigar en parte el agua.
La
llegada a Tenerife: Al amanecer estábamos, enfrente de Santa Cruz de
Tenerife, pero no atracaba el barco, hasta entrada la mañana. En camiones nos
llevaron a Hoya Fría, y no se como, porque estaba desorientado, aparecí en una
nave, que mas tarde sería unos de los dormitorios.
Mi primera foto de recluta.
Luego desde este nave, nos llevaron a
otra, que estaba a unos 500
metros, no estaba bien atendida, pues tenía varios
cristales rotos, y allí que el tiempo, se parece un poco al de Agüimes, por el
viento y el frío, daba bastante que desear como dormitorio, por lo que al
parecer solo la usaban en la llegada de los reclutas, porque allí pasaría todo
el periodo de instrucción, hasta la jura de la bandera, y la licencia de los veteranos,
momento en el que nos volvieron a trasladar de nuevo a la nave, en donde nos
llevaron al principio, pues era el dormitorio normal (En una de las fotos que
se ve todo el campamento, está señalizada como mi compañía).
Mis
inicios de recluta: En los primeros días de mi llegada, empiezan a
nombrar a un grupo de los reclutas, entre los que estaba yo, y una vez formados
en fila, empiezan a distribuir, unos para la cocina, otros para la limpieza de
cuarteles, etc, y nos dijeron, que no iríamos a las instrucciones diarias, sino
a hacer los “servicios mecánicos”. Alguien llevó un grupo en el que estaba yo,
y nos presentó a un tal Sargento Pedro, el de cocina, este nos repartió en
distintos trabajos, y a mi y a otro de Las Palmas, nos mandaron a la limpieza
del comedor, que era una gran nave, con dos filas de mesas y bancos de granito,
y según el Sargento, antes y después de cada comida, teníamos que limpiarlo
bien todo, incluido el suelo. Yo quería portarme bien y me empeñé en cumplir al
máximo. Bueno, cuando terminamos en la noche, yo estaba muerto, cansado como no
lo había estado en mucho tiempo, a mi parecer nunca antes. Yo pienso que en
Agüimes en el Ayuntamiento, repartiendo papeles o escribiendo, o en otros
trabajos caseros, no me había cansado tanto, porque fue una experiencia fuerte,
la de la limpieza del comedor.
Al siguiente día pregunté, que
posibilidades tenía de que no me mandaran mas a la cocina, y me aconsejaron que
hiciera el curso de Cabo, porque ellos estaban libre de “servicios mecánicos”,
solo hacían servicios de armas, gimnasia, maniobras, e instrucción general.
Campamento de Hoya Fría.
A partir de ese día estuve a la caza y
captura de los mandos que llevaran la dichosa Academia de Cabo. Pasando un tiempo conseguí hablar con el
Brigada que estaba encargado de la Academia, en donde él con un Capitán médico,
eran los profesores de la misma. Le comenté mi interés en hacer el curso de
Cabo y él me dijo, que vería si habían plazas, porque se tenía el criterio, de
cubrirlas si fuera posible con voluntarios, para que luego siguieran la carrera
militar. Yo le manifesté que aunque yo era de reemplazo, también quería hacer
carrera militar. Me dijo que lo tendría en cuenta, me hizo algunas preguntas y tomó
nota de mis datos, pasado unos días me citaron para que acudiera a la Academia.
A partir de ese día no hice ninguna clase de servicios mecánicos, porque cuando
no tenían gimnasia o instrucción, tenía que asistir a las clases del Curso
(bendito curso).
He de manifestar que mi vida en cuanto
a la comida, cambió drásticamente, pues mientras en mi casa en Agüimes era
melindroso en las comidas, allí me comía todo lo que me pusieran, los
compañeros decían que la comida estaba buena, pero a mi me parece que teníamos
como una desesperación por la comida, hasta el punto que, cuando estábamos en
filas, para entrar al comedor nos entregaban un pan (el chusco le llamábamos),
y siempre lo habíamos comido antes de sentarnos en la mesa, y eso que era mas
grande del normal del que se vende ahora por aquí.
En los primeros días de haber llegado,
nos pusieron en dos ocasiones, unas inyecciones en la espalda, que a muchos los
tumbaban, con fiebre al día siguiente, por lo que la mitad no hacían
instrucción porque no podían. Nunca supe ni me preocupé de lo que nos
inyectaron, pero pensé que fueran vacunas y que también servían para darnos
apetito, lo digo porque nos comíamos lo que estuviera a nuestro alcance.
Un detalle que yo veía, muy bonito y agradable
por lo que tiene de sentimental, es el momento diario, en el que llegaba el
cartero con la correspondencia, hacia él se arremolinaban todos los soldados
esperando que lo llamaran para entregarle la carta o el paquete, siendo el medio
de comunicación entre los soldados con sus familiares, novias, amigos, etc.
Librado
de los servicios mecánicos: Aprobé el curso con el número uno de mi
promoción, y luego en el curso de Cabo Primero, fui el segundo de mi promoción,
el primero fue, un voluntario hijo del Teniente Vergara del Grupo de Sanidad.
Esto me sirvió para que no me destinaran al Sáhara ya que solo los primeros se
quedaron en Canarias, teniendo además la posibilidad, de que me llamaran antes
al Curso de Sargento, cuando se convocara promociones de ascensos.
Cuando ya había hecho el curso de Cabo
y terminado el periodo de instrucción, me destinaron a la Compañía de Sanidad,
que el Grupo tenía prestando servicios, en el Hospital Militar de Las Palmas de
Gran Canaria, en donde además habían dos ambulancias grandes (“Ford-k”) y una pequeña,
tipo furgoneta (“Wolkswagen”). El personal en su mayoría fue a prestar
servicios como sanitarios en el citado hospital y los demás quedamos en la
Compañía, en donde estaban varios chóferes, personal de oficina y los demás
para servicio de plantón, y servicios mecánicos. Todo el personal de mi compañía
estaba bajo las órdenes del Capitán médico Don Fermín Martínez Gómez y del
Teniente Portela, durmiendo allí todos, los que no estuvieran de guardia en el
hospital, que estaba al lado, pues el hospital, estaba en un edificio
emblemático antiguo, en la calle Juan de Quesada, hacia el Este del mismo, en
la calle Verdi, unido estaba la Farmacia y la Compañía (En la orilla derecha
del barranco Guiniguada).
Fallido
viaje a Madrid: Una de las misiones que teníamos, como sanitarios, era
el de conducir los enfermos, tanto en la Isla, como trasladarlos fuera de ella,
pues estando en Las Palmas, llegó un momento, en el que me designaron, para que
en compañía de un soldado, fuéramos de acompañantes de un enfermo a Madrid, y
el mismo día que salíamos, con los documentos del viaje en mi poder, llega un
telegrama del Teniente Coronel Jefe del Grupo de Sanidad, al Capitán de mi
compañía, para que me presentara en Hoya Fría en Tenerife, para hacer el curso
de Cabo Primero. Dada las circunstancias del viaje inminente, le dije al Capitán,
que al volver de Madrid iría a Tenerife, el me dijo que no podía cambiar lo que
le habían ordenado, entonces le pregunté si yo no podía renunciar al curso,
porque yo pensaba que ese Madrid, que todo el mundo nombraba, no lo iba a poder
ver si se me escapaba aquella oportunidad, no era fácil ir a Madrid en aquellos
tiempos, a lo que el Capitán me contestó, que lo único que yo podía hacer, era
coger mis cosas y salir para Tenerife. Pues así fue, y desde luego no me
arrepiento, porque el curso, fue entretenido, lo pasé bien y aunque a mucha
gente le parezca extraño, aprendí bastante, aunque yo no me acuerde de todo lo
que me enseñaron, porque tuve bastantes conocimientos de la cosa sanitaria, mas
que de la estrategia militar, que también nos enseñaron bastante, dado el
servicio sanitario al que estaba destinado nuestra principal misión. Me quedó
cierta rasquera, porque unos años antes, cuando conversaba con el Alcalde Don
Narciso Bordón Suárez, me dijo lo grande que era Madrid, porque estando en la
guerra, tuvieron que ir dentro de la ciudad, de un sitio a otro, y lo que en
principio les parecía cercano, fue una distancia interminable, así luego
comprendió lo grande que era la ciudad de Madrid, que no tenía comparación con
las poblaciones de Canarias. Esto que oyes en una edad joven, de una persona a
la que consideras con bastante saber, de alguna forma se te queda en la mente,
y por eso el hecho de que yo me empeñara en viajar a Madrid en comisión de
servicio.
Clases
teóricas por la tarde: Para reforzar lo dicho, comentaré que, estando
en una clase de teórica con toda la Compañía en Hoya Fría, en una de las
tardes, fue a impartirla un Alférez médico, persona de muy buen humor, y de
pasar el tiempo, pues éramos todos veteranos, y después de hablarnos algo de la
cuestión médico, anatomía humana, sistema nervioso, circulatorio, etc., pues
empezó a hacernos preguntas, las que quedaban de momento sin respuesta, pero
antes de que diera él la respuesta, se la daba yo, así una serie de preguntas
que pude contestar. Cuando terminó la teórica, la gente se disolvió, se me
acerca el Alférez y me pregunta, “en que Universidad la hiciste”, le pregunté, ¿el
que?, y me dijo “medicina”, para mi fue un premio, el saber que por mis
respuesta lo había llevado esa confusión, de mis conocimientos en la materia
sanitaria, yo le dije que estaba haciendo el Curso de Cabo Primero, y que había
tomado las clases con cierta responsabilidad, y era cierto porque las materias
me gustaban, y también estoy seguro que el Capitán médico, lo explicaba con
facilidad de entendimiento, para que aprovecháramos sus enseñanzas. El Alférez
me dijo, te lo creo, porque tu forma de decírmelo, no me caben dudas. Pero parece
que lo tuve desorientado, cuando le contestaba, una pregunta detrás de la otra,
en una materia poco conocida en la mayoría de los soldados y él quería jugar un
poco, pero con buena fe y siempre con humor. Que quede claro que en las citadas
preguntas no había nada con cierta entidad científica, sino lo superficial de
lo que suele tener las láminas informativas, sobre el conocimiento del cuerpo
humano y yo lo tenía muy fresquito por las mencionadas clases del Curso.
Mi
carné de conducir: Estando en Hoya Fría haciendo el curso de Cabo
Primero, coincidí con un soldado, que era profesor de una escuela de conducir,
cuando conocí este extremo, quise saber que hacía falta para conseguir el
carnet, pues el compañero Rosendo, que así se llamaba, me dijo que si quería el
me podía preparar allí en el cuartel, de lo que era la teórica, y que
aprovechara con los vehículos militares para hacer algunas prácticas y cuando
el viera que ya estaba preparado, haríamos unas prácticas de examen, llegado el
momento me citó para un día en Icod de los Vinos, en donde examinaban a la
gente del Norte de Tenerife, pues allí fui desde el día anterior, me quedé por
la noche en una fonda, y luego me presenté al examen. En aquellas fechas el
examen teórico, se hacía contestando a las preguntas, mediante la redacción de
la correspondiente respuesta, con el texto que fuera necesario, los aprobados
luego hicimos la prueba práctica, aprobando el carnet de primera (Para conducir
toda clase de vehículos, excepto guaguas).
Turismo
en Gran Canaria: También coincidí allí, con varios parientes del Conde
de la Vega Grande Don Alejandro del Castillo, uno de ellos, del que me decían que era familia, pues prácticamente lo
ví de lejos un par de veces, porque llegaba en un coche, pasaba por las oficinas de
Mayoría y se marchaba, la verdad que yo no sabía si hacía el servicio militar o
se acercaba a saludar a la gente. Con otro tuve algún trato, pero eso que,
aunque sea en el servicio militar, están a cierta distancia, aunque con este
segundo si hablé algo, me pareció buena gente y casualmente un poco tiempo después de estar
licenciado, me crucé con él por la calle Espíritu Santo aquí en Las Palmas, y
yo esperaba que me ignorara, pues no, me paró y me preguntó como me iba la vida
y esas cosas que se suele decir, se comportó muy atento y natural. Con quien
tuve alguna amistad, fue con uno que era también pariente del Conde, pero
quizás algo lejano, me parece que se apellidaba “Ponte”, era de lo mas tratable y buen conversador, y se ve que le
caí bien, porque me buscaba y echábamos nuestras charlas. Me comentó que sus
parientes de Las Palmas de Gran Canaria, pensaban hacer un importante complejo
turístico, en la zona Sur de la Isla de Gran Canaria, por la zona del Faro de
Maspalomas. Hasta el punto se portó colaborador, que me trajo un manual
práctico sencillo, para aprender algo de inglés, cuyo libro aún lo conservo en
mi casa (METODO GIRAU, trigésima edición
en 1957, autor Lewis Th. Girau, impreso en Barcelona, España, de la Colección
Magister, calle Trafalgar,64). Posteriormente pude comprobar que se hizo
realidad lo que me había anunciado, con la materialización del proyecto
“Maspalomas Costa Canaria”, de lo que hoy vive la mitad de la gente de aquí,
con el citado complejo turístico y otros que se han hecho en el Sur a socaire
del primero.
Accidente
mortal: Si en la actualidad está de rabiosa actualidad el robo de
cobre, de los tendidos eléctricos o de teléfonos, ya en la época en la que yo
estuve en Hoya Fría, también existía y se llevaron un tendido de cables que bajaba desde Taco al
Campamento. Por este motivo y quizás sin previsión suficiente, se montó un
puesto de centinela, delante de la Residencia de Oficiales. (Este soldado-centinela estaba bastante aislado del correspondiente grupo de compañeros)
Pues en los días siguientes, en una
desgraciada noche, estaba de centinela en la zona de la citada residencia de
oficiales, un soldado herreño, y en el relevo, que se hace cada dos horas, al
parecer apareció otro compañero, también herreño, los dos muy buenos muchachos,
y dado que como el cuerpo de guardia estaba relativamente cerca de donde estaba
el centinela, aunque no había una visión directa de un punto a otro con
bastante oscuridad, y además había arboleda, lo cierto es que el que estaba de
centinela, al ver acercarse a una persona, le dio el alto, el que venía no se
paró, sino que al contrario, parece que echó a correr hacia el centinela, este
alzó el mosquetón y le dio un tiro mortal de necesidad, porque le destrozó el
cuerpo, según contaban después, porque el herido llegó a decir que no lo
tocaran.
El soldado fallecido que fue a relevar
era algo bromista y el sabía que su compañero era muy buena persona, pero lo que
nadie pensaba era lo que iba a suceder, pues sería por el instinto de
conservación que se tiene, o porque tendría miedo y disparó para asustar al que
venía, pero el resultado, fue fatal.
Luego lo que sucede en estos casos, al
muerto los honores por haber muerto en acto de servicio a la patria, al
centinela, como por desgracia solo había cumplido con su deber y todos sabían
de la gran persona que era, pues hasta que le llegara la licencia, lo
destinaron de sanitario al Hospital Militar de Santa Cruz de Tenerife. Allí fui
a acompañarlo en varias ocasiones, porque anímicamente se encontraba un poco
mal.
En la vida militar, como tiene que
ser, hay que tramitar un expediente, donde se recogen las circunstancias de lo
ocurrido y se depuran, en su caso, las responsabilidades que hubieran, el
resultado final se concretó en que había sido un puro accidente, ya que si bien
los relevos, han de hacerse en presencia del Cabo de guardia, que ha de
acompañar al soldado que va a relevar, en este caso al parecer, fue solo el
soldado, porque se llenan de confianzas, pensando que no pasa nada dado que además
la múltiples frecuencias de las guardias, con varios relevos en la noche, no les
prestaban los soldados gran importancia, quizás por la tranquilidad del
cuartel, resolviendo el Tribunal que vio el asunto, que el Cabo sí le acompañó,
lo que pasó, según constaba en el expediente al parecer, es que el citado Cabo
no llevaba las botas de polainas que se usaban para estos servicios, sino las
de paseo, y al soltársele el cordón de una de ellas y al pararse para amarrársela,
se le adelantó el soldado y se produjo la tragedia.
Al Cabo lo condenaron a 6 meses y un
día, que cumplió en el Castillo de San Joaquín, creo que buscaron una solución
beneficiosa, para no perjudicar al Cabo, porque por las normas tendría que
prohibirle al compañero que fuera a revelarlo solo, pero quien sabe, quizás ni
se lo comentó al Cabo y se fue por su cuenta a ser el relevo. Pues en definitva
la culpa la tuvo las circunstancias y la mala suerte, pero la pagó el pobre Cabo, también muy buena gente, porque el
fallecido quizás quiso asustar al compañero, porque allí sentíamos una
tranquilidad y una buena armonía que llevó a la muerte por nuestra absoluta
confianza entre todos, porque seguro que el Soldado que falleció solo quería
darle un susto a su compañero y le costó la vida. A mi me tocó llevar al Cabo
al Castillo y me pidió que antes lo llevara a ver a sus tías que vivían de
paso, desde Hoya Fría al Castillo, así lo hicimos y ya licenciado tuve una
llamada de teléfono un día, era este Cabo (Benjamín) que me quería dar las
gracias, me dijo que le costó un poco localizarme, y me invitó a dar un paseo a
Tenerife porque tenía allí la citada familia, porque el es de Gran Canaria y ha
desempeñado un cargo de responsabilidad en un Entidad financiera, pero yo estaba
bastente ocupado en el Ayuntamiento, se lo agradecí y le dije que me perdonara
porque no podía ir. Estoy agradecido también a varios compañeros de la mili,
que en ocasiones se han acercado al Ayuntamiento, para charlar un rato.
En la foto de la derecha y recostado en el suelo está el soldado que falleció por el disparo accidental de su compañero, me había comentado que el practicaba la Lucha Canaria, lo digo porque hablo de la lucha en otra parte de esta página. En la foto de la izquierda, el soldado alto que está a la derecha de los 3 que aparece en ella, es el que estaba de centinela y por confusión le disparó al compañero, con la mala suerte de causarle la muerte. Por la izquierda está un soldado que era un ejemplo de lo contrario a la indisciplina militar y el consiguiente incumplimiento de sus obligaciones, normalmente estaba pelado al cero por arrestos impuestos, como él era del pueblo de Garachico (Tenerife), todos lo conocíamos por "Garachico", pero era un ejemplo de hacer lo que a el le parecía, pero nada malo para con los demás compañeros, con nosotros tenía un comportamiento indiferente no se metía personalmente con nadie.
Caballos
sueltos: En una de las noches
que estaba de guardia, ya como Cabo Primero, y por lo tanto a cargo del cuerpo
de guardia, me avisa el Cabo, que el centinela de vez en cuando oye, que desde
el puesto de guardia del polvorín, daban gritos llamando al cabo de guardia,
nos pusimos todos alerta, como la situación se repetía, mandé que dos soldados,
con sus mosquetones, munición y machetes correspondientes, se trasladaran de
forma cautelosa, hacia el citado puesto, por medio de unos matorrales que habían,
dado que no se sabía que era lo que estaba pasando. Cuando calculé que tenían tiempo
de haber llegado y haber avisado, como habíamos quedado, pues los minutos se me
hacían muy largos, porque no daban señales de vida, pasaba un gran rato, los
ruidos se habían silenciado, y los dos soldados que mandé no avisaban de nada,
un poco preocupado, coloqué al Cabo que estaba allí en el Cuerpo de Guardia, y a los dos soldados que quedaron conmigo, con estratégica normal de prevención, por si fuera una cuestión seria y vinieran a
sorprendernos, yo con mi subfusil o
metralleta, cargada me dirigí al puesto del polvorín, por un camino contrario,
a por donde fueron, los soldados. En aquellas fechas habían abierto unas zanjas,
me parece que para tuberías de saneamiento, pues me fui por ellas, y allí en
Hoya Fría, el tiempo es muy parecido al de Agüimes, de mucho viento, pues
cuando caminaba hacia arriba en unos de los momentos se formó un remolino, que
levantó de la zanja unas grandes bolsas de plástico, me paré comprobando que no
era otra cosa que el viento y el plástico, hasta llegar a avistar la zona de la
garita del polvorín y el cuarto de aquel puesto, y lo que veo es, que los
soldados del puesto con los dos que yo había mandado, trataban de coger a
varios caballos y mulos que se habían soltado de las cuadras. Por supuesto que
respiré hondo, descansé un poco, mandé que uno de los soldados, que había
mandado a socorrer fuera en busca de uno de los cuidadores de la cuadra, porque
nosotros no podíamos dominar a los animales, y efectivamente cuando llegó el
soldado que los cuidaba, con unos simples silbidos y voces, los llamaba y los
llevó como corderitos a la cuadra, acabándose la desagradable historieta de las
bestias.
Paseo
de las bestias: Habiendo sucedido esto de los caballos, hablé con el
Teniente médico, que hacía de Capitán de mi compañía, sobre la posibilidad de
sacar a pasear a los caballos y a los mulos, porque pertenecían a nuestro
cuidado, ya que con los mulos, hacíamos instrucción llevando camillas, pero al
terminar la instrucción de reclutas, no se sacaban de la cuadra, el me dijo que
me hablara con los encargados de la cuadra y que lo planificara. Pues así lo
hice, durante un tiempo estuve andando con estos animales, pero en una ocasión encargué
a uno de los soldados que fuera al frente del grupo, porque yo no podía estar,
y surgió un incidente, quizás por falta de prudencia del mismo, cuando lo llamé
para que me diera explicaciones, se derrumbó, al sentir que me había fallado,
habiéndole puesto yo mi confianza en él, terminó llorando amargo, aunque el
problema no fue nada importante, sino que no hicieron el recorrido en los
términos que le había indicado, y uno de los soldados se cayó de uno de los
caballos, pero no le pasó nada, tranquilicé al Soldado porque la cosa no había
sido para tanto. Lo que si hice fue que desde aquel momento suspendí aquellos
ejercicios, que yo me había inventado solito, cargándome con una
responsabilidad que no tenía obligación de hacer.
Al llamarle la atención al Soldado tuve muy presente
el Artículo 2º de la Ordenanza del Cabo que dice: El mando será respetuoso con
sus subordinados aún cuando reprenda.
Pasando el
tiempo comprendí que lo que hice, con los paseos a las bestias fue una
irresponsabilidad, que me pudo acarrear algún problema y como digo antes nadie me
lo había mandado, ni se ocupaban de los animales en moverlos para darles una
vida mas sana, pues solo les daban de comer y los limpiaban, eso por lo menos
me lo pareció a mi en aquella época.
Los carnavales. En la
época de la fecha de cuando yo fui al cuartel, los carnavales en Agüimes, donde
siempre han existido, consistía en que la gente se tapaban la cara o se la pintaba, poniéndose ropajes
distintos a los cotidianos, se echaban unos vinos o rones, y a cantar y bailar.
En los días propios de carnaval y los domingos, anterior y posterior, habían
bailes en las sociedades, en donde se mezclaban las mascaritas con los que no
estaban tapados. Pero en Tenerife veo un largo desfile, en medio del cual iba
la banda de tambores y cornetas del ejército de tierra, pregunté por el motivo
de aquellos actos, y me dijeron que eran los carnavales, me pareció muy
extraño, que hicieran un desfile de personas grandes y chicos, y lo mas, que en
medio fuera la banda del ejército. El criterio que saque de aquello, fue que
Santa Cruz estaba muy enraizado con la vida de los militares, pues gran
cantidad de sus habitantes de la ciudad los era, hay que saber que allí estuvo
siempre la Capitanía General de Canarias, que mandaba sobre el ejército de
tierra, mar y aire, por lo que se respiraba un ambiente militar, porque a nadie
se le esconde, que en aquella fecha Santa Cruz, era un pueblo grande en donde
casi todo el mundo se conocía, según me comentó el Teniente de mi compañía, no
se parecía a Las Palmas de Gran Canaria, que desde San Cristóbal a la Isleta
hay unos 10 ó 12
kilómetros. Aunque allí estaba Capitanía, sabemos que
aquí habían muchos mas militares, porque además de los del ejército de tierra,
estaba la marina y la aviación (Y la bandera de paracaidistas en Las Rehoyas),
que allí sólo había una pequeña representación de éstos.
Escultura que Agüimes dedica a los Carnavales, está situada en un lado de la Plaza de Nuestra Señora del Rosario.
El pelotón de los torpes: En el
periodo de instrucción de los reclutas, se va formando un grupo de los que no
dan pie con bola, a la hora de marchar en fila o hacer actividades de agilidad,
etc, al cual se le titula “el pelotón de los torpes”. Sabemos que se valora el
manejo de las armas, el adiestramiento de los ejercicios de ataque y defensa,
así como la buena formación para los desfiles, en donde se demuestra la marcha
marcial de las formaciones marcando el paso todos al ritmo de la banda de
música.
Tuve la oportunidad de comprobar, que
todos los que están en el pelotón de los torpes, no lo eran tanto, sino que
algunos eran muy listos, o por lo menos aquello de la “mili”, les resbalaban, y
maldito el interés que le ponían, y digo esto, porque terminando el periodo de
instrucción, cuando ya llevaban unos meses allí, en horas de descanso, cuando
hablábamos un grupo en una de la escalitas, se acercan un grupo de señores
mayores (nosotros andábamos en los veinte y pocos años), muy bien trajeados, y
dirigiéndose a uno de nuestros compañeros que estábamos allí y que pertenecía al
pelotón de los torpes, lo saludaron retirándose un poco de nosotros y entraron
en una larga conversación, observando que el centro de atención era el soldado
“torpe”, lo que nos llamó la atención de aquella actitud, y uno de los
compañeros, que conocía la vida civil de nuestro compañero, nos dijo que
estábamos, muy equivocados si considerábamos a aquel compañero como torpe o
poco inteligente, ya que la apariencia y comportamiento, nada tenía que ver con
su capacidad de inteligencia para los negocios que el tenía, pues era un
comerciante que tocaba varias ramas de los negocios, por lo que era ya muy
respetado a su temprana edad. Puedo decir que este muchacho era buena persona,
pero que lo de la ·”mili” ni le iba ni le venía, el tenía su cabeza en otros
asuntos, cumpliendo allí en el cuartel, con lo mínimo, hasta terminar su
obligación, pero que lo hacía tan bien que nadie de los instructores podía
descubrir sus capacidades, y lo tenían medio apartado de todo, para que al
menos no molestara. Esto podía servir para un análisis de sociólogos o
psicólogos, que estudian los comportamientos humanos.
Su excelente comportamiento conmigo
fue de lo mas correcto, si tenemos además en cuenta, la cantidad de mandos
intermedios que existen para llegar a él, y que yo en ocasiones me salté,
incumpliendo el régimen establecido sobre el orden de jerarquía señalado en la
normativa militar, pues si no lo hubiera hecho mi final del servicio hubiera
sido en Hoya Fría, y mi interés era volver a Las Palmas, una vez terminado el
curso de Cabo Primero, lo que conseguí, con un par se veces que hablé con él,
aunque en ambas ocasiones tuve la reprimenda de su Teniente Secretario, que no
era de mi Compañía, sido de los Servicios de Mayoría, el cual llegó a
amenazarme con peores destinos, pero no lo consiguió, y a mi mandaron al
Destacamento de Las Palmas, en donde mi licencié. Estando allí se da la
paradoja, de que un día me dicen que el Teniente Rosales me estaba buscando
para saludarme. Pues efectivamente lo busqué luego yo a él y nos saludamos, el
se mostró de lo mas amable y yo diría que muy afectuoso conmigo. Por los
soldados sanitarios que le acompañaban me pude enterar que iba conducido a un
hospital de la Península porque padecía una grave enfermedad. Cómo cambian los
sentimientos en el momento en el que, aquel hombre que para mi era un ogro en
Hoya Fría, aquí en Las Palmas era alguien al que tenía que tenerle en la
compresión de una persona a quien le faltaba la salud, que es lo mas preciado
del mundo, y por consiguiente a quien traté como mejor pude en su estancia
aquí.
No era objetor de conciencia
quizás porque todavía no existía ese movimiento antimilitar, pero es posible
que si hubiera nacido mas tarde se hubiera hecho objetor.
También estaba sirviendo allí un
soldado que le llamábamos Garachico, por ser natural de ese municipio de la
Isla de Tenerife, que era muy
peculiar, pues durante todo su servicio militar, prácticamente siempre
estuvo pelado al cero por los arrestos impuestos en los incumplimientos a sus
obligaciones normalitas de cualquier soldado. Tengo que dejar muy claro que
como persona para con los demás compañeros no era malo, y ninguno de nosotros
nos teníamos que enfrentar a él para nada, porque no daba motivos, pero no le
iba bien a él el cumplimiento de las obligaciones militares, acatando los
arrestos que le impusieran, sin mayores consecuencia de cualquier tipo.
En una de las fotos que acompaño a
esta parte del blog, estoy yo con él y otro soldado, rapado al cero como norma
a su forma de ver las cosas, contrario al relativo rígido régimen disciplinario
de la convivencia militar.
Pero el ejército está compuesto por
personas, por lo que la parte humana siempre está presente, pues llegado el
tiempo de finalizar la obligación militar y darle la “licencia”, para que
volviera a su vida de paisano no militar, resulta que “Garachico” hacía unos
días que no aparecía en el cuartel, no era la primera vez que había sucedido,
pues sabiéndose que el código penal militar era muy exigente con los penados si
fueran condenados por “desertor”, llegado al conocimiento del Teniente Coronel
Médico Jefe del Grupo de Sanidad Militar de Canarias, hombre de una humanidad
sobrada, mandó a dos compañeros para que lo buscaran y lo trajeran al cuartel,
para evitarle el grave perjuicio al que estaba expuesto. Así se hizo y en su
pueblo, encontraron al tranquilo e irresponsable “Garachico”, lo arrestaron y
fue conducido a su cuartel, permaneciendo en el calabozo, hasta su cercana
licencia.
Por lo que, cuando fue licenciado se
llevó lo que llamábamos la “Cartilla limpia”, como persona honorable que no
había cometido ningún delito, y podía hacer en la vida civil la vida de
cualquier otro ciudadano, porque en aquellas fechas los desertores estaban
siempre huidos de la justicia militar.
De la humanidad y sensibilidad del
Tte. Coronel la pude conocer por varias de sus rectas pero tolerantes
actuaciones, pues también se ve que así la llevaba en su vida privada, porque
en la mañana de un cierto día estaba por el campamento, diciéndoles a los
soldados si sabían de alguien que tuviera perros pequeños, para que le diera o
vendiera uno, ya que tenían uno en su casa y se le había muerto, y su pequeño hijo
parece que estaba muy disgustado, esa preocupación del Jefe del Grupo de
Sanidad Militar, no me cuadraba con el poder que allí representaba en los
hombres a sus órdenes, pero que no dejaba de ser un simple ser humano, que
valoraba las cuestiones con un sentimiento de cualquier persona de lo mas
normal.
Fotógrafo
en el campamento: Ya en otra página anterior de este blog, y por otro
motivo, hago un comentario sobre mi dedicación a fotógrafo en el campamento de
Hoya Fría, pero ahora como se trata expresamente de mi paso por el cuartel,
tengo que poner también algo.
Coincidí allí con un compañero
voluntario, que era hijo de funcionario de prisiones, que llevaba una máquina
para hacer alguna foto a los compañeros, me interesé por saber algo de la fotografía,
y el muchacho me explicó el funcionamiento de la máquina, además me invitó a su
casa, para que viera su pequeño laboratorio, y la forma de revelar las fotos.
Así lo hice y descubrí como se hacían las fotografías. Viéndome muy interesando
en el asunto, me brindó su máquina, para que la usara cuando quisiera. Así lo
hice, pasado poco tiempo me fui a la zona del puerto en Santa Cruz y en un comercio
de indios, me compré una, que aún la tengo.
Luego mientra estuve en Tenerife hice
fotos en el campamento, gané algún dinerillo, pues allí subía un funcionario de
correos, que llevaba lo de la Caja Postal de Ahorros, pues todo lo que vendía
de fotos, lo ingresaba en la oficina de correos, hasta el punto que, un día
algo extrañado me preguntó, ¿de donde sacas tu todo este dinero?, le dije que era
fotógrafo en el Campamento ganándolo con la venta de las fotos que le hacía a
los soldados, desapareció la desconfianza del funcionario de correos, que se quedó
muy tranquilo.
En la foto de la izquierda estoy de servicio en la oficina del Cuerpo de Guardia y en la otra estamos simulando que le doy instrucciones del manejo del arma a un recluta.
La
llegada del nuevo Capitán General de Canarias: Ya yo ascendido a Cabo Primero,
destinaron a la Capitanía General de Canarias a Don Ramón Gotarredona Prats
(1898/1968), muy rápido corrió el comentario, entre los oficiales y
suboficiales, que era una persona muy rígida en el cumplimiento de sus
obligaciones militares, y por lo tanto se pusieron las pilas, y muchos de los
oficiales y suboficiales que no hacían servicio de guardia, porque estuvieran
destinados en oficinas u otros menesteres, les cambiaron los servicios y a
cumplirlos.
El segundo o tercer día de haber
llegado a Santa Cruz, sin previo aviso se presentó en el cuerpo de guardia del
Campamento, casualmente ese día estaba yo de suboficial de guardia, porque los
Cabos Primeros hacían los servicios iguales que los Sargentos, y de Oficial
estaba un Brigada, que hasta esa fecha solo hacía servicios en la oficina, por
lo que el hombre estaba un poco en el aire, en cuanto a formar la guardia y
rendir honores a Generales. Cuando paró el coche delante de las dependencias
del Cuerpo de guardia, y aunque ya desde el puesto del “Arco” (entrada al
Campamento), nos habían llamado que había entrado el Capitán General, el
Brigada intentaba saber donde tenía el sable, luego nos llamó y nos mandó
formar, pues yo me puse a la cabeza y detrás los demás, después con el
nerviosismo nos mandó “izquierda” y quedamos vueltos hacia la pared, le dije
que mandara “media vuelta”, así lo hizo, y quedamos vueltos hacia el coche del
General, mandó “presentar armas” y bajo rápido la escalera que había hasta
llegar al coche, pues fuera del mismo esperaba el citado Capitán General, para recibir
las “novedades”. Podrán comprender que aquello fue todo un poema para el pobre
Brigada, que como persona era un santo, pero el personal de tropa se mordía la
boca para evitar la risa, por ver lo asustado y preocupado que estaba nuestro
Jefe, por lo que se decía de lo muy recto que era el Capitán General. Prueba de
esa rectitud la pude comprobar unos días mas tarde, cuando el mencionado
Capitán General, subió al Campamento, ya que luego estuvo subiendo casi todos
los días, porque él con un pelotón del Regimiento de Infantería, se dedicaba a
desplegar con actuaciones de ataque y defensa, en los terrenos aledaños del
Campamento, como haciendo una instrucción normal de los demás militares de
allí, me supongo que para mantenerse en forma o porque quizás le quedaba magua
de los extensos terrenos que recorrería en la Península con lo de la guerra del
36, a lo
que voy es que, cuando circulaba con su coche, paró al cruzarse con los
soldados de mi compañía, que ese momento iban al mando de un Cabo Primero
natural de Dos Hermanas (Sevilla), le preguntó sus datos, que Compañía era y
quien era el Capitán y si sabía que en aquella fecha, la tropa ya tenía que
llevar el armamento en la instrucción, indicándole que le dijera al Capitán que
se le presentara. Pues así lo hizo el Teniente médico, de mi Compañía, que
hacía de Capitán Jefe de la misma, y lo arrestó a la sala de bandera durante
una temporada. Esto conllevaba que tenía que estar durante ese periodo en el
Campamento, no pudiendo ir a dormir a su casa con su mujer e hijos, ya que allí
tenían habilitadas unas dependencias, para casos de arrestos de Oficiales, como
también lo había para la tropa el calabozo. A partir de esto, el Teniente me
entregó la documentación de la programación de la Compañía, para que le
recordara lo que había que hacer en cada momento.
Destinado
de nuevo a Las Palmas: Cuando pasó un poco tiempo, hablé con el
Teniente Coronel, para solicitarle que me destinara de nuevo a Las Palmas,
porque yo había venido a Tenerife para hacer el Curso de Cabo Primero, y
habiendo terminado y aprobado, quería volver a mi antiguo destino.
En los días siguientes, me llama el
Teniente Secretario del Tte. Coronel, y me dijo que no molestara al Jefe,
porque el personal hacía mas falta allí en el Campamento, pues yo no estaba de
acuerdo, pero con él no podía discutir, y volví a solicitarle el destino al
Tte. Coronel, y se mostró extrañado al ver que no me habían mandado para Las
Palmas, y efectivamente al día siguiente me mandaron para Las Palmas, y al no
convocarse el Curso para Sargento, estuve allí hasta que me licencié. Allí
estuve con el Capitán Don Fermín Martínez Gómez, que aún vive y anda alrededor
de los 100 años, el Teniente Portela, que después de licenciarme, vino en una
ocasión a saludarme al Ayuntamiento, y que murió unos años después, había
también varios Cabos y 30 o 40 soldados. Los Oficiales estaban un rato por la
mañana, y yo estaba a cargo de lunes a viernes, de la Compañía, la oficina, las
ambulancias, etc.
Tengo algunas anécdotas en el tiempo
que estuve en Las Palmas de G.C., pero para no hacer muy largo el texto, solo comentaré
dos:
1.- En la Compañía en Las Palmas, me
asignaron un cargo del parque móvil de las 3 ambulancias que había, por el cual
me pagaban 250 pesetas mensuales, además del pequeño sueldo de Cabo Primero y
las sobras, por lo que en muchas ocasiones salía con ellas de servicio. En
todos los saltos de paracaidistas que se hacían en Maspalomas, La Bandera de
Paracaidistas que estaba en Las Rehoyas, tenía que ir dos ambulancias. Pues en
uno de esos saltos, los paracaidistas vinieron a caer en los alrededores de
donde estaban las ambulancias, y no estaba así previsto, pues se dio el caso
que un Teniente, cayó sobre el capó de una de ellas, y lo hundió con su peso y
las gruesas botas, además golpeó con su cabeza y el casco que llevaba, el
parabrisa, que quedó destrozado. Este señor preguntó por el responsable de las
ambulancias y allí fui yo, me increpó por no estar el chófer al volante para
que retirara la ambulancia en su caída. Esto lo hizo delante de su Comandante y
un Capitán de su Bandera, los cuales salieron en mi defensa, alegando que si el
chófer hubiera movido la ambulancia, podía fácilmente atropellar a los demás
paracaidistas que cayeron en las inmediaciones. Entonces el citado Teniente se
marchó enfadado. Cuando llegué a mi Compañía se lo comenté a mi Teniente, y
este me dijo que habían dos motivos para que yo hiciera un parte por escrito de
lo sucedido, primero para que quedara claro que por nuestra parte no hubo
imprudencia y falta de diligencia en el servicio, y por otra, valdría como base
para que la ambulancia fuera reparada en el Grupo de Parques y Talleres de la
Isleta.
2.- En una de las noches, recibimos la
orden de ir con una ambulancia a la Base Naval, para recoger a un herido, que
venía en un barco. Fuimos a la Base y allí nos comentan que el barco que venía
a atracar, traía a un herido, para que nosotros lo lleváramos al hospital.
Luego nos comentaron que se trataba de que dos legionarios que llevaban detenidos
por la guardia civil, en un barco para el Aaiun, había matado al Contramaestre
del barco, y se habían hecho con el timón dirigiéndolo hacia el Norte, pero la
guardia civil, se enfrentó a tiros con ellos, matando a uno e hiriendo al otro.
Cuando el barco se acercó al muelle, pude comprobar que conocía a los dos
guardias porque habían estado los dos en el Puesto de Agüimes, uno de apellido
Medina y el otro Lantigua. Pues con Medina hablé un poco, pero con el jaleo que
había prácticamente no me dijo mucho. Cuando dejamos al herido en el hospital,
hablé un poco con él y le dije que si podía lo visitaría en otro momento. Así
fue y estuve en un par de ocasiones hablando con el muchacho, porque luego
falleció, pero hablaba muy normalito y parecía que no estaba tan grave, hasta
el punto que me estuvo comentando como sucedieron los acontecimientos, y según
me dijo, cuando el barco salió a alta mar los soltaron, entonces acordaron
hacerse con el barco y llevarlo a la Península o a Marruecos, pero en algo no
estaban de acuerdo, y era en que si solo le quitaban las armas a la guardia
civil, pero este que quedó herido me dijo que era partidario de quitarle los
mosquetones, las pistolas y matarlos, pero el otro no quería, sólo quería quitarle
los mosquetones, y así lo hicieron, pero cuando mataron al contramaestre, todo
el mundo se alarmó y al parecer avisaron al Capitán del barco, que fue en busca
de la guardia civil, que al parecer se habían quedado dormidos, pero
conservaban las pistolas, estos les dijeron al Capitán que apagara todas las
luces del barco, y los llevara al puente, que era en donde estaban los
legionarios, y fue entonces cuando en el tiroteo murió el compañero y el quedó
herido. Esta es la versión que me comentó el citado legionario herido, sería de
lo que él vivió, y quizás de lo que hablaron delante de él. Porque parece que
hubieron otras versiones distintas, en diferentes medios.
ACLARACIÓN:
ACLARACIÓN:
CORREOS que me manda DON JUAN MARTÍN GUERRA (Juanele)
(Hijo de un guardia civil que estuvo
destinado en Agüimes por los años de 1.950), recibidos del hijo de otro
compañero del padre, del que hago referencias en mi blog, y que en principio a
Juanele no le cuadraba mi narración, con la que había oído en el ambiente en el
que vivían, y se interesó en salir de las dudas que se le presentaban. El hijo
de Lantigua dice que el resultado fueron dos muertos, y lo cierto es que fueron
tres, pues el legionario herido falleció al poco tiempo en el hospital y ya en
el barco había muerto el otro legionario y el contramaestre, que decían que era
de Las Tenerías de San Cristóbal, bario de Las Palmas de Gran Canaria.
Por lo que traslado todo el texto, a continuación de mi
comentario sobre este suceso, como posible aclaración:
“Amigo José: como te prometí
el otro día, ahí va todo lo que me refirió el amigo José Lantigua, hijo del
guardia Lantigua.
Un abrazo, Juanele.
Jose Lantigua
Para
yo
oct 29 a las 1:54 PM
Bastante aproximado. Les
quitaron los grilletes porque el mar estaba muy malo y el barco se movía mucho
(por pena); mi padre se fue a dormir y Medina se quedó de guardia, muy mareado,
y aprovecharon los legionarios para quitarle el mosquetón y empujarlo a un
camarote (no se si le dieron un golpe). Luego, entraron donde mi padre dormía y
le quitaron el mosquetón, la pistola no porque la tenía mi padre en la mano
debajo de la almohada; no dormía; pero no hizo nada porque le apuntaban a la
cabeza...se hizo el dormido. Trancaron el camarote y luego la cosa se complicó
aún más. La tripulación se encerró en un camarote (o los encerraron), y el
contramaestre se enfrentó y le dispararon ocasionándole la muerte. El barco
quedó a la deriva a la salida, tal vez a una o dos millas del muelle. Surge el
tiroteo. Mi padre y Medina, después de los disparos, se llegan a donde están
‘recluidos’ los tripulantes, tocan y les convencen que la situación está
bajo control y que eran los guardias civiles (no les creían). Llamaron por
radio y volvieron a puerto.
Algún detalle más; pero, en
resumen, eso es lo que refirió mi padre.
José Lantigua
Para
yo
oct 29 a las 2:43 PM
La fecha no la sé; pero fue
en el año 1961. Reseña del suceso no tengo. Tuve el veredicto del juicio; pero,
desgraciadamente, en una mudanza desapareció (¡no te imaginas la rabia que me
ha dado!)
José Lantigua
Para
yo
Hoy a las 1:39 PM
¡Hola!...pues si.....hay
algunos detalles del tiroteo que me contó mi padre....en cuanto a que estaban
dormidos...no exactamente.
Les soltaron los grilletes
por pena (se movía mucho el barco...era un barco pequeño), los metieron
en un camarote que no cerraron o no cerraba bien...Medina en la puerta y mi
padre acostado...Medina se mareó y aprovecharon para reducirlo.
José Lantigua
Para
yo
Hoy a las 1:41 PM
Respecto a medalla...no, no
hubo. Sí le felicitaron; pero a puerta cerrada, pues habían cometido una
imprudencia "por buenos"... ¡SOLTARLES!....Y el resultado: ¡dos
muertos!
Barco: un carguero ‘Río
Varela’ que sale del muelle Santa Catalina con destino a Cádiz, Penal de Santa
María.
Año de los hechos: 1961.
Pareja de guardias civiles
adscritos al Puesto de Agüimes: Lantigua, jefe de pareja y Medina.
Armas: mosquetón modelo
Máuser cal. 7,65, y pistola Star 9mm. largo.
Tres presos, dos legionarios
y un común, a cumplir penas de prisión en dicho penal.”
Una
vez licenciado: Cuando me licencié volví al trabajo del Ayuntamiento,
pero no de Ordenanza, porque habían amortizado la plaza, sino de Auxiliar
Administrativo, compaginando este trabajo con el de fotógrafo ambulante, luego
preparé mi vivienda y me casé. Ya casado puse en mi casa un pequeño estudio y
laboratorio fotográfico. Este negocio lo lleva en la actualidad mi hija Saro,
adaptado a los fuertes cambios que la técnica ha llevado a la fotografía.
Esta foto la hicimos cuando me licencié, en ella está Joaquín Romero Artiles, Lucas Fuentes Rodríguez (Los dos ya fallecidos), sigo yo, José Fuentes Rodríguez y José Romero Arias.
Mi agradecimiento a los miembros del
Pleno del Ayuntamiento: Alcalde D. Francisco Suárez Suárez, Concejales: D. José
Morales Domínguez, D. Gregorio Rodríguez Herrera, D. Francisco Sánchez Artiles,
D. Francisco Melián Rodríguez, D. Lucas González García, D. Alonso Méndez
Rodríguez, D. Diego Artiles Romero, D. José Alvarado Sánchez y D. Bartolomé
Santana Artiles, Secretario D. Pedro Rodrigo Blanco, asimismo a Don Narciso
Bordón Suárez, quien con el Secretario, lo habían planteado, y los miembros de
la Comisión Permanente que lo aprobó, compuesta por Don Vicente Marrero Herrera
y Don Luis Trujillo González, porque todos estaban de acuerdo en gratificarme por mis servicios, lo que así hicieron.
Al ausentarme yo, mi puesto de
Ordenanza Municipal Temporero lo ocupó de inmediato y durante bastante tiempo, Don
Rigoberto Artiles Romero (Que luego por los años setenta, sería Alcalde), pero
antes de licenciarme dejó el trabajo y amortizaron la plaza. Su destino luego fue
el de funcionario de correos.
También la Comisión Permanente el
7/4/1960, (En los siguientes días de mi marcha) el Ayuntamiento acordó nombrar
como Policía Municipal Temporal, a Don Lorenzo Trujillo Morales, por existir
mayor trabajo y máxime por la marcha del Ordenanza, y además porque tiene
méritos diversos para el puesto de trabajo. Don Lorenzo un tiempo mas tarde
aprobó la plaza por oposición.
Ambos entraron a prestar servició en
el Ayuntamiento en fechas muy cercanas, el primero se colocó luego como
funcionario de correos y el segundo fue Guardia hasta su fallecimiento, en una
edad muy temprana, era excombatiente de la Guerra Civil española y de la
mundial, en la División Azul con Alemania. Fue una persona noble, honrada y muy
exquisita con el trato a los demás.
En la foto de la izquierda tenemos el Escudo heráldico del Ayuntamiento de Agüimes y en la otra está Don Lorenzo Trujillo Morales, que es el de la derecha con gafas, y el guardia de la izquierda es Don Juan Bordón Herrera, en medio estoy yo con mis hijas Saro y Mima Esther.
ACLARACIÓN A LAS RESEÑAS QUE SE HACEN A LA “GUERRA DE
ÁFRICA”
De todos es sabido que, después de la
creación del Reino de Marruecos, con los territorios de los protectorados, de
España y Francia, del norte de África, en 1956 subió al trono Mohammed V, y
quedaron territorios administrados por España en la zona Sur, los de Sidi Ifni
y el Sáhara Occidental, y por Francia los que hoy son de Argelia.
En la foto de la izquierda estoy con un grupo de mis compañeros de servicio de guardia, en la otra foto de la derecha está José Rodríguez Suárez tambien en servicio de guardia.
Pues desde finales del 1957 a principios de 1958,
una parte de las fuerzas marroquíes, trataron de expulsar a los españoles de
Sidi Ifni, al encontrarse a unos 200 kilómetros de las posesiones que tenía en
el Sahara España, lo que concluyó con una gran cantidad de bajas, por ambas
partes. Una década después en 1968, España le entrega a Marruecos Sidi Ifni.
Esta situación afectó a un par de
vecinos de esta Villa. Don José García González, conocido en el pueblo por Pepe
el de Riofuente, salió de Agüimes, en donde prestaba servicio de jardinero al
Tabor de Tiradores de Ifni, instalado en esta Villa, y se fue con estos
militares cuando en 1948 se trasladaron a África. Me han dicho que allí tenía
el mismo oficio, cuidaba de los jardines del tabor en Sidi Ifni y además tenía
una pequeña finca, que cuidaba. Pues uno de los primeros desaparecidos, fue
este señor, del que nunca se supo nada. El otro vecino fue Don José Alvarado
Sánchez, sobrino de la popular Doña María Jesús Alvarado Alemán, (que fue
durante muchos años, directora de las Escuelas Graduadas de Niñas de esta Villa),
era Teniente del ejército, prestando sus servicios en aquel lugar de África,
pues tuvo la mala suerte de caer herido. Se recuperó de sus heridas, dejó el
ejército, y dedicó su vida a Procurador de los tribunales de justicia, y fue
también Concejal del Ayuntamiento de Agüimes. En Agüimes existió el comentario
de que Alvarado enamoraba a una hija del Capitán Pavón del Tábor, y quizás por
eso estaría en Sidi Ifni de militar.
Hablando con Don José Manuel Hernández
López, que de niño había estado allí, pues su padre fue funcionario civil del
ejército en la guarnición que había en aquel pueblo, me comentó que fue como
turista hace unos años, y estuvo en la misma vivienda, en donde ellos
estuvieron viviendo, y la impresión que tuvo, tanto de la vivienda como del
pueblo, fue de pena, porque la pobreza se había instalado allí, y cuando su
familia estuvo, se respiraba abundancia y bienestar.
Estando el litigio de Sidi Ifni, también
se iniciaron las agresiones a los militares españoles situados en el Sáhara, no
de una forma frontal, sino con golpes de mano, escaramuzas por sorpresas, y
según me han contado, cuando salía de patrullas, la agrupaciones militares o de
la Policía Indígena, que muchas veces, estaban compuestas de mayor cantidad de
nativos saharaui, que de españoles, desaparecían todos, con sus vehículos y
armamentos, por lo que se terminó, dejando a los nativos en los cuarteles, y
las patrullas las hacían solo los españoles. Se supone que arrasaban las
patrullas mixtas o que en algunos casos, los nativos estarían de acuerdo con
los agresores a los españoles, y después de eliminarlos, se iban con los otros.
Esto nunca parece que se aclaró.
Lo que si quedó claro, es que cuando
más tiempo pasaba, se incrementaban las agresiones, por lo que el Estado
español, optó por guarnecer en lo posible las principales partes, del inmenso
territorio del Sáhara, lo que cada vez se hacía mas imposible custodiar, ya que
no se tenían suficientes helicópteros, ni aviones propios de reconocimiento,
como en la actualidad, y las patrullas había que hacerlas por tierra, sobre las
interminables dunas de arena.
Por todo lo indicado, se puede
entender, que la enorme cantidad de soldados que iban al Sáhara, varias
banderas de la legión, algunas de paracaidistas, el Regimiento de Infantería 50
de la Isleta, el Batallón de Fuerteventura, con sus cuerpos auxiliares de
Automovilismo, Parques y Talleres, Intendencia, etc., no eran suficientes, y
por lo tanto, la seguridad no podía ser total, y de cuando en cuando, causaban
bajas, al personal del ejército español.
Aunque los periódicos no daban, toda
la información de lo que allí sucedía, por los soldados canarios se sabía que
para España se le hacía difícil guarnecer el territorio tan grande del Sáhara,
tampoco se sabía quienes eran los enemigos, pues si bien en principio en Sidi
Ifni, eran parte del ejército marroquí, al parecer, en la zona del desierto los
que atacaban también eran los propios nativos saharuí, que antes habían formado
parte, como del pueblo español y como soldados de su ejército.
En el año anterior a mi ingreso en
filas, me comentaron que, en el baile del Casino de Agüimes, la guardia civil,
avisó por los altavoces, que los que estuvieran sirviendo en Infantería en Las
Palmas de Gran Canaria, se presentaran en el cuartel. En los días siguientes
salieron para el Sáhara.
Algunas lágrimas de las madres
canarias, cayeron a finales de los años 50 y principio de los 60, porque sus
hijos, les escribía desde el Sáhara, aunque las noticias anteriores, las
recibía de los cuarteles de las Islas Canarias, ya que de un día para otro, se
llevaban a la mayoría de los soldados de sus cuarteles, en donde cumplían su
“Servicio Militar Obligatorio”.
Mi hermano Paco
Los de mi quinta que, prestaban
servicio en el Batallón de Fuerteventura, coincidiendo con la llegada de los
nuevos reclutas, fueron trasladados con urgencia al Sáhara, quedando allí sólo
unos pocos como instructores y para el servicio de guardia, esto lo se por mi
hermano Paco que llegó de recluta y por Don Juan Vega Monroy, que es de mi
quinta y me dijo que lo llevaron al Sáhara y allí se licenció. Y es que como no
era una guerra declarada, o por lo menos, en España se consideraban escaramuzas
esporádicas, cuando daban un golpe serio, se llevaban dos o tres batallones o
banderas de soldados.
Lo positivo que teníamos, es que
cuando andas alrededor de los 20 años, tu y los tuyos son los héroes, y los que
van a caer son los contrarios, gracias a esa forma de ver la vida, no se sufre,
porque no notas que exista situaciones graves, porque cuando llegue, solo
tratas de vencer al contrario. Quienes verdaderamente sufrieron, fueron las
madres, que lo valoraban de otra forma, y ya se sabe que como el amor de madre,
en general, no hay otro igual.
Estas guerras de guerrillas, golpes de
mano o escaramuzas, las hubieron, con mayor o menor intensidad, hasta 1975, año
en el que el reino de Marruecos organizó “La marcha verde”, sobre el Sáhara, de
una caravana con personal civil. En esta fecha España firma un acuerdo con Marruecos
y Mauritaria, y les entrega el territorio del Sáhara. Hay que valorar que la
Jefatura del Estado español, estaba en una situación peculiar…
Desgraciadamente, luego los marroquíes se enfrentaron, con los saharauis, en
una cruel lucha, que duró bastante tiempo, y el conflicto se mantiene, en una
situación litigiosa, en done no habiendo guerra, tampoco parece que existe la
paz.
Después de lo de Sidi Ifni, España al
parecer, guarnicionó convenientemente, toda la frontera del Sáhara, con
suficiente personal y otros materiales de guerra, que hacía imposible, el
ataque de los contrarios, por lo que desde mediados de los sesenta hasta un
década después la guerra se había estancado, sin apenas bajas de ambos lados. Habría
que preguntarse, de que si aquella situación, de guarnicionar un terreno tan
extenso, se presentara ahora, ¿que podía hacer el ejército profesional actual?
Visita a sala en donde se restablecía el amigo y vecino de Agüimes Don Manuel López Urquía, al que atendían en el Hospital Militar donde yo prestaba servicio, al ser Caballero Mutilado de la segunda guerra mundial. De niño y joven pasé muy buenos ratos, intercalando las noticias del periódico con sus vivencia en la guerra.
También es sabido, que en las Islas Canarias
nunca ha habido guerras, si exceptuamos la que los aborígenes entablaron con
los castellanos en la conquista del Archipiélago, en los años mil cuatrocientos
y pico, aunque no habían escopetas, ni nada de eso. Antes puede ser que también
las hubiera entre los mismos canarios, porque dicen que la guerra ya empezó,
allá muy lejos, con lo de Caín y Abel.
Esa ventaja de que en nuestro
territorio, no hubieran guerras, no nos han librado de las guerras en otros
lugares, aparte de las citadas de África, fuimos a la Península a la guerra
entre españoles en el 36, antes también hubieron en África (Pepito Nicolás
Urquía, nos decía a los niños de mi edad, que él estuvo en ella, y allí conoció
a Franco) (Por otro lado mi padre me decía, que se había librado de ir a la
guerra de África, porque llamaron hasta la quinta mayor, y que la suya era más
joven, y tampoco fue a la de España, porque llamaron hasta la anterior a la
suya, que la del era de mayor edad), también los canarios fueron a la de Cuba y
Filipinas.
Esperemos que desaparezcan las guerras
que aún quedan, en algunas regiones del mundo, y que las batallas se hagan en
los despachos de los diplomáticos, que hacen estudios especializados, para
conciliar los conflictos que crean, casi siempre intereses egoístas y gentes
sin escrúpulos, con ambiciones absurdas o fanáticas.
Con lo dicho creo que queda
justificado, el lenguaje que hacen los compañeros de “mi quinta”, cuando nombran la “guerra de África”.
TEMA V
MI ABUELO MATERNO Y MI INFANCIA
MI ABUELO MATERNO Y MI
INFANCIA
Nació en Cuba, por cuyo motivo de ser extranjero, a
la hora de casarse, no lo pudo hacer en Agüimes, pero sabían que Don Pedro
López Cabeza, tío cura, de Eustasito López el molinero (abuelo de mi
ex-compañera, en el Ayuntamiento de Agüimes, Begoña Mena López), estaba de
párroco, en el Puerto, en Las Palmas de Gran Canaria, y casaba a los cubanos, y
allí fueron mis abuelos a contraer matrimonio.
Tengo dos momentos muy claros, en los
que recuerdo a mi abuelo. Uno de ellos, es que estando ya él en cama, no se si
en sus últimos tiempos o que estuviera enfermo, estábamos jugando mi hermano y
yo, y parece que nos mandó que nos estuviéramos quietos, porque se levantó
gritándonos y con la intención de darnos un guantazo. Pero el pobre no pudo con
su cuerpo y le faltaría el equilibrio porque se
cayó quedando tendido en el suelo, lo que nos
supuso a nosotros un gran susto.
El otro es posterior, ya si creo que
estaba en cama muy enfermo, llegaron a mi casa Don Fernando González Bordón con
un notario, el 30 de septiembre de 1944 (Esto me lo dijo mucho mas tarde mi
abuela), para hacer el procedente testamento. A mi hermano Paco y a mi, nos
mandaron para el patio, pero ya se sabe lo normal de la curiosidad con 5 y 6
años, nos pusimos detrás de la escalera, que estaba junto a la puerta, para ver
que pasaba, y si logramos saber algo, y es que hablaban de nosotros, pues oímos
muy claramente nuestros nombres y apellidos. (Mi abuelo nos declaraba herederos
universales de sus bienes, según consta en el testamento).
Mira por donde, la casualidad de que
mi abuelo solo tenía una vaca, con otros animales, pero para arar necesitaba tener
la yunta, por lo que mantenía una unión con otro labrador, que también solo
tenía otra vaca, para juntos arar todas las tierras de ambas labranzas, pues la
misma la mantuvo durante años, con el abuelo de mi mujer, Don José Antonio
Arias Rodríguez, según me comentó en distintas ocasiones su esposa Doña Josefa
Ortega López, las circunstancias así lo quisieron, y los nietos de estos dos
humildes labradores, José y Lina también se unieron mucho mas tarde, pero para
formar una familia, consiguiendo con esto que nosotros dos, pudiéramos luchar
por sacar adelante a nuestros 4 hijos, y mantener una feliz convivencia, en los
casi 50 años, con los normales altos y bajos de vivir en una familia con las
justitas pretensiones de vivir lo mejor posible, de la que hago artífice a mi
gran esposa, a la que le agradezco públicamente, la mucha felicidad que ha
sabido darme.
Una vieja palmera de Agüimes que quiere competir en
altura con el nuevo aerogenerador instalado en el Puerto de Arinaga o quizás
con el Faro de Maspalomas.
Mi
abuelo también creó una familia, compuesta por el matrimonio y cuatro hijas, aunque la fatalidad mas tarde, le hiciera sufrir,
viendo que sus hijas se les moría, porque aún no existía la MILAGROSA PENICILINA (cuya medicina fue
descubierta por el grandioso
científico Don Alexandre Fleming, Premio Novel de Fisiología y Medicina
en 1945), y la incurable y contagiosa enfermedad que producían los bacilo de
Koch, acabaron con ellas, porque sabido es que, en aquellos tiempos, los medios
para atacar esta enfermedad, consistía en guardar absoluto reposo, no
esforzarse en ninguna clase de trabajo, tener una muy buena alimentación, y que
la suerte les acompañara, aunque con todo esto último, también la mayoría de
las veces no era suficiente, y él las tuvo que ver morir a una edad muy
temprana, pues 3 de ellas, con poco mas de 20 años y mi madre, con poco mas de
30.
Todo el que conoce un poco de historia
sabe que esta enfermedad no respetaba ni a pobres ni a ricos, en la mayoría de
las familia entraba y con el añadido de ser muy contagiosa, aunque se tomaran
medidas de aislamiento, siempre podía enfermar a los demás. Creo
particularmente que, influían los genes o mecanismos biológicos de cada
persona, para que fuera más o menos propensa al contagio, pues mis dos abuelos,
mi padre, mi hermano y yo, no enfermamos, viviendo en la misma casa. En
parecidas circunstancias conocí a familias que les pasó igual, unos enfermaban
y otros no, conviviendo todos juntos.
-
El comienzo de una información sobre la enfermedad de
la Tuberculosis, en una revista militar de mayo de 1945, dice:
-
“La infección tuberculosa es conocida y temida desde
las más remota antigüedad. Ha destacado siempre como grave plaga social,
azotando constantemente a la Humanidad, sin respetar, razas ni pueblos….”
Pero mi Abuelo y nosotros, siempre tuvimos a nuestro
lado a una admirable “leona”, que
aunque fuera pequeña de estatura, fue grande en todo lo demás, que luchó con lo
que pudo y sabía, esta fue la citada combativa esposa Doña María del Rosario
Artiles Álvarez, mi abuela, y aunque élla, no pudo salvar a sus hijas, de la
fatídica enfermedad de entonces, sacó adelante a sus dos nietos, que somos mi
hermano Paco y yo, y nos mantuvo con la calidad de vida que se podía, en
aquellos tiempos, y cuidó hasta su fallecimiento a su esposo. Ella murió de 80
años un poco antes de ingresar yo a filas en el Servicio Militar.
Hace años una señora muy mayor de mi vecindad, me
comentó que ella recuerda ver a mi abuela con sus cuatro hijas, como 4 flores,
porque eran muy guapas y agraciadas, pasando delante de su casa, en muchas
ocasiones. La vida no le permitió disfrutarlas mucho tiempo.
Mi padre me comentaba, que el Doctor
Don Antonio González, especialista de enfermedades del pulmón, con despacho en
la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, les dijo a el y a mi madre, que no
debieran casarse, y menos tener hijos, por los riesgos de quedar embarazada y
lo que conllevaba la posterior crianza del nacido. Pues no hicieron caso al
consejo del especialista y se casaron, nací yo, y cuando fueron en una de las
periódicas visitas al médico, les comentaron que se habían casado y ya eran
padres de un niño, el doctor se mostró contrariado, y medio enfadado les dijo
que no podían tener más hijos. Pues ni caso, cuando solo había pasado 9 meses,
volvió a quedar embarazada, y consecuentemente a los siguientes 9 meses nació
mi hermano Paco. Fué fatal, y el pronóstico del médico se confirmó, al poco
tiempo falleció, aunque para nuestra crianza se valieran de buscar madres que había
dado a luz, en fechas a los nacimientos nuestros, para que nos dieran de mamar
a mi o a mi hermano, una de ellas fue Doña Josefa Sánchez Cabrera (madre del
artista Don Efigenio Hidalgo Sánchez), además de la leche de vaca, cabra, etc.
En una de las fotografías que pongo junto a esta
parte del texto, se ve un trozo del Camino de La Charca y Los Corralillos, que
se mantiene en ese tramo, idéntico a como estaba, de cuando un día que
volvíamos de la labranza, observé yo a mi abuelo, como llevaba el brazo derecho
cruzado por detrás en la espalda, y se agarraba el otro izquierdo, en el que
llevaba la lechera. Una cosa aparentemente tan campechana, pero que lo tengo tan
presente ese momento, quizás fruto de la curiosidad de un niño, por la postura,
de sus brazos para llevar la lechera.
Reliquia de una parte del antiguo camino de Agüimes
a La Charca y Los Corralillos.
Quien conoció a nuestra Villa de Agüimes de aquellos
tiempos y la ve ahora, le parece extraño y hasta curioso, que aún se puedan ver
rincones, que no se hayan tocado, y mira por donde, el trozo de camino de
referencia, en el tramo de la foto, se mantiene igual, es un testigo mudo de
este recuerdo, porque con los que yo caminaba por allí, mi abuelo y mi padre,
ya no están, por lo que me lleva a recordar a mi laborioso abuelo, con
nostalgia y alegría, porque ya se sabe que, “se es bien nacido el que es
agradecido”. (Este trozo de camino es intransitable, tiene el acceso de abajo
cortado, por la urbanización La Higuera) Había fallecido mi madre, mi padre se
había casado en segundas nupcias, y él ya bastante mayor, trabajaba para su
esposa y sus dos nietos.
En la pared de la derecha se ven unas
pitas, esto me lleva, a exponer otra curiosidad, y es que en mi infancia y
juventud, época en la que estuve alrededor de la labranza, los labradores solían
tener pitas en los lindones y otras zonas en las que no se pudiera plantar
otras cosas, pues estas plantas no necesitan de mucha agua, y en zonas de
secano se mantienen verde y fuertes, hasta el punto que a mi me daba la
sensación de una representación de la fortaleza en la naturaleza, con su
destacado verde/azulado, la rigidez de cómo se abre las palas, desafiantes en
el crecimiento de la planta, y hay que tener mucho cuidado al acercarse, porque
si no se tiene precaución, puede uno llevarse un desagradable pinchazo, con sus
fuertes espinas o púas.
.PITAS: La normalidad de las pitas plantadas en el lindón de las fincas de los Massieu (Estaba donde ahora está la manzana de casas entre las Cajas Rural y la Caixa), frente a la finca de Don Domingo Tarajano. Pitas también en la finca, en donde hoy está la Piscina Municipal. La primera un ejemplar de pitas, que sin riego conserva su potencial vigoroso y desafiante con la fuerza que le da la naturaleza, y que quizás ahora a mi edad, le de un valor distinto por su buena conservación en su larga vida. La de la derecha que por circunstancia personales, conozco desde que fui niño y aún se conserva en el mismo lugar, pues puede ser que tenga más de 70 años.
Yo recuerdo que cuando había escasez
de comida para los animales en las labranzas, a las vacas y los burros, les
mezclaban con el forraje, unos trozos de pitas, una vez peladas las púas, y
a la cabras les daban las pequeñas mas tiernas, por ejemplo en tiempos de mucha
lluvia, etc. Hay que valorar también que de ellas se hacían sogas, para su uso
en los menesteres de la labranza. Habían en Agüimes varios artesanos, que las
hacían, uno de ellos fue Don Francisco Artiles Caballero (Abuelo de Juan
González el pintor/escultor), aunque tiene los apellidos de mi abuelo, no tenía
parentesco, que yo sepa. Ellos machacaban las palas con unos mazos de madera,
las dejaba orearse, luego en una tabla con pinchos, le sacaba las hilachas,
para luego trenzarlas.
Sorprendentemente curioso me resulta
ver que ahora, existe el “ALOE VERA”, que viene a ser unas de las pitas
salvajes, porque nadie las plantaba, ni las cogían para los animales, menos aún
para las personas, pues recuerdo que en alguna ocasión pregunté a labradores,
porqué no se las echaban de comer a los animales, y mas o menos, me decía que
eran malas, algo así como venenosas. Sin embargo hoy se las comen algunos
humanos hasta en “tortilla”, además de la cantidad de productos de cosmética y
otros fines a los que están dedicados cultivos empresariales, en la producción
y transformación, de estas plantas, hasta las tiene como ornamentales en la
decoración de las viviendas. Cosas de la vida, lo que hay que ver, como diría una vecina mía.
Planta Aloe vera, ornamental en las viviendas y fincas extensas en el cultivo de Aloe vera.
En nuestra zona del Sureste de Gran
Canaria, acompañan a las pitas, otros arbustos salvajes, que se crían a su
aire, y se mantienen con la poca lluvia y el relente o tarozada de la noche,
como son: Las tabaibas, beroles, balos, aulagas, tuneras indias y canarias, que
durante algún tiempo se mantienen vivas y cuando caen cuatro gotas, se
reverdecen, cambiando la vistosidad del campo, pues en el invierno desde
Agüimes casco se ve como un manto verde cubre toda la cumbre y también la
costa.
Lo que mas abundan por aquí son las
tabaibas. De niño mi abuela me mandaba que fuera a comprar leña a la casa de
Antoñico Abad, que vivía en la misma calle, a unos 50 metros de mi casa,
pues esta familia, cortaban las tabaibas, las ponían a secar y luego las vendían
para los fogones formados con dos piedras en la mayoría de las antiguas casas,
en donde se guisaba la comida, luego se hizo en cocinillas de petróleo, después
de cocinas de gas y ahora andamos con las vitrocerámicas eléctricas.
En el pueblo también había otra
familia que se dedicaban a cortar aulagas, que luego vendían a los panaderos, para calentar los
hornos.
Tomando en consideración lo que hacen
ahora con la Aloe Vera (pitas), yo digo si no habrán personas estudiosas que
mediante injertos u otros sistemas, se le pueda sacar beneficio a la infinidad
de tabaibas que existen por los terrenos de la zona, y que en la actualidad
solo dan bonita vista, pero no produce ninguna riqueza en su posible
aprovechamiento. Alguien que se anime a investigar.
TEMA VI
COINCIDENCIA DE SECRETARIOS DE LA VILLA
UN RECUERDO QUE ME ALEGRA
El Periodista de “La Provincia/Diario
de Las Palmas”, Don Antonio Quintana, publica el lunes 17 de mayo de 2004, en
el apartado de GRAN CANARIA/SURESTE, lo siguiente:
“AGÜIMES “CONTROLA” LAS CUATRO
SECRETARÍAS DE LAS INSTITUCIONES DE LA COMARCA.
Los secretarios de los Ayuntamientos y
de la Mancomunidad viven en la Villa.
Todos los secretarios de las cuatro
instituciones públicas de la comarca del Sureste son naturales del casco de la
Villa de Agüimes. Los fedatarios de los acuerdos de las corporaciones de Santa
Lucía de Tirajana, Ingenio y Agüimes, así como la de la Mancomunidad tienen en
común que son agüimeses. Fue precisamente en la asamblea general de la
Mancomunidad, celebrada en Vecindario para cambiar sus estatutos, cual tal
coincidencia la resaltaron tanto el Alcalde de Agüimes, Antonio Morales, como
el gerente, Rafael Sánchez.
Se trata de José Rodríguez Artiles
secretario de Agüimes desde hace 18 años; Pino Méndez Perera, de la
Mancomunidad, combinando su cargo con el de tesorera de Agüimes; Agustina
Méndez Perera, secretaria de Santa Lucía desde enero de 1998; y Domingo Arias
Rodríguez, el de Ingenio desde principios de este mandato municipal, y que
también fue secretario particular de los Alcalde de Agüimes José Armas
Rodríguez y Antonio Morales. Todos ellos son secretarios accidentales.
UNA CASUALIDAD. “Fue llamativo que los
cuatro secretarios del Sureste fueran naturales de Agüimes en reunión de la
Mancomunidad del 18 de marzo, ya que no nos habíamos dado cuenta hasta entonces
de esa casualidad” dijo ayer el mas veterano José Rodríguez Artiles. “Entre
nosotros hay una relación fabulosa ya que nos entendemos muy bien y colaboramos
mucho entre nosotros”, expresaron Rodríguez Artiles y Agustina Méndez.
TEMA VII
PREGÓN DE LAS FIESTAS DE N.S. DEL ROSARIO 2013
El PREGÓN de
las fiestas de Nuestra Señora del Rosario en el 2013, lo hizo la hija de esta
Villa, DOÑA JOSEFA CABRERA CABRERA, Profesora de Secundaria en el I.E.S.
Josefina de la Torre (Los Llanos), en Santa Lucía de Tirajana.
Como es tradicional en el contenido de los pregones
se incorpora, bastante información de la historia de la Villa de Agüimes,
abarcando distintos sectores, religiosos, sociales, etc., y como la única
finalidad de esta página, es la de que se conozca Agüimes y sus gentes, es provechosa
la lectura del pregón para su mayor conocimiento.
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